Benditas o malditas encuestas de Morena
La efervescencia política está en su más alto nivel. Con el destape de los candidatos a alcaldes y alcaldesas de Chiapas, se alborotó el gallinero. Ahora todo mundo, por lo menos en la entidad, la grilla de que los mejores perfiles fueron los que ganaron la oportunidad de participar en la contienda del 2 de junio está en boca de unos cuantos y en la de muchos, que los que están son producto del “dedazo”.
Cierto o no, que nadie se sienta engañado o traicionado. Sabía de antemano que la política es justamente un juego de poder, donde las relaciones al más alto nivel sí importan y sí intervienen. El garlito de que las encuestas definirían al verdadero candidato, poseedor de toda la confianza ciudadana, es justamente eso, una tomada de pelo.
No se dice porque haya inconformidad de que no hay transparencia en la elección, sino porque este proceso que tiene todo menos que sea democrático, es una calca de lo que se hacía antes, con la diferencia de que en el pasado la cúpula de los partidos decidía directamente y hoy hacen lo mismo, pero con la salvedad de que se utiliza un distractorio: las benditas o malditas encuestas, según sea el cristal con que se miren.
Que nadie se atreva, en caso de haber quedado en la orilla, en el caso de Morena, pedir ver los resultados de los ejercicios “democráticos” telefónicos que hizo el partido, pues para eso requirió tiempo, para poder hacer las planas de llenado de las encuestas, y como se estila en estos nuevos tiempos, no se darán por asuntos de seguridad nacional.
Ahora ya nadie tiene derecho a cuestionar sin en el proceso que se hizo en la aplicación de las mil preguntas para un universo de más de 100 mil, 200 mil, 400 mil o 600 mil personas que habitan un municipio o distrito electoral, son suficientes para concluir las encuestas aplicadas y dictaminar un triunfador a una diputación, senaduría o alcaldía.
Nada más pervertido que ello, pero los dirigentes de papel, de escritorio que hoy existen en los partidos políticos creen que engañan al electorado con sus resolutivos. De pena ajena que continúen realizando estas prácticas dilatorias para sus fines aviesos.
Por lo menos en esta entidad sureña, castigada a lo largo de su existencia en la vida “democrática” por seleccionar a los políticos con apellidos de abolengo, empresarios o personajes destacados en alguna disciplina o sector, continúa con esta dinámica.
Ningún partido se salva. En tiempos electorales, como ya es una cantaleta, aparecen como cometas quienes quieren “abanderar” las causas sociales. No se cansan de prometer apoyos, beneficios una vez que hayan llegado al poder.
Hoy de nueva cuenta tenemos grotescos ejemplos de personajes que han sido reelegidos para que busquen la presidencia municipal. Casos hay muchos y ya iremos desmenuzando a los “suertudos” que ni han cumplido con el 20 por ciento de sus promesas de campaña y ya quieren seguir succionando las arcas públicas municipales.
Expertos en estas lides coinciden que los periodos gubernamentales son muy cortos para cumplir con las políticas públicas al cien por ciento y por ello es recomendable que haya continuidad en el ejercicio del poder. Si bien se está de acuerdo con ello, no se vale que se aplique esta máxima a favor de aquellos que ni bien ya habían cumplido su primer año de gestión, su forma de vivir modesta se transformó con propiedades, carros de lujo, que en su vida habían soñado.
Eso es justamente lo que no se vale y lo que las dirigencias de los partidos deberían regular y verificar que no suceda, pero es al revés, los premian con una segunda oportunidad, sabiendo que el poder del alcalde con licencia hará hasta lo imposible para que los votos sean a su favor.
Por lo pronto, desde ayer inició el periodo de inscripción o registro de los candidatos a las alcaldías de Chiapas y de los diputados estatales y tendrán como fecha límite el 26 de marzo para su registro.
Además, no hay que dejar de citar que los trámites ante el IEPC de los candidatos de las alianzas Juntos Haremos Historia, con Eduardo Ramírez Aguilar; de Fuerza y Corazón por México, con Olga Luz Espinosa Morales; y de Movimiento Ciudadano, con Karla Muñoz Balanzar, ha quedado lista para que desde el primer minuto del 31 de marzo inicien su campaña y concluya el 29 de mayo. Los ediles y diputados inician el Día del Niño, el 30 de abril, y concluyen también el 29 de mayo.
