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Puntos Fiscales

José Luis León Robles                                             

dj_drdead@hotmail.com

Buenos días distinguidos lectores de este prestigiado diario, esta semana estamos de fiesta, celebramos la independencia de México, que por cierto muchos actores políticos desconocen las acciones  de lo que es la independencia, no pregonan con nuestra historia de este hermoso país, sino que prefieren ser sumisos del poder ejecutivo, no velan por los intereses del pueblo y si por sus intereses personales, pero bueno como alguien diría será la historia contemporánea que los evaluará, por ello este tema está dedicado para aquellas personas que defiendan sus ideales pero sobre todo que conozcan la historia detrás de la gran verbena popular, como ustedes mis apreciables lectores. El periodo de nuestra historia conocido como la famosa Guerra de Independencia empieza la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el cura Miguel Hidalgo da el famoso grito que conocemos como el llamado “Grito de Dolores” y termina el 27 de septiembre de 1821 con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, a una jubilosa Ciudad de México. El movimiento armado era liberar a nuestro territorio del yugo español y que, en cada rincón de la Colonia se olvidase por completo el concepto de virreinato, sino hasta la fecha estuviéramos venerando a los reyes contemporáneos. Se sabe incluso que, antes de estallar la Independencia, existía varios escritos subversivos en los que se afirmaba que el territorio mexicano podía hacerse independiente y que, además de posible, la Independencia de México era deseable porque el gobierno español no se ocupaba del bien general de la Nueva España, como sí se ocuparía un gobierno libre, constituido por netamente mexicanos. En nuestra historia oficial se dice que existe etapas de este movimiento, 4 para ser exactos, en la primera etapa que abarca desde el Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de Calderón (en el actual municipio de Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de enero de 1811), cuando la muchedumbre dirigida por Hidalgo con el famoso estandarte guadalupano en mano peleaba con más pasión y arrojo que estrategia, en la segunda etapa en este periodo entra en escena José María Morelos y Pavón. Éste va desde principios de 1811 hasta la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco (en agosto de 1813). En este tiempo, los insurgentes se anotaron varios triunfos siendo los más sonados los obtenidos en las regiones del centro -en Cuautla (Morelos), donde llegaron a romper un importante cerco y en el sur en Acapulco y Chilpancingo (en Guerrero), donde incluso gestionó el primer Congreso de Anáhuac de la actual República Mexicana. En la Tercera etapa se caracteriza por un gran desorden. Con la muerte del “Siervo de la Nación” (fusilado en Ecatepec, en el Estado de México), se crea un gran vacío en el mando del grupo insurgente y los realistas, aprovechando esta situación, al mando del temible General Félix María Calleja logran rehacerse y recuperar la ofensiva. En esta etapa se rinde el último reducto importante insurgente y, técnicamente, los leales a la corona han ganado la guerra. En esta remembranza de la historia, se pudieron percatar además de donde sale el nombre de siervos de la nación y que actualmente lo retoma el actual partido en el poder encabezado por el líder de ese movimiento y que hoy es el titular del ejecutivo federal.  Si el creador nos lo permite nos estaremos leyendo la siguiente semana en esta su columna.

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