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Letras Desnudas

Mario Caballero

Existe un consenso entre la opinión pública de que el lugar que le corresponde a todo exgobernador es el olvido. Pues salvo contadas excepciones, todos apestan. Esto debería saberlo y sobre todo entenderlo Pablo Salazar Mendiguchía que ha vuelto a hacerse el aparecido en días recientes.

En 2018, buscó ser senador de la República por la vía independiente, pero fracasó de la peor manera. Su captación de votos fue –por decirlo suave- mediocre. Esa fue una señal de que los chiapanecos no se olvidan de quién fue como gobernador de Chiapas y que desperdició la oportunidad de hacer algo por el pueblo, de pasar a la historia como un buen gobernante, pero sólo utilizó el poder para obtener beneficios personales y alimentar su egolatría.

Por eso, ¿a qué vienen ahora sus repentinas apariciones y precisamente en estos tiempos en que se ha abierto de forma adelantada el juego de la sucesión gubernamental? ¿Acaso busca colarse en algún proyecto y por lo mismo se reunió en el Aeropuerto Ángel Albino Corzo con Plácido Morales Vázquez, quien anda desde hace meses en campaña proselitista por todo el estado?

HERENCIA MALDITA

Como sea, a pesar de su desmemoria y cinismo nadie en Chiapas se olvida de que Pablo:

  • En diciembre de 2000, incluso al haber encabezado el primer gobierno de oposición en el estado, su gobierno resultó presuntamente responsable de un centenar de muertos, además de decenas de encarcelamientos injustificados, destierros y desapariciones forzadas de líderes políticos y sociales.
  • Que, en febrero de 2001, pocos meses después de haber iniciado su gobierno, utilizó la fuerza pública para reprimir a los pobladores del municipio de Ixtapa que pretendían instaurar un gobierno autónomo. En lugar de apelar a la legalidad y al diálogo, optó por la intransigencia.
  • Que, en junio del mismo año, en la comunidad San José, en Marqués de Comillas, su gobierno envió a un grupo de policías que robó, golpeó a hombres y mujeres y que encarceló sin ninguna razón a más de cincuenta personas. Hay que decir que durante todo el sexenio de Salazar se contabilizaron alrededor de 20 operativos policiacos en Ixtapa y San José.
  • Que el 28 de enero de 2003, en el paraje Tres Cruces, municipio de San Juan Chamula, murieron cinco personas en la ejecución de una orden de aprehensión ordenada también por su administración y que fue llevada a cabo por la extinta Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), la Policía Sectorial y elementos de la policía municipal de Chamula, que fueron dirigidos por la entonces Subprocuraduría de Justicia Indígena.
  • Que el 13 de noviembre de 2006, por la intolerancia de Salazar murieron más de diez indígenas de la comunidad Viejo Velasco, en Ocosingo, en un enfrentamiento entre comunitarios y autoridades estatales. Los pobladores tan sólo exigían respeto a sus Usos y Costumbres.
  • Que el jueves 10 de octubre de 2002, tres sicarios supuestamente contratados por Salazar Mendiguchía golpearon al abogado Pedro Raúl López Hernández, entonces presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Chiapas, quien después de sostener una larga disputa con el exgobernador, fue obligado a huir del estado por temor a las amenazas de muerte. Una noche, César Chávez Castillo, excoordinador de asesores de Salazar, le dijo: “Tú escoge, cabrón: destierro, encierro o entierro”.
  • Que el 24 de marzo de 2001, Pablo Salazar se impuso sobre otro poder constitucional al disolver por medio de la fuerza pública la decisión de los magistrados de nombrar presidente del Poder Judicial del Estado a Jorge Clemente Pérez. Este caso tiene similitud con el atentado de Victoriano Huerta, el 10 de octubre de 1913, quien usó al Ejército Mexicano para desintegrar la Cámara de Diputados y envió a los congresistas a la cárcel.
  • Que el 17 de febrero de 2004, el Congreso de Chiapas aprobó la reforma al Código Penal del Estado que fue conocida como “Ley Mordaza”, iniciativa de Pablo. Con esa ley castigaba a sus opositores con tres a nueve años de prisión y con una multa de cien a mil días de salario. A la sazón, nadie podía atreverse a cuestionar, denunciar y ni siquiera a sospechar sobre actos de corrupción de un funcionario de su gobierno.
  • Que el 27 de octubre de 2005, como producto de la Ley Mordaza, agentes de la temible AEI, con armas de alto calibre, detuvieron en la ciudad de Tapachula a Enrique Zamora, editor del periódico El Orbe, que días antes había hecho una publicación cuestionando a Salazar por la desaparición de los 11 mil millones de pesos que la Federación destinó para la reparación de los daños causados por el huracán Stan. La arbitraria detención fue publicada por diversos diarios en España, Estambul, Colombia, Puerto Rico, Holanda, Uruguay, Perú, países del Medio Oriente y Estados Unidos.
  • Que, entre diciembre de 2002 y enero de 2003, murieron más de treinta recién nacidos por una infección en el Hospital K de Comitán. Los padres de los bebés alegaron negligencia médica, falta de medicamentos y abandono por parte del gobierno del estado. Trasciende que el director de dicho hospital le solicitó a Pablo Salazar uno de los helicópteros oficiales para trasladar a los niños a la Ciudad de México ya que había tiempo para salvarles la vida, pero se los negó. En el momento de la muerte de los infantes, Salazar estaba de viaje en Brasil y decidió prestar la aeronave para que trabajadores de su gobierno fueran a traer a un jugador de fútbol al país de Guatemala que iba ser integrado al desaparecido equipo Jaguares de Chiapas.
  • Que el 13 de agosto de 2003, murió Joel David Martínez López, trabajador de la Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Río, del Estado de México, después de recibir un balazo en el pecho proveniente de los elementos de Seguridad Pública del Estado.

Al momento de recibir el disparo, Martínez López conducía el autobús donde se trasladaban los alumnos de la Escuela Rural Normal Mactumatzá que venían de hacer una manifestación frente a Palacio de Gobierno. De dicha muerte, Mariano Herrán Salvatti (q.e.p.d.) culpó a los estudiantes y detuvo a 177 de ellos, sembró drogas entre las pertenencias del difunto del que dijo estaba drogado al momento de su muerte. Asimismo, arraigó a maestros de la Mactumatzá y mandó a golpear a padres de familia que se encontraban dentro de la escuela en el momento que los policías atacaron a los normalistas.

  • Que, en 2005, Salazar reprimió a los maestros. A muchos los encarceló, a otros los privó de sus salarios y a algunos más los corrió del estado.
  • Que horas antes de que entrara en tierras chiapanecas el huracán Stan, que provocó la muerte de 1620 personas en toda Centroamérica, incluido México, Pablo fue notificado para que ordenara la evacuación de los municipios que fueron duramente afectados. Sin embargo, no hizo caso y dejó que miles de familias resultaran damnificadas, con pérdidas materiales y humanas.
  • Que el 7 de junio de 2011, Pablo Salazar fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Cancún por agentes de la procuraduría de Chiapas y trasladado al penal El Amate, en Cintalapa, acusado de peculado, asociación delictuosa y por el fraude de 104 millones de pesos.

¿QUÉ?

Con todo esto, ¿qué puede aportar Pablo Salazar a los proyectos de los aspirantes al Gobierno de Chiapas? Si es la mismísima imagen de la represión y el abuso.

@_MarioCaballero

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