La paciencia se acaba en los precandidatos de Morena
La propuesta que el partido Morena presentó a sus candidatos del país lo ha rebasado en los tiempos, por la sencilla razón de que la elección de un aspirante a gobernar un municipio es muy diferente a seleccionar a un representante presidencial, donde, hay que precisarlo, la nominación del elegido rodea o circula en la decisión que haya tomado el presidente de la República.
Así ha sucedió en los años tan criticados por el actual gobierno y así sucedió en la nominación de la candidata presidencial. Las cosas no han cambiado ni cambiarán por mucho tiempo. Lo que realmente es significante es que, en los municipios, donde realmente se palpa el calor de los colores partidistas y de la ambición por el poder, está el problema real que Morena no dimensionó.
Ahora, cuando las encuestas reales determinen al ganador y este no corresponde a los intereses de la cúpula del guinda, es cuando se sopesan los reales problemas a los que está por enfrentar el partido que vio muy fácil la elección de sus candidatos.
Los consejos de Morena en el país y en los estados se toparon con la disyuntiva de que todo aspirante, independientemente de que un prospecto es mediático, que acarrea masas, hay otros que tienen relaciones políticas que negocian su candidatura al más alto poder.
Ese es en parte, uno de los problemas que tiene descontenta a la ciudadanía de los ayuntamientos, pues no se explican que con candidatos carismáticos, habilidosos, políticos y con experiencia venga una decisión desde el centro del país o del estado y eche a perder el trabajo político que han hechos cuadros que aún creían en la elección democrática de sus representantes.
A más de un mes y medio de retraso, los aspirantes y sus seguidores muestran señales de cansancio y hartazgo. Morena se ha metido en camisa de once varas con su proyecto simulador de demócrata, cuando en realidad se ha comprobado que no respeta los lineamientos, las formas ni el fondo que implica elegir a su candidato.
Hoy, a pesar de que se haya tardado una eternidad, reflejo de que no ha podido negociar las candidaturas, se le avecina una tempestad y a menos de que logre convencer a los que queden fuera de los números que marquen las encuestas realizadas, la desbandada de cuadros está prácticamente cantada.
La negociación política ha evidenciado que el trabajo de las encuestadoras no tiene la mayor relevancia por la sencilla razón de que los resultados arrojados serán superados por las decisiones que hayan establecido las dirigencias partidistas en los estados.
Los precandidatos hoy esperan los resultados de forma oficial, aunque por debajo del agua ya intuyen en qué sentido vienen los resultados. Ahora resulta que el agandalle que quiso dar Morena con mandar hacer sus encuestas desde principios de enero, tienen la sospecha del manoseo y de que el resultado final no será creíble.
El tiempo se le vino encima, ya que quien iba a pensar que el candidato del frente Corazón por México para Tuxtla, ya estaría definido para estas fechas. Con todo y críticas y la renuncia de Bayardo Robles Riqué para salir de la coalición PRI-PAN y PRD, al aducir trampas en el proceso para elegir a Francisco Rojas como su candidato, hoy esta agrupación política ya tiene a su representante y no se ve que tenga escenarios de inestabilidad hacia lo que será su campaña política que inicia el próximo mes.
El acuerdo reprogramado para la última semana de marzo, a más tardar el 25 de marzo, cuando se está en el pleno inicio de la Semana Santa, tiene la firme intención de hacerlo cuando la ciudadanía está ocupada en otros menesteres de la fe.
Un pésimo cálculo político, porque los ánimos partidistas, cuando se trata del poder, no respetan condiciones. Morena juega con los tiempos, pero no toma en cuenta que los chiapanecos, en este caso, son duros, están curtidos y si la mayoría que hoy está en este partido, provienen del PRI, de donde vienen decepcionados por las trampas y abusos de sus dirigentes, no creemos que tomen a la ligera resultados adversos cuando palpan que la realidad es otra.
La paciencia tiene límites y está por acabarse, así que necesario y de obvia resolución que el partido en el poder de a conocer los nombres de sus candidatos a las alcaldías de Chiapas y que se prepare a lo que venga, pero que no salga con su batea de babas de que son los adversarios de otros partidos los que están interviniendo para hacerles de “chivo los tamales”.
