Ainer González / Diario de Chiapas
La donación altruista de sangre es todo un reto en Chiapas.
Un simple acto como la donación de sangre, puede ayudar a salvar la vida de tres personas y aunque existe muy poca cultura en este tema, hay quienes lo realizan frecuentemente por el placer de saber que su aportación contribuye significativamente al bienestar de alguna persona.
Este es el caso de Norberto Samayoa, quien desde hace 34 años ha ayunado y entregado parte de él para ayudar a la población que más lo necesita.
El donante confesó que esta actividad nació tras la petición de una amiga cercana a su familia, quien necesitaba donadores de sangre para su hijo, y tras esta primera aportación se convirtió en un donador frecuente de sangre y plaquetas.
Este estilo de vida lo ha promovido con sus familiares, y más que una herencia, pretende que a través de la concientización la donación resurja como una cultura humanitaria.
“Invito a la ciudadanía a que pierda el miedo, no hay contagio en el banco de sangre, los invito a que vengan a donar, que pierdan el miedo, no engorda y todo lo que se utiliza es esterilizado y se van a dar cuenta que su sangre se regenera y todo se va mejorando, como persona se siente bien”, expuso.
En Chiapas sólo el cuatro por ciento de las donaciones de sangre se realizan de manera altruista, el resto, se hacen por reposición o por solicitud de familiares o amigos que la necesitan.
