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Miguel Ángel Maldonado
“El Chiapaneco”
Ciudad de México
¡’El Padre’, la Obra de Teatro con Luis de Tavira y Nailea Norvind que Todo México no se debe perder!
¡Aló, amigos! De repente pareciera que nada nos puede sorprender, que de tanta paz o drama pensamos “ya sé lo que me espera”, y pues no. Estoy verdaderamente impactado con la obra de Teatro ‘El Padre’, un dramón protagonizado por el gran Maestro Luis de Tavira, sí, el máximo director del teatro mexicano, y así mismo uno de los grandes actores que procuro disfrutar cada vez que se hace presente en los escenarios. Pero esta vez al final de la función me quedé mudo, no supe si llorar, reír, pensar. Mi única reacción fue aplaudir por tanta belleza y darle las gracias a su Productor Guillermo Wiechers por la invitación a este reestreno en donde se integró Nailea Norvind. También soy fan del trabajo de Nailea, siempre se apodera del escenario como la villana, la loca, la histérica o la erótica. Pero ahora todo fue tan distinto en esta puesta que aborda el tema de la demencia senil en donde ella es la hija, la mujer prudente con gran espíritu humano para sobre llevar la enfermedad de su padre. Esta dupla entre Norvind y de Tavira es genial, pero más aún con la participación de Pedro de Tavira (hijo en la vida real del maestro Luis) quien interpreta al yerno o esposo de Norvind. Es demasiado, Pedro a mi parecer tiene el dramatismo y la fuerza histriónica del inmortal Pedro Armendáriz y en esta ocasión Pedro sacó más que la casta. El drama se va desarrollando entre el padre que se va consumiendo en la demencia, la hija tolerante y el yerno que se desgasta. La escenografía es bella y sorprendente con los cambios continuos, qué gran trabajo de Jorge Ballina. Pero la iluminación es otra obra de arte: los claroscuros y los cortes entre escenas pareciera una fotografía hiperrealista del fallecido Alejandro Luna, pero no, este es un trabajo de Ingrid Sac. ¡Uf, las escenas se mezclan entre el pasado y el presente, porque son los momentos o recuerdos confundidos del Padre, reales o imaginarios! Este es uno de los trabajos ejemplares de todos los actores de regresar al pasado y el presente a cada instante, con los diálogos exactos y dirigidos por Angélica Rogel. El maestro Luis de Tavira se apodera del escenario con el resto del elenco, en esta obra del Dramaturgo francés Florian Zeller que estrenó en 2012 y fue llevada a la pantalla grande en el 2020 protagonizada por Anthony Hopkins. Felicidades a toda la compañía y a sus productores Alejandro Gou, Oscar Uriel y a mi amigo Guillermo Wiechers, y me resta archi-recomendarla en esta 2da temporada en el Teatro Fernando Soler.


Recordando a Hilda Elisa Riojas, la hermana de Diana Laura y cuñada de Colosio Murrieta
Enterarme del fallecimiento de Hilda Elisa Riojas a los 70 años, me volvió a mover los sentimientos. Sí, escuchar a su sobrino e hijo adoptivo Luis Donaldo Colosio Riojas en sus redes, que la ‘Chiqui’ perdió la batalla contra el cáncer, fue otro golpe. De repente me quedé en silencio y me pregunté… ¿Por qué mucha gente joven que me abrió su corazón con atenciones y cariño se están yendo? A Hilda Elisa la conocí hace unos 23 años, quizá tenía unos 47 años y justamente en un aniversario luctuoso de su hermana Diana Laura en la CDMX, en Plaza Loreto. Desde el primer instante hicimos clic, nos hicimos cuates, me presentó a sus dos hijos y a su esposo Fernando Cantú. Obvio a sus sobrinos Mariana y Luis Donaldo, a quienes tenía en custodia desde la muerte de su cuñado Luis Donaldo Colosio Murrieta y de su hermana Diana Laura. Con el paso de los días y meses, Hilda Elisa me fue prestando a todos sus hermanos, la visitaba en Monterrey para entrevistar a Luis Donaldo Jr. Siempre ella con una sonrisa, dulce, pero también aguerrida, era muy norteña y directa para expresar lo que sentía como buena coahuilense. En esos primeros meses de nuestra amistad vino también Marcela, una de las hermanas de Colosio Murrieta. Marcela Colosio fue otra puerta para entrar en esa familia. A lo largo de los años entrevisté a todos los hermanos y hermanas Colosio, y obvio a sus padres, a don Luis Colosio y a doña Ofelia Murrieta. Mis viajes se intensificaron a Monterrey, Hermosillo y a Magdalena de Kino. En casi todos los eventos siempre se reunían los Colosio y los Rioja, y al verme siempre me decían “pensamos que nos fallarías”. Las risas y abrazos nunca faltaron. Hoy recordé aquella tarde en Magdalena de Kino, un 23 de marzo, en uno de los aniversarios luctuosos de Colosio. Ahí, en una tarde calurosa después de los honores estaba Hilda Elisa, alta, guapa, rubia y con una sonrisa pícara para ponernos de acuerdo a tomar un helado antes de regresar a Monterrey y yo la Ciudad de México. ¡Buen viaje, querida Chiqui!


¡Los Años 20, memorias de Marilola Pariente Algarín desde el Istmo de Tehuantepec hasta Chiapas!
Marilola Pariente Algarín es la única de los hijos del español Manuel Pariente Cornejo y de la criolla Rosario ‘la Chacha’ Algarín, que nació en Arriaga, Chiapas en 1929. “Quiero hablar de mi tío Manuelito Algarín Castillejos, el único hermano varón de mi madre, guapísimo, que además nunca se casó, pero tuvo muchos hijos con diferentes mujeres de los pueblos cercanos. Fue un exitoso empresario ganadero. Los ranchos de su padre en Zanatepec le quedaron chicos y el compró otros en el pueblo contiguo de Reforma de Pineda como la finca El Vergel y la Granja, aprovechando que en Reforma pasaba el tren y era una estación importante porque ahí se abre el camino hacia el mar. Mi tío Manuelito ya había sido Presidente Municipal de Santo Domingo Zanatepec, Oaxaca, y Teniente Coronel. El defendió al Presidente Álvaro Obregón contra la Rebelión Delahuertista y por esa causa lo hirieron en abril de 1924 en los campos de batalla en Zanatepec en su caballo ‘Pica Flor’. Él era una promesa para ser Gobernador de Oaxaca, pero muy herido fue llevado al pueblo y antes de morir le pidió a sus padres que buscaran a todos sus hijos, los registraran con sus apellidos, los alojaran en la casa familiar y les dieran educación. Mis abuelos fueron de pueblo en pueblo buscando a sus nietos, que eran mis primos hermanos mayores. Todas las mujeres entregaron a sus hijos, como a mis primos hermanos Leonel Algarín Orozco, Teresa y Amelia (hijos de Adolfa Orozco). Había otra señora (Cirila Orozco, madre de mi abuela Chuma, pero al parecer Chuma estaba en vísperas de boda o recién casada con mi abuelo Isidoro Gerónimo). Total, es ahí en donde tu madre Luz Gerónimo es hija de una de mis primas hermanas y nieta de mi tío Manuelito Algarín Castillejos. Mis abuelos con todo el dolor decidieron ese 1924 irse a vivir a Reforma de Pineda para administrar los nuevos negocios que dejó su hijo. Ahí instalaron una escuela privada para sus nietos huérfanos y luego los enviaban a distintos internados para continuar sus estudios. Construyeron una nueva casa tipo andaluz y eran vecinos y amigos del ganadero David Maciel (padre de don Carlos Maciel, benefactor de Chiapas y de la UNACH). También en Reforma estaba viviendo otro español, Diego Algarín, primo de mi madre y tenía una hija guapísima: Dora Algarín. Era una mujer muy bella, rubia y con un porte de actriz de cine de antes. Mi abuelo Manuel Algarín del Puerto murió en 1929, el mismo año en que yo nací en Arriaga. Mi abuela Leonarda ya viuda, se quedó en la casa de Reforma con sus nietos y con su hija Carmen Andrea casada con Juan Liljeult Nivon, quienes empezaban a tener sus propios hijos, los Liljeult Algarín. En 1934 cuando yo tenía 5 años, falleció mi padre y nuestro rumbo cambió de Arriaga, Chiapas, a la Ciudad de México. Nuestra nueva casa sería en la colonia Condesa y el nuevo Presidente era el General Lázaro Cárdenas… (Continuará).
¡Esto es México!

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