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Mario Caballero

Razones para no votar por el coleto

Iré directo al grano. Guillermo Rafael Santiago Rodríguez quiere ser diputado federal por el distrito 9, con cabecera en Tuxtla Gutiérrez, pero yo no voy a votar por él el próximo dos de junio. Explico por qué.

RAZON NÚMERO 1

¿Usted contrataría a un abogado de origen libanés para que lo represente y asesore en un procedimiento judicial ante las autoridades chiapanecas? Pienso que no.

Suponiendo que usted no habla árabe y él tampoco español, ¿cómo se comunicarían? ¿Cómo le explicaría usted el fondo del problema que lo metió en ese lío legal y él cómo haría para asesorarle? Peor tantito, si este abogado desconoce nuestro idioma, menos que conozca cómo funciona el sistema judicial mexicano. En lugar de ayudarlo, empeoraría el problema.

Por esa razón no me parece lo más apropiado votar por alguien como Guillermo Santiago que no es de mi ciudad, que no conoce su problemática social y que jamás ha vivido aquí.

¿Cómo representaría mis intereses ante la Cámara de Diputados si no sabe cuáles son mis intereses como ciudadano de la capital del estado? ¿Qué propondría para rescatar la economía de la localidad, apoyar a los sectores vulnerables y fortalecer la salud y la seguridad de la población si ni siquiera conoce dónde queda tal o cual colonia, cómo está organizada y quién o quiénes la lideran?

Por eso su arranque de campaña en el Parque Central, el pasado tres de marzo, lució vacío, con no más de 100 personas.

Santiago Rodríguez no es de Tuxtla, sino de San Cristóbal de las Casas. Allá nació, creció y ha vivido. Estudió la secundaria en la Escuela Técnica No. 1 “General Lázaro Cárdenas del Río”, la preparatoria en el CBTis No. 92 y dejó trunca la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Chiapas.

Si he de entregar mi voto lo haré por un verdadero tuxtleco, por un político con arraigo y que conozca la gente y las necesidades del municipio. Jamás por un fuereño cuyo único interés por Tuxtla es utilizarlo para ser nuevamente diputado federal.

RAZÓN NÚMERO 2

Guillermo Santiago es un oportunista.

¿Sabe cuál fue el motivo por el que este coleto abandonó sus estudios universitarios? Porque vio en la grilla y en el grito callejero un modo fácil de ganarse la vida y salir de pobre.

Podrá presentarse como activista y luchador social, pero no es lo uno ni lo otro. De activista sólo tiene la voluntad de beneficiar sus intereses personales y de luchador social el propósito de sentirse poderoso. Nada más, pero nada menos.

¿Dónde están las obras sociales de su voluntariado, que es lo que distingue a todo buen activista? ¿Y con qué cara se hace llamar luchador social si no tiene la empatía de ver los problemas de los demás como un problema suyo, si no tiene la capacidad para plantear soluciones en conjunto y si nunca ha sido y será un agente de cambio que inspire a los demás para crear importantes movimientos sociales?

Memo Santiago es un oportunista vulgar. En su etapa de universitario fue vocero de la asamblea estudiantil, donde lo único que logró fue darse a conocer como un bocón entre la misma comunidad universitaria.

¿Recuerda aquel movimiento estudiantil conocido como “YoSoy132”? Bueno, pues él se subió al barco para tener algo que presumir en su insulso y patético currículum, ya que como lo mencionamos en líneas anteriores no concluyó la carrera. Vaya, ni siquiera tiene la calidad de pasante.

Por otra parte, su único mérito es haber entendido los tiempos y las circunstancias que permitieron el surgimiento de Morena. Hoy puede llenarse la boca proclamándose como el más auténtico de los obradoristas, pero ni antes ni después de su militancia en ese partido ha demostrado en los hechos estar verdaderamente preocupado por los que menos tienen, por los explotados, por los excluidos y menos por lograr el bienestar de la clase pobre del país, que es el fundamento del movimiento del presidente López Obrador.

Por lo contrario, sin ningún ideal de por medio, sin una causa firme, sin trayectoria en la histórica lucha de la izquierda, Memo Santiago dejó las aulas de clases y se metió a la política tras las siglas de Morena, y no le ha ido bien sino genial. En 2015 fue diputado federal plurinominal y, en 2018, fue nombrado director general del Instituto Mexicano de la Juventud.

RAZÓN 3

Guillermo Santiago carece de todo reconocimiento.

Para empezar, repito que no tiene una carrera profesional. Para terminar, no tiene un solo logro destacable en las dos únicas encomiendas que ha desempeñado en toda su trayectoria política. De hecho, la vez anterior que alcanzó un espacio en la Cámara de Diputados fue por un mero golpe de suerte.

Para los que no sepan, Morena tiene como método para elegir a los que integrarán las listas de plurinominales a la Cámara de Diputados y al Senado la insaculación, es decir, mete los nombres en una tómbola y los que salgan serán los elegidos. Por eso a Guillermo Santiago se le conoce como “Memo Tómbolas”.

El asunto es que como diputado federal sólo fue a gritar y nunca legisló nada. Además, inició una gira por el interior de la entidad denominada “La gran robadera” para supuestamente exhibir los actos de corrupción del Gobierno del Estado y solicitar juicio político para Manuel Velasco Coello, entonces gobernador, pero actualmente es su aliado en el Partido Verde.

CUARTA RAZÓN

Guillermo Santiago es corrupto y está presuntamente vinculado con grupos criminales.

Fuentes a este columnista revelan que durante su paso como director del Imjuve desvió cuantiosos fondos de los distintos programas de la institución. Prueba de ello son las denuncias de cientos de jóvenes beneficiarios que lo acusaron del incumplimiento de pago y por la malversación de por lo menos 900 mil pesos del Programa de Laboratorio de Habilidades Digitales.

Peor todavía, se cuenta que destinó la mayoría de las becas de la institución a la zona norte de San Cristóbal de las Casas, donde tiene su guarida la banda conocida como Los Motonetos. Con ese dinero, Santiago Rodríguez presuntamente financió las actividades delictivas de esta agrupación que está señalada de varios secuestros y homicidios en el municipio.

Por estas cuatro razones no votaré por Guillermo Santiago: un fuereño que no le conviene a mi ciudad, que no la conoce y que sólo la está utilizando para seguir viviendo del presupuesto público.

PARA MAGDALENA

Querida prima, vaya escándalo el de Morena al haber incluido en la lista de plurinominales al Congreso del Estado a Jesús Domínguez Castellanos, quien de repartidor de cerveza pasó a empresario cervecero y, hasta hace poco, con el pretexto de impulsar la candidatura de Adán Augusto López a la Presidencia, se convirtió en el mayor extorsionador de alcaldes. ¿De qué privilegios goza este desacreditado personaje para que haya incluso desplazado a los morenistas que se han entregado a la causa de la 4T? Sin duda, estas son las acciones que decepcionan a la verdadera militancia y hacen que decaiga el ánimo para continuar con la lucha partidista. Por si fuera poco, en el caso de que alcance dicha posición, ¿qué podría aportar en beneficio de los chiapanecos? No será más que un legislador inútil que aprovechará sus influencias en beneficio de sus negocios. En fin, como dice el dicho, “en el pecado han de llevar la penitencia”.

yomariocaballero@gmail.com

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