Karla Gómez
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Los espacios autogestivos e independientes en Tuxtla Gutiérrez, son una forma de asociatividad entre agentes culturales para la socialización de contenidos culturales, informa en entrevista la gestora y docente Guadalupe Cardoso.
De acuerdo a la entrevistada, en su mayoría son espacios orientados a la educación artística no formal, conformados como micro y pequeños emprendimientos cuyos esquemas financieros les permiten generar ingresos con cierta estabilidad. Además, “algunos de ellos, replican el modelo clásico de la difusión y enseñanza de lo que conocemos como Bellas Artes (principalmente la danza, la música y la pintura), atendiendo a públicos específicos con interés en adquirir habilidades técnicas en alguno de estos lenguajes y desarrollar su creatividad”.
Asimismo, destaca que el papel que tienen ha sido relevante por su contribución en la descentralización de los servicios culturales por parte del Estado, así como por cubrir la necesidad de formación artística durante mucho tiempo. Ya que en la entidad, los programas de educación superior son aún muy jóvenes: no existen bachilleratos artísticos ni centros de formación profesional institucionales que atiendan a niñas, niños y adolescentes.
Cardoso, indica que otras propuestas autogestivas surgen como espacios polivalentes, pues suelen caracterizarse por ser iniciativas que surgen del interés particular por alguna disciplina artística, al generar contenidos para su consumo y dar cabida a otros lenguajes artísticos.
“Considero que uno de sus principales problemas radica en su infraestructura, pues son espacios que se adaptan y por tanto tienen algunas limitantes como el aforo, equipamiento técnico, así como en su estructura financiera que los pone en alto riesgo. No obstante, han sido importantes para la formación de públicos, como espacios en donde creadores emergentes encuentran un foro para la salida de sus productos y como centros de vinculación con creadores de otros países”, apunta.
La creadora de Transversa, señala que los espacios autogestivos representan una posibilidad para los agentes culturales en tanto que al ser alternos a los institucionales, tienden a ser más inclusivos y flexibles, características que deberían de potenciarse aunque de pronto juegan en su contra al no establecer procesos más formales en su operación
