• Spotify
  • Mapa Covid19

Pablo F. Chávez Mejía

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Terminando la secundaria en el Cebech, algunos obtuvimos la oportunidad del pase automático a la Preparatoria N°1 del Estado, transcurría el año de 1985; en mi caso no quería entrar a esa Prepa por el motivo que “peloneaban”, es decir: te rapaban como novatada de bienvenida, fue una tradición por muchos años, a los jóvenes aspirantes desde que iban a sacar ficha los rapaban y quedaban pelones por unos meses, aun cuando no pasaran el examen de admisión. Yo no quería perder mi copete.

Sin embargo, mi padre tomó los documentos y me inscribió a la Prepa 1, me dijo: “Ya estás seguro”; le respondí que no, que entraría a la Prepa N° 2 del Estado, en donde presenté el examen de admisión y fui aceptado. La Preparatoria N° 2, se ubicaba en eses entonces en la calle 5ª. Oriente, entre Avenida Central y 1ª. Sur, a media cuadra del legendario Cine Vistarama.

Entré a clases del primer año de Prepa en septiembre de 1985; resulta pues, que un amigo de la secundaria me llamó por teléfono para decirme: “Oye Pablo, ya van dos días que no vienes a la Prepa 1, las clases ya comenzaron y pasa tu nombre en la lista, ¿Estás enfermo, por qué no vienes? Le expliqué al pelón de mi amigo que yo estaba en la Prepa 2 y le agradecí su sincera preocupación.

Comencé a conocer a los compañeros del grupo, hice nuevos amigos y amigas, que a más de 30 años aún conservamos la amistad. Hubo una chica del salón que me gustaba mucho, platicaba con ella a diario, una vez me llevó a una kermés y sentí que le agradaba. En las clases de física veía que ella no entendía nada, me pidió que la ayudara a estudiar, fui a su casa y practicamos algunas operaciones de suma de vectores, yo no era muy bueno para física, pero sí le entendía a la materia, así que llegó el día del primer examen parcial. Aterrada mi amiga por el examen y yo embobado por ella, le dije: “Siéntate a mi lado para que copies”. Así lo hizo, pero veía que ella no podía copiar, así que cuando terminé mi examen tomé el suyo y comencé a responderlo, terminé a tiempo y los entregamos.

La sorpresa fue que a los dos días el maestro dio resultados, ella sacó 8 y yo 7 de calificación, no podía creerlo, en fin, mi objetivo era apoyarla y lo logré. Con esa hazaña y sumadas unas tarjetitas amorosas, le declaré mi gusto por ella y le pedí que fuéramos novios. ¡Oh no!, me respondió con la frase: “Te quiero mucho, eres mi mejor amigo”, me envió a la “friendzone” dijeran los jóvenes de hoy. No duró mucho el sufrimiento, porque en el segundo bimestre le dieron de baja, ya se imaginarán por qué. Esa vivencia me sirvió para nunca más dar copia a nadie.

Deseo a toda la juventud, que el regreso a clases de este último semestre de 2020, lo disfruten en su nueva modalidad, conocerán a sus compañeros y compañeras “on line”, hagan nuevas amistades y vale enamorarse, aun cuando a veces te batean, pero esas decepciones te dan madurez y templanza, para manejar con inteligencia las emociones y sentimientos.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *