Reglamentar uso de motocicletas
El año 2021 fue el mejor en ventas de motocicletas en el país y Chiapas no fue la excepción. Este vehículo ha sido utilizado por empresas y particulares para el desplazamiento más rápido y económico comparado con un carro compacto. El ahorro de gasolina y de refacciones es el referente de ahorro entre ambas unidades.
Los pros y contras, son más que evidentes en caso de realizar un rápido análisis. Lo cierto es que las motocicletas han inundado a la entidad que los servicios del transporte público en la modalidad de mototaxi son hoy por hoy, uno de los más utilizados en los miles de localidades del territorio chiapaneco.
Sin embargo, el uso de la motocicleta ha sido también el peor dolor de cabeza de las autoridades de justicia y seguridad, pues con éstas la delincuencia se ha encargado de cometer asaltos, homicidios y toda clase de delitos que en su mayoría han quedado impunes debido a que no logran identificar a los responsables de los ilícitos.
Tan mal se está en este sector, que en San Cristóbal de Las Casas existe una banda criminal llamada “Los motonetos”, la cual se ha encargado de tener asolada la región. En su mayoría son jóvenes que realiza sus actividades criminales a bordo de motocicletas tipo scooter, la mayoría del modelo WS 150, comúnmente conocidas como motonetas, y de ahí han obtenido su sello distintivo.
El alcalde de dicho municipio, Mariano Díaz Ochoa, asegura que quienes integran esta camarilla son jóvenes no mayores de 17 años, llegando incluso a protagonizar enfrentamientos con armas de fuego. Consideró que son alrededor de 300 jóvenes indígenas los que integran el grupo.
Todo este recuento se da justamente porque en la Ciudad de México existe una controversia y resistencia a nuevas disposiciones que deben acatar los motociclistas y a las que muchos protestaron, como lo es el que utilicen solamente las vías de baja velocidad.
Hace un par de años, antes de que entrara en su apogeo la pandemia, ante una serie de acontecimientos criminales que azotaron a la capital chiapaneca, la respuesta de las autoridades estatales y municipales fue establecer que todos quienes utilizaran estos vehículos, tuvieran sus papeles en regla, utilizaran una casaca fosforescente y como ingrediente principal, que en los cascos se trajera insertados calcas del número de placas de la unidad para facilitar la identificación en caso de cualquier incidente delictivo.
Una buena medida que nunca fue aplicada ni replicada en las principales ciudades del estado donde la violencia ha incrementado de manera considerable. Hoy, cuando los índices de violencia parece que se han estacando, sería recomendable que el plan se retome y se aplique.
La disposición tendría que tener el apoyo de las autoridades hacendarias, para brindar las facilidades de que ésta podría ser la que entregue las calcas o calcomanías del número de placa que lleva la unidad. Esto obligaría a emprender una campaña de concientización para que los involucrados e involucradas entiendan que hay que participar y contribuir en tener una ciudad más segura.
Además, los agentes de Tránsito se encargarían de vigilar que la norma se cumpla. No es una medida descabellada en tiempos de razonable pasividad.
En la Ciudad de México, por ejemplo, Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia, propone que todas las motocicletas sean emplacadas inmediatamente después de su compra; otra iniciativa contempla la creación de un registro electrónico de estos vehículos y hasta la instalación de un chip en cada una de las unidades vendidas.
Esto del emplacamiento ya lo deberían estar haciendo por regla general las empresas que se dedican a la venta de motocicletas. Si no lo hacen, habría que obligarlas. Es como cuando se compra un coche nuevo, este ya se entrega con todo y placa.
Trabajar que un chip electrónico sea la medida perfecta en tiempos donde predomina la alta tecnología es lo más lógico. De hecho, así se trabaja con los vehículos del año, donde incluso si el cliente no paga sus mensualidades puntualmente, le paran el recorrido de la unidad bloqueando la computadora.
La autoridad, por lo tanto, debe prevenir futuros acontecimientos donde la delincuencia le pegue a la gobernabilidad. Por ello no es descabellado pensar en trabajar con la tecnología.
