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Plurinominales: asignatura pendiente

Editorial

Plurinominales: asignatura pendiente

En este proceso electoral se ha retomado la discusión sobre eliminar los legisladores de representación proporcional, también conocidos como plurinominales, lo cual conlleva una serie de ponderaciones en diversos planos.

En el terreno económico, por ejemplo, en el que representaría un ahorro sustancial, todo indica que podría haber un gran consenso e incluso sería un acto de congruencia a la política de austeridad del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Considerando que cada diputado federal cobra cada mes entre sueldo, asistencia legislativa y atención ciudadana un total de 149 mil 745 pesos con 16 centavos, y además libres de impuestos, entre los doscientos diputados plurinominales los mexicanos se ahorrarían mensualmente 29 millones 949 mil 032 pesos, que multiplicado por los tres años de legislatura serían mil 078 millones 165 mil 152 pesos que no saldrían del erario público para pagarle a gente que luego ni siquiera llega a las sesiones.

Ahora bien, un senador de la República percibe sólo por sueldo, es decir, sin ninguna prestación como prima vacacional, aguinaldo, ayuda para despensa, gratificación de fin de año, seguro de vida, entre otros, 105 mil pesos mensuales, que equivale a un millón 260 mil cada año. Multiplicado por los 32 senadores plurinominales se obtendría un ahorro anual de 40 millones 320 mil. Esto, multiplicado por los seis años del cargo, resulta una cantidad de 241 millones 920 mil pesos.

Si se suman las cifras de los diputados federales y senadores por representación proporcional, el ahorro sería de mil 320 millones 085 mil 152 pesos, cantidad que es superior a lo que este año recibió de prepuesto el estado de Campeche en el rubro de la educación, que fue un total de 729 millones de pesos.

Nada más por eso, por el ahorro económico, conviene la eliminación de la figura plurinominal.

Aunque no puede perderse de vista que esta figura que entró en auge en 1977 con la reforma a la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales impulsada por el ideólogo priista Jesús Reyes Heroles, fue concebida con la idea de empujar un contrapeso en el ejercicio del poder, robustecer la democracia y contrarrestar el autoritarismo del entonces partido hegemónico.

En un momento dado, incluirla fue una determinación acertada porque sirvió, fundamentalmente, para darle voz a las minorías. Y esa oportunidad concedida a las minorías para que tuvieran injerencia en las decisiones a través de la figura plurinominal fue valiosísima para la democracia, los equilibrios, la división de poderes y el pluralismo político.

Ante ello, estos legisladores contribuyeron al enriquecimiento del debate público, a la construcción de consensos, la aprobación de leyes o reformas en beneficio de todos los estratos sociales del pueblo mexicano.

Todo, según podemos advertir, cayó en el descrédito. Los cargos plurinominales son desde hace mucho tiempo utilizados para conceder privilegios a los amigos, familiares y compadres, para pagar facturas políticas y proteger a los aliados acusados de corrupción y hasta de nexos con el crimen organizado.

Ejemplos hay muchos. Como Carlos Romero Deschamps, el ex líder petrolero que fue tres veces diputado federal y dos veces senador de la República, siempre por la vía plurinominal.

Estos cargos los obtuvo por pago de favores y para ser protegido de la justicia, ya que como dirigente del sindicato de los trabajadores de Pemex fue acusado de delincuencia organizada, fraude, enriquecimiento ilícito, extorsión, corrupción y tráfico de influencias.

Aquí, en el estado, tenemos a Amadeo Espinosa Ramos, quien ha sido diputado local, tres veces diputado federal y una vez senador, todas por representación proporcional. En el mismo caso están otros petistas como Abundio Peregrino, dos veces diputado federal y una vez senador. Asimismo, Hugo Roblero Gordillo y el actual dirigente del PT en Chiapas, Carlos Mario Estrada Urbina, quienes han accedido a los puestos legislativos a pesar de haber sido acusados de abuso de poder, desvío de recursos públicos y tráfico de influencias.

La figura de representación proporcional perdió su razón de ser para convertirse en patente de impunidad.

Al ser eliminados los plurinominales, los mexicanos aparte de dejar de mantener a una caterva de vividores que se han enriquecido y que llevan una vida de comodidades gracias a los impuestos, también obtendrían mejores beneficios de los mismos.

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