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‘Tejedoras de vida’, antología literaria

Romeo Duvalier Peña Román
Tapachula, Chiapas
El Soconusco brilla con tonos rosas en las letras, un grupo de mujeres con diferentes actividades profesionales, tejen colores poéticos y alzan la voz con su segunda antología literaria.
Integran el colectivo literario: Carolina Maldonado, Silvia Iris Mendoza, Laidi Constantino, Xóchitl Magaña Mancilla, Isis Melina López Zúñiga, Mayte Rosales Valdovinos, María Eugenia Carballo López y Magaly Elizabeth Ramírez Castillejos. Ellas son tan diversas y tan distintas entre sí, que podríamos hacer toda una novela y con cada una, un nuevo capítulo, para apenas llegar a describirlas.
En esta antología observaremos cómo de las ideas brotan palabras, de las principales frases históricas, y de ahí el alimento principal de las hojas blancas de esta segunda antología que nos presentan.
La moderación estuvo a cargo de Norma Arellano, la participación de las integrantes del grupo literario, además de familiares, amigos, amigas, promotores culturales, se dieron cita en el Centro Cultural del Soconusco, el viernes 14 de julio, a las 5:00 p.m., en Tapachula, Chiapas.

México Multicolor
Quiero contarte de lo bello que es, contemplar el sol radiante de mi tierra, en las tardes colorea el cielo de tonos naranjas y rosados, hay árboles verdes, el agua cristalina, incolora pero tan preciada, cada ser vivo es hermoso en sobremanera puedes encontrar desde un ave de tonos vivos hasta un jaguar con su piel moteada, diversidad tan encantadora, como aquella cascada que golpea las rocas dando una blanca vista como el velo de una novia enamorada o el mar grande y sublime, siendo un espejo reflejando la hermosura del azul celeste. Mi tierra es hermosa, también hay desiertos con arena clara y plantas espinosas, donde la lluvia es ausente, bosques con mariposas, manglares verdosos allí viven especies de mar y tierra, una conexión sublime de la naturaleza, un maravilloso equilibrio. Existe mucho por explorar en una tierra tan grande, te invito querido amigo a que conozcas mi hogar.
Xochilt M. Mancilla

La chica de las gafas negras
La chica de las gafas negras, esconde en su mirada la luz de la grandeza de su alma. La chica de las gafas negras tiene en su sonrisa la inocencia y la alegría desbordadas. La chica de las gafas negras irradia la elegancia de una hermosa dama. La chica de las gafas negras tiene un corazón que ama y que encanta. La chica de las gafas negras deja en sus silencios más de mil palabras. La chica de las gafas negras que irradia sonrisas y carcajadas. La chica de las gafas negras, sutil cual delicado pétalo en flor, única e irreemplazable. La chica de las gafas negras, ser de luz, de magia, pero también de guerra. La chica de las gafas negras es simplemente una mujer que incita a mirarla.
Magaly Ramírez

Portavoz
Soy tu portavoz mujer. Soy la que viene a decir por ti, por ella, por todas ¡Ya no más! Soy tu portavoz mujer, la que dice la violencia se acabó. No puedes estar a los pies de tu agresor ni a la voluntad de sus antojos ni al apego de ese cariño tibio. Deja de llorar, y no es porque sea malo; es porque te recuerdo que tú eres fuerte. Deja de humillarte, levanta el rostro, brazos, pero sobre todo, levanta tu alma y déjala volar. ¿Te recuerdo quién eres? Suelta al abismo. Mírate al espejo. Abre la ventana. Sé libre, establece tus propios límites. Ama sin angustias, Despójate del miedo. Abre a la experiencia de la vida, donde danza tu espíritu aventurero.
Carolina Maldonado Fuentes

¡Ay de ti!
Requiero de un abogado que me proteja de esta vida sin culpa, al desafuero de mis yerros descalzos sin tregua al irrevocable pasado, alguien que se enamore de mí en el presente y se postule al juicio de mis desbarajustes, repose en mi hombro, sin pudor, sin pánico de perder su libertad en mis manos. Ay de ti abogado, quien me condenará al fervor del amor, a la resolución de amarte a diario, honrarte en lo moderno y anticuado, que contengo sin apelar que tienes conmigo el caso ganado. Ay de ti abogado, donde el discurso dulce en tus oídos es vivir atestiguando las risas, el diluvio y los te quieros incausados, esos te quieros implacables, memoriosos, que aprieten el corazón de cariño, rimas y halagos. Ay de ti abogado, juro solemnemente conciliar despierto o dormido cualquier discusión e incertidumbre que te abrumen: me desamarro las crestas, el escote bajío, me declaro desahuciado, ¡y nos reconciliamos!
Maythe Rosales

Fundación
Armando Duvalier A.C.

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