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‘Acuamación’, más ecológica que la cremación

Business Insider / Andrea Núñez-Torrón Stock

Los entierros tradicionales son la opción más contaminante a la hora de dejar este mundo: implican árboles talados y una gran huella de carbono.

Según datos recogidos por Ecofuneral, en Estados Unidos la tierra se contamina cada año con 3 millones de litros de formaldehído empleado para embalsamar a los cuerpos.

Además se consumen 1,300 toneladas de cemento para las lápidas, así como 13,600 toneladas de acero y otros metales destinados a los féretros.

Ahora hay opciones más sostenibles con el medio ambiente: entierros verdes o marinos, ataúdes que se descomponen, compost humano y urnas ecológicas.

Hasta ahora, la alternativa más socorrida en contraposición a la convencional es la cremación, pero tampoco es ninguna panacea en términos medioambientales.

Acuamación: retornar al agua licuando tu cadáver

A medida que se incrementa la presión, la solución alcalina rompe suavemente la materia orgánica durante varias horas, aproximadamente 4.

El proceso licua todos los tejidos del organismo a excepción de los huesos, que se secan en un horno.

Los huesos se reducen a polvo y son entregados a los seres queridos en una urna. El volumen de cenizas duplica al del horno crematorio convencional.

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