Javier Mendoza/ Diario de Chiapas
Este fin de semana, las cajas de dulces típicos de Día de Muertos llegaron a los mercados de la ciudad, para adornar los estantes y brindar algarabía a uno de los días más especiales de la cultura mexicana.
Jesús López Álvarez, vendedor de dulces tradicionales, dijo que los precios son accesibles para el público y variables para todos los bolsillos, con el fin de que ningún altar se quede sin estas figuritas de azúcar.
“Tenemos de a 10 la pieza, de dos piezas por 15, las catrinas de a 10 y 20 pesos; las calaveritas de tenemos de varios precios de a cinco por 10, tenemos de tres por 10 y a cinco la pieza”, explicó.
Los tradicionales dulces bancos con pintas en verde y rojo, son realizados en el estado por artesanos de los dulces, estos se venden a precio de cinco por diez pesos.
A pesar de ser el primer día de venta, la gente se congrega para consumir este folklor de colores para llenar los altares de iluminación y viveza para recibir a los fieles difuntos.
Los dulces de muerto adoptan figuras llamadas “alfeñiques” y pueden ser de azúcar, amaranto, pepita de calabaza, chocolate, cocadas, calabazates, camotes, jamoncillos (dulce de leche), calabaza en tacha, peras e higos cristalizados, tamarindo, arroz de leche, conservas de tejocote, guayaba, durazno, higos, biznagas, caña, etc.
“Ahorita como lo están mirando que está llegando el producto ya se congrega la gente para comprar estos dulces”, agregó el vendedor.
El pan de muerto se lleva a la venta el día de la celebración, para que sea consumido en no menos de 48 horas y no se eche a perder.
Los que se fueron regresan y con ellos se vuelve a compartir. Se les mima, consiente y halaga con sus comidas, bebidas, música y flores preferidas, convirtiendo los cementerios y altares públicos o privados en un festín insólito de dulces, alimentos, mariachis, tequila y aroma de cempasúchil, la flor naranja de esta festividad.
