Editorial
Jorge Enrique Hernández Aguilar
¡Julián Nazar y la puerta de Alcalá!
Desde tiempo atrás el Partido Revolucionario Institucional en Chiapas, viene cumpliendo un proceso de extinción, que el viejo priismo se resiste a aceptar. Hay cuadros políticos que no solamente piensan como priistas, sino que están convencidos en que si hubiera voluntad política podría romperse esta inercia.
Desde la llegada del Profesor Julián Nazar Morales a la dirigencia estatal, se retiraron hasta aquellos que hacían presencia y aparecían en los tiempos electorales para “cazar un hueso”.
Hay una burocracia partidista, que al llegar la pandemia se sintieron aliviados de tener que llegar a pasar lista al edificio de Santo Domingo. Cada quincena o mes se les observa preocupados por el depósito de la nómina.
Salvo Sergio Rayo que por un interés político personal insiste en realizar tareas de apoyo social, con despensas y algunos otros programas de menor impacto, en el centro del estado, el comité directivo estatal está paralizado.
El Prof. Julián Nazar Morales, dicen los priistas que está como la Puerta de Alcalá, simplemente “mirando pasar el tiempo”, con la única preocupación que es la de colocar a su esposa, la actual diputada Luz Palacios, en la presidencia municipal de Cintalapa.
Que tiempos aquellos, inolvidables, cuando el edificio de Santo Domingo se observaba abarrotado, “todos grillando”, buscando el apadrinamiento de algún político del más alto nivel para ser considerado en los futuros registros de candidatos.
Más de alguno solicitaba cita con el secretario general o con el presidente del comité directivo estatal, para entregarle su curriculum.
En los municipios se alborotaban recogiendo firmas de comisariados ejidales y de representantes de los sectores.
Era la temporada en que la CNOP, CNC, CTM, la organización de mujeres y de jóvenes, todos generaban sus listas de aspirantes a candidatos a diputados, a presidentes municipales.
El dirigente estatal priista era la estrella principal de estos procesos. La burocracia se desplegaba para promover el proceso electoral en todas las regiones. Se dice que hasta un “dinerito extra” se ganaban para apoyar a tal o cual candidato.
Claro que después de varios tropiezos y traiciones políticas, el PRI y el edificio de Santo Domingo se fueron apagando literalmente. Ni siquiera dejan encendido un foco para iluminar la fachada de las instalaciones, porque sale muy caro.
El Prof. Julián Nazar Morales se ha encargado de ir acabando con los pocos activos priistas, con las organizaciones. Incluso se habla de que la CTM con la actual dirigencia, viene haciendo amarres con los operadores de Morena para cambiar de cancha, porque a estas alturas ni la diputada Haydee Ocampo ni su mamá “ven claro”.
Nadie sabe exactamente que va a pasar en el PRI estatal, pero si están preocupados porque a este paso, el que va a administrar las candidaturas, todas perdedoras, menos las plurinominales habrá de ser el Prof. Nazar.
Quisieran que Alejandro Moreno Cárdenas tomara la decisión de relevar como ya lo hizo en Oaxaca y en Nuevo León, a la dirigencia estatal, para en Chiapas que pudiera llegar alguien que le pusiera más entusiasmo al asunto.
El Prof. Nazar sabe que, si hace o no hace nada, igual, de llegar el relevo nadie se lo va a reconocer, así que justamente para el ha llegado el tiempo de cumplir el papel de “La Puerta de Alcalá” y por eso está dedicado a ver pasar el tiempo.
En la manga guarda una carta para negociar, que es lo que más le importa, colocar en la presidencia municipal de Cintalapa a su esposa, porque sabe que no le alcanzara para más.
En tanto el resto de los partidos están caminando, como es el caso del Partido del Trabajo y se acaba de anunciar la alianza de Morena, PVEM y Partido del Trabajo.
Es más, ya se habla de la implementación de un “bunker” para operar los relevos de Morena, en tanto que en el PRI estatal todo permanece en penumbras.
Tiene la palabra Alito, pero entre más se tarde, menos oportunidad tendrá el PRI de ofrecer candidaturas para la contienda local y federal. Sencillamente el Profesor Nazar tiene todas las ganas, pero de un perdedor.
