Álvaro López / Huixtla
La organización denominada “Todos Unidos contra Laparra (TUCOLA)”, que fue conformada en el año 2015, cuando el ahora alcalde participaba en la contienda electoral por segunda ocasión por el PVEM para ser edil y fuera fulminantemente derrotado, vuelve a reactivarse, incitada por los tantos desmanes y actos de corrupción que se generan en el actual gobierno morenista.
“TUCOLA” vuelve al escenario al igual que los diversos grupos de inconformes, como son los frentes de resistencia civil, personas agraviadas, locatarios, propietarios de bares y cantinas, empresas distribuidoras de productos en su generalidad, padres de familias, transportistas, ciudadanos y automovilistas particulares. En diferentes frentes se reorganizan, interponen quejas y demandas, pero todos aseguran que gritan en un desierto porque no hay autoridad que los escuche, por lo que esto puede desatar un movimiento de grandes dimensiones y consecuencias en el municipio.
Locatarios aseguran que uno por uno están tratando de retirarlos de sus lugares que ocupan desde hace varios años y en los mismos están colocando gente cercana al alcalde. En el caso de pagos prediales, pago de bares y cantinas, carga y descarga dentro de la mancha urbana, derecho de piso, estacionamientos, puestos de tacos, tortas y toda una serie de vendimias, sin ser aprobada la ley de ingresos y mucho menos publicada, ilegalmente aumentó los pagos hasta en un 300 por ciento y prueba de ello es que algunas empresas se ampararon y otras prevén retirarse del municipio.
Por todo esto y más inconformidades que día a día se acumulan, las agrupaciones dijeron “¡ya basta!” y se reorganizan.
