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Los rescoldos nauseabundos del PRD

Letras Desnudas

Mario Caballero

Resulta en verdad vergonzoso, de pena ajena, observar la inutilidad del Partido de la Revolución Democrática. Si antes fue una opción política, no lo es más. Tan sólo se trata de un cascarón vacío al que hasta partidos políticos como el PT, PES y el Verde Ecologista le comen el mandado sin que nadie en el instituto presente una alternativa, una idea. Es triste ver cómo varios de sus militantes, sin importar el rango que ocupen o el cargo público que desempeñen, chaquetean buscando refugio con tal de no precipitarse en la irrelevancia.

No es difícil darnos cuenta de que los perredistas están perdidos, que no tienen rumbo, que no saben qué hacer. Están reducidos a un grupo de políticos burgueses acostumbrados a una vida confortable llena de privilegios pagados con los impuestos de los contribuyentes. Y es hasta insultante ver cómo defienden con uñas y dientes sus pequeños feudos que cada vez se reducen más.

No es necesario ir muy lejos para percatarse de ello. Un ejemplo claro es el de la diputada federal Olga Luz Espinosa Morales, de Chiapas, quien presume ser de izquierda, de tener una profunda vocación por el servicio público, de estar del lado de la oposición y de que durante la votación de la Reforma Eléctrica del gobierno federal votó en contra.

Basado en su historial, no creo que se haya tomado siquiera la molestia de leer la iniciativa. Su voto fue porque así se lo ordenó el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, y porque así también convino a sus propios intereses. Pues nunca ha sido una verdadera política de izquierda, interesada en las necesidades de los que menos tienen y en utilizar sus facultades como funcionaria pública para hacer el bien común. Todo lo contrario, su carrera construida a base a actos de oportunismo está plagada de abusos de poder.

REMEMBRANZA

Olga Luz Espinosa nació el nueve de junio de 1976, es licenciada en Derecho y cuenta con una maestría en Administración de la Educación.

Ha sido perredista de toda la vida, pero su éxito tanto político como económico no proviene de su capacidad para debatir iniciativas, o defender una postura ideológica o generar soluciones a problemas locales. No. Porque hay que entender que un político es en el fondo un líder que representa un proyecto. Espinosa Morales no es ni lo uno ni tiene lo otro. Si no su éxito viene de la alianza que tendió en su momento con Juan Sabines Guerrero, el exgobernador más corrupto que haya tenido Chiapas en la historia contemporánea.

Si bien Sabines fue el promotor de su carrera política, su principal benefactor fue el exsubsecretario de gobierno, Nemesio Ponce Sánchez.

Fue él el que la palanqueó para que fuera designada agente del Ministerio Público en la Procuraduría General de Justicia de Chiapas, también procuradora Regional de la Familia y Adopciones del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF Chiapas) y oficial secretario en la PGR.

No obstante, esos cargos fueron para Olga Luz como un día de campo. Pasó sin pena ni gloria, tanto así que en el círculo más cercano del exgobernador la consideraban una funcionaria de bajo nivel político. Lo cierto es que bajo el respaldo y protección del torvo Ponce Sánchez, disfrutó a borbotones de las mieles del poder. Era, simplemente, intocable.

Pero donde en verdad se vio el amor hacia su persona fue en el año 2009. Corría el proceso electoral intermedio. Y gracias a las maquinaciones de Sabines Guerrero y Nemesio Ponce, quienes a punta de amenazas y billetazos lograron candidaturas para diferentes cargos para sus más cercanos y aliados, Espinosa Morales fue inscrita en la lista de diputados federales plurinominales del PRD.

El asunto, sin embargo, no era tan fácil como parece. El trato era que ella tenía que renunciar al puesto para darle paso a su suplente, el químico Carlos Esquinca Cancino, un personaje que se ha ganado el respeto de la clase política local debido a su desempeño y profunda vocación por el servicio público. Pero las cosas salieron de otro modo.

Olga Luz se negó a soltar la diputación y corrió inmediatamente a suplicarle a Nemesio Ponce que la ayudara a quedarse en el cargo. Éste, ni tardo ni perezoso, intervino ante Juan Sabines y Carlos Esquinca terminó recibiendo todo tipo de amenazas, por las cuales tuvo que dejar el estado.

De ese tamaño fue el oportunismo de esta perredista que se autonombra de izquierda y que jura que está comprometida con las causas más sensibles de la sociedad chiapaneca, y que por lo mismo su voto fue en contra de la Reforma Eléctrica. Cínica. De sobra se sabe que nunca ha sido así, que siempre ha buscado sacar ventaja de todos y que nunca le ha importado pasar por encima del derecho de terceros.

CORRUPCIÓN Y NEPOTISMO

Por ejemplo, en julio de 2015, se supo a través de una denuncia en contra de César Espinosa, entonces dirigente estatal del PRD en Chiapas, que ella había sido su cómplice en los delitos de robo de identidad, fraude y falsificación de documentos en contra de la joven Abigail Morales Ramírez.

Las cosas ocurrieron así. Abigail, que había conocido a César Espinosa en una reunión del PRD en octubre de 2013, llevó sus documentos a las oficinas del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Chiapas (Cecytech) con la promesa de que le darían un empleo. Quien se lo ofreció fue el mismo César Espinosa, y la entonces directora de mencionado organismo era su hermana Olga Luz.

Pero pasó el tiempo y nunca le hablaron, así que se resignó a no obtener el empleo. Sin embargo, por medio de una amiga se enteró que desde hacía varios meses había sido incorporada a la plantilla laboral del Colegio sin que ella hubiera firmado contrato alguno. No es todo. Entre Olga y César falsificaron su firma y la plasmaron en un contrato laboral apócrifo. También falsificaron sus documentos de escolaridad en los que la hicieron pasar con un perfil profesional cuando los estudios de Abigail eran de secundaria incompleta.

Por si fuera poco, con uso de estos documentos falsos los hermanos Espinosa Morales cobraron a su nombre los salarios desde el primero de febrero de 2014 hasta el primero de enero de 2015, con su respectivo aguinaldo por supuesto. Dando un total de 414 mil 583 pesos.

Como prueba de estos hechos está la querella II/088/2015, radicada ante la PGR y luego turnada a la entonces Procuraduría General del Estado de Chiapas, hoy Fiscalía General.

Por tanto, ¿dónde está esa supuesta política de izquierda y esa funcionaria pública comprometida con la sociedad que dice ser la diputada Olga Luz Espinosa Morales?

CONCLUSIÓN

Por gente como Olga Luz Espinosa, el PRD está en terapia intensiva. Si quiere volver a posicionarse como el partido que antes fue, necesita verdaderos líderes, gente capaz de generar acuerdos a favor de las causas de la población y con una auténtica vocación por el servicio a los demás.

Lo que no puede hacer es seguir impulsando a este tipo de políticos, que están claramente obsesionados con el poder, preocupados por no perder sus feudos y cuyo mayor interés es seguir viviendo del presupuesto.

yomariocaballero@gmail.com

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