Razones
Cárdenas disecciona la 4T
Jorge Fernández Menéndez
«Los resultados de un gobierno se miden por logros, sin duda alguna. En estos tres años del gobierno de López Obrador, no hemos logrado revertir la tendencia que traíamos desde hace cuatro décadas”. La cita, tan contundente como cierta, es de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, tres veces candidato presidencial, fundador del PRD, figura clave en la historia de la izquierda y en la transición democrática en el país. Cuauhtémoc, un político con el que, como hemos dicho, se podrá o no estar de acuerdo con él, pero que siempre ha sido congruente y con capacidad de diálogo, diseccionó el gobierno de la llamada Cuarta Transformación y es muy difícil no estar de acuerdo con el hijo del general Lázaro Cárdenas.
«Tenemos, dijo en la Feria del Libro de Guadalajara, en una mesa con varios hombres y mujeres de izquierda, un crecimiento económico bajo, estamos por debajo de los objetivos que habíamos alcanzado en años anteriores. Si vemos la violencia, está presente en todo el país, tenemos un alto índice de desempleo, no hemos logrado recuperar incluso el empleo perdido por la pandemia, tenemos un sistema educativo con deficiencias, esto es lo que tenemos en estos tres años». ¿Cómo contradecir a Cárdenas? No tenemos un crecimiento económico, antes o después de la pandemia, que haya alcanzado incluso las bajas tasas de los años anteriores: el PIB decreció el trimestre pasado un 0.4 por ciento; tampoco hemos recuperado los empleos perdidos por la pandemia, y muchos de los recuperados son empleos temporales.
“Estoy viendo al país, agregó Cuauhtémoc, con muchos rezagos todavía y sin propuestas para cómo superar estos problemas de pobreza, inseguridad, escaso crecimiento económico, deterioro ambiental, cuestiones sobre género, no veo iniciativas de quienes tendrían la obligación de presentarlas… Nos faltan propuestas de las entidades políticas, empezando por el Gobierno, propuestas que nos digan cómo recuperar el crecimiento de la economía, cómo llevar a cabo una reforma fiscal, me preocupa que no haya propuestas de partidos políticos, tenemos una vida política centrada en la confrontación».
«No tenemos, agregó, paz interna, sabemos bien de la presencia de la delincuencia organizada y sabemos bien que en las últimas décadas se han puesto en práctica distintas medidas, distintas estrategias, pero al final de cuentas no tenemos resultados satisfactorios en cuanto a ganar la paz interna”.
Sobre las reformas que están pendientes, Cárdenas consideró que quienes las proponen deben “saber escuchar”, y aceptar que se les pueden cambiar «unas cuantas comas». Y también reconoció el trabajo de Lorenzo Córdova al frente del INE, quien, dijo, “ha sabido conducir con éxito el órgano electoral hasta donde las fuerzas lo permiten”.
Al mismo tiempo que Cárdenas hablaba en la Feria del Libro de Guadalajara, López Obrador festejaba en el Zócalo y prácticamente destapaba a Claudia Sheimbaum, con tres años de anticipación, como la candidata a sucederlo. Allí estaba Marcelo Ebrard que no recibió el mismo trato que la jefa de gobierno, tratada de “presidenta”. No llegó Ricardo Monreal que se quedó en el Senado trabajando, dijo, la votación de Victoria Rodríguez Ceja para el Banco de México. Poco antes, un comando atacaba la cárcel de Tula, en Hidalgo, tomaba el control de la misma, liberara a nueve detenidos, incluyendo a los líderes de la organización criminal Pueblos Unidos que, de dientes para afuera, se autodenomina como una autodefensa.
En el Zócalo hubo multitudes y auténtico fervor, pero es parte de un país cada día más polarizado, donde hay poco para festejar. El país que diseccionó Cárdenas, tan diferente del descrito en el Zócalo.
Salario mínimo
Una de esas pocas cosas que debemos festejar es el aumento del salario mínimo, que tuvo un incremento del 22 por ciento, un aumento que fue resultado del acuerdo del gobierno federal, los trabajadores y los empresarios.
El salario mínimo es todavía bajo respecto al costo de vida, pero es muy importante su incremento, porque, sumado al de los años anteriores, permite, por lo menos, equilibrar los ingresos de las personas que menos tienen. Sería muy interesante si a este aumento del mínimo se le sumara la iniciativa de un salario universal, que integraría todos los apoyos que ahora se dan por distintos programas. Pero el salario universal es una propuesta de la oposición. Lamentablemente no va a pasar. Lo que vienen son tiempos de polarización y confrontación.
Enrique Jackson
Conocí a Enrique Jackson hace muchos años, cuando yo apenas estaba comenzando en esta profesión, a principios de los 80. Si no me equivoco, en esos años Enrique, que falleció el miércoles víctima de un ataque cardíaco, trabajaba en la delegación Cuauhtémoc. Jackson fue un político eficiente y recto, un hombre entrañable, simpático, un gran conversador. Creo que su mejor papel lo jugó como líder del senado en el final del sexenio de Felipe Calderón, quien le reconoció como lo que era: un hombre que siempre cumplió con su palabra.
Pudo haber sido candidato presidencial en el 2006 en lugar de Roberto Madrazo, lo merecía y hubiera sido infinitamente mejor candidato, el priismo duró no lo dejó pasar. Hoy, ante la clase política más depauperada que ha tenido el país en muchos años, se extrañará a un hombre como Enrique Jackson. Descanse en paz.