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Letras Desnudas

Mario Caballero

Eduardo Ramírez Aguilar ha lanzado la mejor propuesta hecha en décadas para sacar del rezago social y económico a la frontera sur y, al mismo tiempo, enfrentar el fenómeno migratorio que afecta a esa región de nuestro estado.

La propuesta del candidato morenista, quien seguramente será el próximo gobernador de Chiapas, son acciones tanto factibles como realizables. Nada de baritas mágicas ni panaceas, sino planteamientos sustentados en diversos estudios que prometen un compromiso oficial a favor del desarrollo económico de la entidad y en atención a los derechos humanos de la comunidad migrante.

Esta propuesta comprende por lo menos cinco rutas de acción. Estas son: la instalación de empresas mexicanas manufactureras en la región limítrofe; un acuerdo diplomático que incluya la participación de Estados Unidos y de los países centroamericanos; la generación de incentivos fiscales y el mejoramiento de la infraestructura de transporte en conjunto con la federación; la puesta en marcha de un plan local para recuperar el tejido social, la paz y la seguridad y, finalmente, la ejecución de políticas de vecindad fraterna y la realización constante de acciones humanitarias con la sociedad.

Para comprender al detalle la trascendencia de esta propuesta, revisemos cada una de esas rutas de acción.

INSTALACIÓN DE EMPRESAS

En cuanto a la instalación de empresas, Eduardo Ramírez dice: “Si el principal motivo de los que transitan por nuestro estado es la búsqueda de empleo y mejores oportunidades, la construcción de una frontera sur industrial, generadora de empleo y condiciones de vida adecuadas coadyuvaría a la resolución no sólo de la problemática propia de Chiapas, sino de las naciones implicadas como México, Estados Unidos y los países centroamericanos”.

El candidato tiene razón. Si en Chiapas se impulsa el crecimiento industrial tal como se hizo en la frontera norte a partir de la puesta en marcha del Plan de Industrialización de la Frontera en 1965, se brindarían cientos de fuentes de empleo para los chiapanecos y para los migrantes que decidan permanecer en la frontera sur como trabajadores eventuales o temporales.

No puede negarse el importante beneficio que recibe la actividad industrial en la frontera norte por su vecindad con Estados Unidos; sin embargo, aquí, nuestra frontera, tiene lo suyo.

De acuerdo con datos oficiales, las aduanas chiapanecas registraron alrededor de dos millones de operaciones de exportación con Guatemala en 2022, lo cual representó un valor de 842 mil millones de pesos, una cifra nada despreciable. En ese mismo periodo, las exportaciones de México con los países centroamericanos se contabilizaron en 155 mil millones, equivalente al 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto nacional y al 44% del PIB de Chiapas.

Esta actividad, y esta producción, por supuesto, podrían incrementarse con tan sólo la instalación de manufactureras mexicanas. El estudio realizado por Eduardo Ramírez indica que se generarían 127 mil fuentes de empleo y alrededor de 9 mil millones de pesos en salarios que se les pagaría a los trabajadores fronterizos.

Si se logra involucrar a Estados Unidos en este proyecto, que es el principal socio de nuestro país y con el que se comercializa cerca de mil quinientos millones de dólares de exportaciones mexicanas por día, “estos indicadores aumentarían inicialmente hasta en un 50 por ciento con la posibilidad de ir aumentando progresivamente”, dice la propuesta.

ACUERDO DIPLOMÁTICO

Hasta donde se logra ver, el acuerdo diplomático que propone Ramírez Aguilar con el gobierno estadunidense y los países centroamericanos tiene dos importantes beneficios.

El primero, el económico. Como lo vimos en el punto anterior, la influencia de Estados Unidos podría generar miles de empleos y miles de millones de pesos en salarios. Esto sin contar los tres empleos indirectos que se generan en promedio por cada empleo directo, que es un dato registrado en la frontera norte. Ahí la razón por la que aproximadamente 2.4 millones de habitantes de esa franja fronteriza se encuentren vinculados de forma directa e indirecta con el desarrollo industrial de la región.

El segundo, un mayor control y una mejor atención del fenómeno migratorio.

Como todos sabemos Estados Unidos le ha impuesto una política migratoria a México desde los tiempos de Trump, que consiste en retener a los miles de migrantes que se agolpan en la frontera norte y sur de nuestro país hasta que les resuelvan su situación legal.

Bueno, si Estados Unidos y las naciones centroamericanas se involucran y participan con recursos y esfuerzos para echar a andar el proyecto de industrialización de la frontera sur de Chiapas, se elevaría la competitividad económica y esto permitiría que la región se convierta en un polo de atracción de inversión nacional y extranjera que genere empleos fijos, temporales y eventuales.

Además, con la experiencia del proceso de industrialización del norte mexicano se tiene comprobado que la industria manufacturera y maquiladora se ve muy favorecida con la llegada de la fuerza de trabajo migratoria para sostener el ritmo de crecimiento.

Por tanto, para todos los países que lleguen a comprometerse en este acuerdo diplomático sería un ganar ganar.

¿CÓMO LOGRARLO?

Aquí es donde intervienen las otras tres rutas de acción.

Primera, Ramírez Aguilar gestionará ante la federación incentivos fiscales para todas las empresas que quieran trasladar sus instalaciones a la frontera sur de Chiapas, consistentes en la fijación de tasa cero para IVA e ISR. Cuando se implementó una estrategia similar en el norte del país, las industrias aumentaron sus ganancias, ofrecieron más plazas laborales y vieron sustantivos beneficios en su productividad.

También buscará bajar recursos y proyectos de mejoramiento de la infraestructura portuaria para aprovechar la ferroviaria que ya se encuentra en marcha; además de mejorar las instalaciones aduanales.

Segunda, contempla un plan para recuperar la paz social y la seguridad, para con ello dar tranquilidad a las inversiones. Asimismo, dará facilidades para la adquisición de terrenos, subsidio en el pago de servicios e invertirá recursos para mejorar el suministro de electricidad y otros energéticos.

Con todo esto, estima que las empresas exportadoras que se reubiquen en esa zona de nuestra entidad podrían obtener un incremento en sus utilidades entre un 24 y un 40 por ciento. Sin duda, una gran motivación para que estas industrias vengan a Chiapas y ofrezcan oportunidades de vida para los habitantes de la frontera sur.

Por último, dice el candidato: “todo este esfuerzo deberá estar acompañado de una política de vecindad fraterna y de una invitación permanente a las y los chiapanecos de que lo más relevante es el humanismo y que por el bien del pueblo de Chiapas y de México, es importante desmontar el prejuicio de las diferencias generadas a partir del lado de la frontera donde nos tocó nacer. Abrir nuestra conciencia para asumir que cualquier persona tiene el derecho de moverse de su lugar de origen. Que todos somos humanos y que la humanidad y el desarrollo de nuestros pueblos son compartidos”.

HISTÓRICO

De lograrse, Eduardo Ramírez estaría conquistando un resultado histórico para Chiapas y para México. Nadie, ni los candidatos presidenciales en varias elecciones, han lanzado una propuesta tan ambiciosa y emocionante.

yomariocaballero@gmail.com

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