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David Gutiérrez Fuentes

Perro Mundo

La difícil tarea de defender lo que para un alto porcentaje de votantes politizados resulta indefendible, requiere, por parte de estos defensores, de mucho cinismo convicto y varios grados de hipocresía que con no poca frecuencia convierte a los portadores de lo indefendible en individuos de sangre fría. Tal como sucedió con la mal llamada “verdad histórica” cuya construcción involucró a varios agentes del Estado entre los que hubo y desde luego todavía hay, políticos de altísimo rango y de medio pelo; jueces; policías federales, estatales y municipales; elementos del ejército desde la verticalidad de su organización, narcotraficantes, medios de comunicación hegemónicos y sus voceros, e intelectuales y académicos.

Hay especialistas de la psiquiatría que se han acercado a estas patologías acusadas en algunos expresidentes de quienes se sirven los estudiosos de la mente para explicarlas sin tanto retruécano porque sus modelos son diáfanos, casi didácticos.

Para que Vicente Fox, quien se valió del «voto útil» para ganar la presidencia de la República conserve con una pobre argumentación que visibiliza en sus mensajes de Twitter una base social minoritaria, se requiere de todo un aparato global financiado de manera multimodal en el que los medios, las campañas de odio, el nado sincronizado en noticias, columnas, artículos de opinión y redes, se mueve porque las apuestas del neocolonialismo que tiene en jaque al mundo son fuertísimas e irracionales.

El inicio del desmoronamiento de la llamada “Verdad histórica” que muchos dieron. O incluso dan por buena es el resultado de una larga lucha social que exige justicia real y no mentiras encubiertas. El informe de Alejandro Encinas no se hubiera conseguido en el régimen que la mayoría de los mexicanos electores mexicanos, esos que dice Vargas Llosa que no sabemos votar, decidimos cambiar desde 2018 hasta nuestros días.

Vale la pena citar las conclusiones del informe para que no resultemos nunca más presas del miedo o del olvido y que no todo el poder judicial se mueve dentro del tecnicismo legaloide o estado de chueco.

“El análisis de los hechos permite confirmar:

“Que la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 constituyó un crimen de Estado en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano.

“Que autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes, existiendo elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos.

“Que en todo momento las autoridades federales, estatales y municipales tuvieron conocimiento de la movilización de los estudiantes desde su salida de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” hasta su desaparición, y sus acciones, omisiones y participación permitieron la desaparición y ejecución de los estudiantes, así como del homicidio de otras seis personas.

“Que en ningún momento la presencia de los estudiantes en Iguala obedeció a la intención de boicotear el acto de la presidenta municipal del DIF.

“Que el grupo delictivo actuó con amplio número de sicarios y halcones, a partir de un mando central y al menos tres células de halcones y sicarios, con el apoyo de distintas policías municipales y agentes del Estado.

“Que en ningún momento existió comunicación alguna entre los estudiantes y el grupo delictivo durante los hechos.

Que, tras la salida de la terminal de autobuses de Iguala, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos durante su desaparición.

“Se confirma la intervención de la policía de Iguala en el aseguramiento de los estudiantes en el autobús 1531.

“Se confirma la presencia de policías de Huitzuco en el Palacio de Justicia de Iguala y en Santa Teresa.

“Se confirma el traslado del autobús Ecoter, sin pasaje, hacia el estado de Morelos, librando los retenes establecidos.

“Se confirma que los mandos militares de la región no realizaron acciones para la protección y búsqueda del soldado Julio César López Patolzin.

“Que al filo de las 22:45h del 26 de septiembre de 2014, tras los hechos de violencia y persecución, se dio la orden de desaparecer a los estudiantes.

“Se confirma la identificación de tres de los 43 estudiantes desaparecidos”.

“Que no hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentren con vida. Por el contrario, todos los testimonios y evidencias acreditan que fueron arteramente ultimados y desaparecidos.

“Que es necesario continuar la búsqueda en: la ribera del río Balsas y en la laguna del nuevo río Balsas; en Atzcala, municipio de Eduardo Neri; en la Barranca de Tonalapa, municipio de Tepecoacuilco; en Brecha de Lobos y en el paraje Suriana, en Iguala, así como en las inmediaciones de Tepeguaje.

“Que existen indicios para que la FGR inicie o continúe las indagatorias para el deslinde de responsabilidades en contra de integrantes de Guerreros Unidos, autoridades federales y municipales y contra quien resulte responsable por acción u omisión en estos delitos”.

El caso sigue abierto. Un retroceso democrático implicará cerrarlo nuevamente.

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