José Cancino / Tapachula
El pasado jueves arribaron 200 dosis contra el COVID-19 a la clínica “Dr. Roberto Nettel Flores”, del Instituto de Seguridad Social para Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Tapachula.
Las vacunas fueron suministradas en su segunda puesta a personal de primera línea y en la primera dosis a médicos de segunda línea que estaban a la espera de estos antídotos contra el letal virus.
Sin embargo, aún están a la espera unos 115 trabajadores de salud que no alcanzaron a cubrir siquiera la primera dosis, por lo que dijeron estar inconformes y podrían movilizarse o ausentarse de esta clínica, ya que aseguran están desprotegidos ante la pandemia.
Por más de un mes, médicos y personal de enfermería señalaron que trabajarían bajo protesta, debido a que acusaban que las primeras dosis que llegaron no se entregaron al personal que en realidad necesitaba ser vacunado.
El personal de esta clínica situada en la zona centro de Tapachula, colocó mantas en las cuales acusaban que el director, Eleud Sua?rez Córdova, había beneficiado a sus allegados con la aplicación de la vacuna, entre estos, personal administrativo que debió de esperar hasta el último.
La clínica del ISSSTE en Tapachula alberga a unos 80 mil derechohabientes de distintos municipios de la región Soconusco. Se trata de uno de los hospitales más viejos en la frontera sur, donde se han denunciado carencias en cuanto a insumos e infraestructura para la atención de enfermos.
El hospital “Dr. Roberto Nettel Flores” cuenta con un módulo triage, en el cual se analiza y determina si el paciente requiere de hospitalización o ser enviado a casa según sus síntomas.
El nosocomio ha atendido contagios de COVID-19, sin contar con las herramientas necesarias para la hospitalización de pacientes, según revelaron algunos empleados, que piden a la Secretaría de Salud federal tomar cartas en el asunto.
