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Alcalde de Juárez, ¡renuncia!

Los plagios de tesis o de informes de gobierno están de moda. Los expertos dicen que esta práctica desleal, sin ética y que degrada la profesión, cualquiera que esta sea, se da hasta en las mejores familias.

La corrupción se da no sólo en el círculo de primer nivel como es el caso reciente y muy sonado de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel, quien fue pillada, 35 años después, de haberse fusilado parte de un trabajo de un colega en Derecho. La deshonestidad también se presenta, por poner el ejemplo muy rústico, en un maestro de obra pública que no utiliza los materiales que se recomiendan para que el edificio o la casa que edifica esté sólida y sin peligro de que se desplome o empiece a descascararse.

Decimos, en todos los niveles, en cualquier área se presentan casos y Chiapas no podía estar exento de estar en las grandes ligas con temas tan bochornosos. Decimos esto porque hace unos días, en estas mismas páginas, se dio cuenta de los malos hábitos que tiene el alcalde del municipio de Juárez, Óscar Serra Cantoral.

El municipio está ubicado en la zona norte del estado, colindante con el municipio de Pichucalco y Reforma. En esta región, se descubrió que al munícipe le da por copiar informes de gobierno, como es el caso reciente del que presentó el año pasado.

Sin embargo, se descubrió que el contenido de su escrito tiene insertados párrafos idénticos del ayuntamiento de Durango, capital del estado del mismo nombre. El edil Serra Cantoral sólo le modificó las cifras alusivas a lo que supuestamente realizó durante 2022 en obras, acciones y todo lo relacionado con la administración pública.

Sobre este delicado hecho el alcalde no “ha dicho ni pío”. No ha desmentido o rebatido la denuncia que pesa en su contra. El Diario de Chiapas lo presentó con pruebas elocuentes y, por consiguiente, el alcalde no tiene cara para decir que esto sea parte de una campaña de difamación de sus adversarios políticos.

La bajeza con la que se conduce el edil que tiene ya tres trienios en el poder debe ser una práctica “normal”, misma que ya es producto de una profunda investigación para saber si no hay otros informes en las mismas condiciones.

Independientemente de ello, el alcalde, aseguran en su pueblo, no le movió el piso lo que digan o hablen de él. Asegura que tiene el respaldo del gobernador del estado y de otras instancias de primer nivel donde tiene “palancas” que le ayudaran a que su caso no se mueva.

Qué triste que en pleno siglo XXI esto siga presentándose como algo normal. El caso demuestra que se tiene al frente de los destinos de Juárez a un ser que denigra la función de presidente municipal, que engaña a su pueblo. Si en este aspecto hace lo que le viene en gana, no nos imaginamos cómo están las finanzas del Ayuntamiento. Por algo dicen que es hoy en día uno de los hombres más potentados económicamente. Seguramente debe de recibir el asesoramiento del titular de la Auditoría Superior del estado, Uriel Estrada Martínez, para que le cuadren los números en las cuentas públicas.

¿Qué cuentas claras puede rendir un alcalde que hace trampas? ¿Tendrá el Congreso del Estado injerencia para intervenir en el análisis del informe de gobierno presentado por el edil? ¿Se sentirá engañado el gobierno en turno, máxime que envió un representante personal dl gobernador al evento formal?

En realidad, es penoso que te ridiculicen por tramposo, por falta de ética profesional. Hacer de un informe propio una calca de otro escrito y mostrarlo orgulloso a la ciudadanía es, hay que decirlo, una mentada de madre.

Citar lo que otro gobierno municipal señala sin quitarle una coma demuestra que no está hecho para gobernar. Significa que no está preparado profesionalmente, que no tiene criterio. Ahora bien, si no fue él y sus asesores se encargaron de hacerle este trabajo sucio, pues también deben estar ya despedidos.

Por la majadería que hizo debe renunciar y mínimo, pedir perdón a los hombres y mujeres de Juárez que le han brindado su confianza y que él los ha defraudado.

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