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Marco Alvarado / Diario de Chiapas

Dos fenómenos representan un riesgo para los turistas que visitan las playas.

Uno, conocido como corriente de retorno o de resaca, puede incluso provocar el ahogamiento de personas que saben nadar. El otro es el mar de fondo, un oleaje que resulta de tormentas mar adentro.

Las corrientes de retorno producen canales en la playa de manera perpendicular a la costa, como resultado del choque continuo de las olas, por eso cuando las olas llegan y vuelven al mar lo hacen con menor resistencia, convirtiéndose en fuertes corrientes de salida, y es ahí donde una persona puede quedar atrapada y ahogarse, ya que no se da cuenta que está dentro de un canal.

Conocidas como trampas mortales, se sugiere prestar más atención, por irónico que parezca, a las zonas de playa donde el oleaje es menos intenso y parece en calma, ya que ahí suelen formarse estos canales en la arena.

Si una persona es arrastrada se recomienda que mantenga la calma, busque estar a flote y nunca nadar en contra de la corriente, ya que esto solo generará un gasto de energía.

Otro fenómeno peligroso que puede desencadenar olas superiores a los dos metros en las costas de Chiapas es el mar de fondo.

De acuerdo con información de la Secretaría de Protección Civil en el estado, es el resultado de fuertes tormentas mar adentro, que puede ser de corta duración, pero abarcar grandes extensiones de playa.

El mar de fondo es un oleaje largo y continuo que se desplaza a lo largo del Océano Pacífico y puede ocurrir todo el año; las olas pueden recorrer hasta 10 kilómetros, provocando el arrastre de la arena de las playas.

Pese a que se parece a los efectos de un tsunami, la diferencia entre ambos fenómenos radica en su origen: los tsunamis se originan por sismos y el mar de fondo, por tormentas sobre el mar.

Este martes 13 de julio se alertó a las poblaciones costeras del fenómeno, que se extendería a lo largo de todo el litoral chiapaneco.

Y aunque puede presentarse por periodos menores a un minuto, cuando ocurre puede ser implacable con los bañistas desprevenidos, que corren el riesgo de ser arrastrados.

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