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Letras Desnudas

Mario Caballero

Fue una burla al pueblo de Chiapas. Un insulto. El Informe del diputado federal Ismael Brito Mazariegos no puede calificarse de otra manera.

¿Qué tenía que informar si su estadía en el Congreso de la Unión está marcado por la ausencia de ideas y la falta de iniciativas? ¿Acaso hizo alguna gestión sustancial que mejorara las condiciones de vida de sus representados? ¿Realizó planteamientos que fortalecieran las propuestas y reformas de su partido? Y ¿qué finalidad tenía organizar un informe si lo único que hizo en los pasados doce meses fue calentar una silla y levantar el dedo cada vez que se lo ordenaban?

Hasta eso decir que es un títere del poder le queda demasiado guango. Un títere, hablando de política, sirve de instrumento para interpretar una actuación o fungir como un funcionario a modo. Brito ni siquiera eso.

Es una desgracia para la democracia que la rendición de cuentas, en este caso un Informe de Actividades Legislativas, sea tomado con mucha frivolidad por los que se dicen gobernantes o representantes del pueblo, que en lugar de hacerlo con dignidad, es decir, presentar un reporte puntual sobre lo que han hecho desde sus respectivas responsabilidades públicas a favor de los ciudadanos, lo utilicen para el autoelogio y la promoción de sus aspiraciones políticas.

¿Sabrá Ismael Brito qué funciones debe cumplir y ejercer como diputado federal, así como la importancia que contiene su cargo frente a los intereses de la comunidad que representa y ante los demás Poderes del Estado? Quiero suponer que sí, pero en la claridad de los hechos tal parece que le vale una pura y dos con sal.

CÍNICO

En la Antigua Grecia a los cínicos les llamaban perros. El primer perro, según relata la historia, fue Diógenes, quien acudía a los mercados públicos y buscaba el lugar más concurrido, donde todos lo pudieran ver masturbarse, sintiendo un enorme placer en ello. Según él, era un acto de rebeldía contra los convencionalismos sociales admitidos.

Ismael Brito es un cínico, quizá no a la altura de Diógenes, pero si cinismo se define como la actitud de una persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación, entonces lo es en su estilo más ruin y vulgar. Veamos.

Se cuenta que nada más en el acarreo de algunas miles de personas, Brito empleó dos millones de pesos y coaccionó a varios presidentes municipales para que le proveyeran facilidades y más dinero para el traslado de las personas, alimentación y otros gastos que presumiblemente se pagaron con recursos públicos.

¿Se vale que se hayan sacrificado valiosos recursos del erario en un acto meramente proselitista? ¿Cabe que un legislador bajo la bandera de la Cuarta Transformación abuse de su poder para intimar a otros funcionarios y utilice la vida de las personas para la promoción de su imagen? Obviamente no. Sin embargo, Brito lo hizo, descaradamente y en una flagrante violación a las leyes electorales. Pero viene lo peor.

En su discurso afirmó que se dispuso a ser un diputado federal para todo el estado y no sólo para los municipios que contempla su distrito electoral, y ser un legislador que sirva en las grandes decisiones que abonan a la Cuarta Transformación de la República. Por lo que –dijo-, seguirá recorriendo todos los municipios de Chiapas, de cerca y de la mano de los pueblos indígenas. Cínico.

Si algo ha demostrado todo este tiempo es que lo que menos le interesa es el bienestar de los chiapanecos.

Siendo secretario general de gobierno, nada hizo por encontrar acuerdos para resolver los conflictos agrarios, políticos, estudiantiles, magisteriales. Tampoco fue un buen manejador de la política interna, pues generó problemas en algunos municipios y con distintas organizaciones sociales. Inclusive, varios de sus operadores políticos fueron encarcelados por delitos de corrupción, tráfico de influencias, extorsión y asociación delictuosa.

¿NO VA A FALLAR?

Es más, durante el periodo más crítico de la pandemia en lugar de ser paradigma de responsabilidad y compromiso para con los chiapanecos, se encerró en su oficina por miedo a contagiarse, dejando en el abandono a miles de familias en todo el estado.

Hoy dice que “no va a fallar”, pero ya falló. No tomó los ejemplos del gobernador Rutilio Escandón y del presidente Andrés Manuel López Obrador, quienes han estado todo este tiempo al frente de la batalla contra esta pandemia que sigue siendo una prueba difícil y dolorosa para todos los gobiernos del mundo.

Ahí donde el gobernador y el presidente estuvieron y están dando muestra de integridad, valentía y aplomo, Ismael Brito se escondió debajo de su escritorio. ¿Eso es no fallar?

Dijo, asimismo, que no fallaría a los trabajos coordinados con el gobernador Escandón Cadenas y que desde su curul en la Cámara de Diputados seguiría fortaleciendo el proyecto de nación del presidente López Obrador. Lo cierto es que falla hasta en lo más básico: “no mentir, no robar y no traicionar”.

Es cierto, ha estado caminando por los municipios, pero en un afán proselitista, sosteniendo reuniones no con los ciudadanos a los que dice proteger y defender en sus derechos, sino con los grupos políticos a los que les exige respaldo para su proyecto a la gubernatura.

Por tanto, miente cuando dice que ha hecho gestiones para el campo; miente cuando promete trabajar al lado de los pueblos originarios; miente al asegurar que ha luchado por un mejor presupuesto para la entidad. Pues hasta el momento no se conoce ninguna gestión por su parte, ni al campo ni a ningún otro sector de la sociedad chiapaneca.

Lo que sí se conoce son sus vínculos de corrupción con el auditor superior del estado, José Uriel Estrada Martínez, con el que presuntamente ha extorsionado a presidentes municipales bajo las amenazas de imponerles sanciones por irregularidades en la cuenta pública.

También se conoce que a través de sus funcionarios en la Secretaría General de Gobierno, obtuvo importantes sumas de dinero que fueron desviadas de los municipios y otras dependencias estatales.

Igualmente es un secreto a voces que operó políticamente para el establecimiento del extinto concejo municipal de Teopisca, por lo cual esa localidad vive una de sus peores crisis de gobernabilidad.

Con estos actos Brito ha traicionado la ideología de Morena, los postulados de la 4T y, sobre todo, la confianza del gobernador Rutilio Escandón, quien le dio de comer y la oportunidad de formar parte de una administración eficiente y de resultados.

VERGÜENZA

En resumen, Ismael Brito no puede andar con que no le fallará a los chiapanecos y a la Cuarta Transformación porque ya lo ha hecho. Y si se siente un poco inteligente, debería saber o entender que si para algo sirvió su supuesto informe fue para demostrar que su proyecto a la gubernatura nació muerto. No tuvo el acompañamiento de gente importante del partido y el mandatario de Chiapas no estuvo en el evento, a pesar de que él asegura que es su gran amigo.

A buen entendedor, pocas palabras. A Brito le espera la irrelevancia, y debería sentirse agradecido de que al menos su familia lo quiere, ya que tal vez fueron los únicos más entusiastas en el informe. De pena ajena.

@_MarioCaballero

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