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Moshé Machover

El 7 de octubre fue un desastre para el pueblo palestino porque ha creado las condiciones para otra ronda de limpieza étnica. También existe el peligro, argumenta Moshé Machover, de una conflagración regional más amplia.

Me gustaría comenzar citando una declaración que firmé hace 56 años, que se publicó en Ha’aretz el 22 de septiembre de 1967, poco después de la Guerra de los Seis Días:

«La ocupación implica un gobierno extranjero. El dominio extranjero implica resistencia. La resistencia implica represión. La represión implica terror y contraterrorismo. Las víctimas del terror son en su mayoría personas inocentes. Aferrarnos a los territorios ocupados nos convertirá en una nación de asesinos y víctimas de asesinatos».

Quiero poner en este contexto los eventos que se desencadenaron el 7 de octubre de 2023, con la atrocidad cometida por Hamas. No me refiero a esta cadena de causalidad predecibles para excusar las atrocidades de Hamas. Son inexcusables (como las aun mayores atrocidades tecnológicas cometidas por Israel). Más bien, es una forma de explicar lo que las causó.

El origen de todo esto es la ocupación israelí de los territorios palestinos en 1967. Esta es la causa. Y me gustaría vincular las probables consecuencias de estos acontecimientos recientes con otra predicción que hice hace bastante tiempo: este ciclo de resistencia, represión, terror y contraterrorismo está aumentando y apunta hacia una importante limpieza étnica del pueblo palestino de los territorios ocupados por Israel en 1967. Por supuesto, no predije que esta limpieza étnica se desencadenaría en Gaza; esperaba que comenzara en Cisjordania, donde la gente podría ser expulsada a través del río Jordán. Frente a ella, la limpieza étnica en Gaza es más problemática: ¿a dónde huiría la gente (si todavía quedara con vida)? Y no imaginé la masiva escala del exterminio, que en esta etapa parece una posibilidad.

Ciertamente, no es que la limpieza étnica vaya a ser causada por el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre. Pero, como explicaré, este ataque ha hecho que la resistencia, incluida la resistencia internacional, a este proceso sea más difícil. Y en este sentido, la atrocidad cometida por Hamas es una calamidad para los palestinos, ya que reduce la escasa posibilidad de prevenir la limpieza étnica.

Permítanme ser claro: lo que está ocurriendo ya es una limpieza étnica. Si se bombardea a una población en la escala que está sucediendo actualmente, matándola de hambre, negándole el agua, destruyendo edificios esenciales, incluido el hospital al-Ahli (explicaré a continuación por qué fue casi seguro bombardeado por Israel), hambreando a la población, ordenando a un millón de seres humanos que se trasladen de donde están, incluidas personas incapacitadas, los que están en los hospitales, y huyen a kilómetros de distancia a algún lugar donde seguirán siendo bombardeados, esto ya es una limpieza étnica (algunos pueden llamarlo genocidio).

¿Se puede prevenir esto? La única oportunidad (muy escasa) es la presión de la opinión pública, particularmente en Occidente, sobre todo en los Estados Unidos y en el propio Israel. Pero lo que ocurrió el 7 de octubre socava esta posibilidad por la simple razón de que la mayoría de la gente solo ve la atrocidad en sí misma, no lo que la causó. La mayoría de la gente solo ve lo que informan los medios de comunicación: no entienden la causalidad, la causa raíz, que es la propia ocupación israelí. Como resultado, nuestra capacidad para prevenir la limpieza étnica se reduce. Así que este es un gran gol en la propia portería que Hamas anotó contra el pueblo palestino.

No estoy haciendo un juicio de valor. Ciertamente, las atrocidades deben ser condenadas, pero estoy hablando de las graves consecuencias políticas. Si Hamas hubiera lanzado una operación militar exitosa, superando el sistema de vigilancia de la inteligencia israelí y desalojando a los militares de posiciones clave, podría haber sido el comienzo de una historia de éxito. Había varias motivaciones posibles para una operación militar así, pero la coyuntura inmediata es un proceso de acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, pasando por alto al pueblo palestino: la culminación de la idea de Netanyahu de poner el problema palestino en un estante por el momento y mejorar las relaciones con los regímenes árabes.

Atrocidades

Pero lo que siguió al 7 de octubre ha sido una cadena de atrocidades. Algunas personas han especulado que esto es lo que Hamas quería lograr: que fue una táctica deliberada para provocar una conflagración militar mucho más amplia en la región. Si esto es así, entonces sería otro gol en la propia portería del pueblo palestino.

Cuando predije que Israel se estaba preparando para una limpieza étnica de los palestinos de los territorios ocupados y posiblemente del propio Israel, mencioné que esto solo podría tener lugar en circunstancias oportunas. Tiene que haber una coyuntura en la situación regional e internacional que sirva de tapadera para una limpieza étnica tan importante. En este contexto, una gran guerra regional sería, desde el punto de vista del régimen sionista, una oportunidad ideal para perpetrar una limpieza étnica.

Lo repito, ya sea que Hamas tuviera o no el objetivo de provocar tal conflagración regional (en lugar de llevar a cabo un acto de rabia ciega), ha logrado desarrollar la oportunidad para que Israel perpetre una limpieza étnica, no solo en Gaza, por supuesto, sino también en Cisjordania y posiblemente en el propio Israel (y, por cierto, tales medidas hacia la limpieza étnica en Cisjordania ya están empezando a suceder).

Hemos visto eventos importantes que apuntan en dirección de la escalada. ¿Cuáles serán las consecuencias? Por supuesto, la sociedad israelí ha girado bruscamente hacia la derecha, pero afortunadamente la oposición a los palestinos en la opinión pública de los países occidentales parece menos aguda de lo que podría haber sido. Las manifestaciones que están teniendo lugar en Londres y en muchos otros lugares son una indicación de que sigue habiendo un apoyo sustancial al pueblo palestino y a sus derechos individuales y colectivos. Pero no se puede ser demasiado optimista al respecto.

En este contexto, quiero comentar brevemente el bombardeo del hospital al-Ahli. En primer lugar, la hasbara (propaganda) israelí tiene cero credibilidad: muchas personas en Israel que no son necesariamente antisionistas no tienen ninguna ilusión sobre la credibilidad del rechazo de responsabilidades israelíes. Pero permítanme hacer una declaración de naturaleza probabilística.

El bombardeo de este hospital el 17 de octubre fue un ataque deliberado de Israel o un accidente al azar de un cohete palestino defectuoso. ¿Cómo se puede juzgar que es más probable? En primer lugar, considere el hecho no muy publicitado, pero claramente verificado, de que el hospital también fue bombardeado tres días antes, el 14 de octubre. Hay muchas pruebas sobre esto y no hay duda de que fue atacado por Israel en esa ocasión, utilizando un proyectil más pequeño. Así que, si fuera alcanzado de nuevo por pura casualidad por un cohete defectuoso de la Yihad Islámica, ¡sería completamente fortuito que cayera exactamente en el mismo lugar!

Eso está bastante lejos de todas las pruebas en vídeo y sónicas que han producido investigadores respetados. Así que piénselo. ¿Qué probabilidad hay de que el mismo hospital haya sido golpeado dos veces, una vez deliberadamente y luego simplemente por casualidad? Que cada cual saque su conclusión.

Ahora me gustaría comentar dos artículos en el Weekly Worker de la semana pasada.1 Ambos mencionan el hecho bien conocido de que Hamas originalmente (en la década de 1980) fue alentado por Israel en la Franja de Gaza. Ocurrió bajo el liderazgo del entonces ministro de Defensa, Ariel Sharon. La idea era que socavaría a la Organización de Liberación de Palestina, principalmente a Fatah, que entonces era la gran «organización terrorista», según Israel.

Perspectivas

¿Cuáles son las perspectivas actuales? Israel ha sufrido un shock masivo; su sociedad está traumatizada. Como he señalado, la opinión pública en Israel está girando bruscamente hacia la derecha. Pero eso no significa que la coalición de Netanyahu esté segura. Todo lo contrario: ahora va a estar bajo presión de dos partes.

En primer lugar, esos «liberales» que protestaban contra, por así decirlo, la «caída de la democracia judía israelí» durante los meses anteriores a los acontecimientos actuales, van a acusar a Netanyahu de no prepararse para la embestida de Hamas. Por supuesto, Netanyahu va a culpar de esto al ejército y a la inteligencia, pero no puede evitar las acusaciones de haber fomentado a Hamas, lo que ahora es de conocimiento general. En esto también va a ser atacado por la extrema derecha.

¿El conflicto actual se va a convertir en una gran conflagración en la región? No tengo una bola de cristal, pero parece una posibilidad sin duda. Y, cuando esto comience, ¿quién sabe hasta dónde llegará? ¿Involucrará solo a Hezbolá o Irán se verá arrastrado también? Por supuesto, la política de Netanyahu es tratar de llevar a los Estados Unidos a un conflicto militar abierto con Irán. Los movimientos militares realizados por los EEUU, con los dos portaaviones ahora en el Mediterráneo, apuntan a su disposición a participar en una guerra contra Hezbolá, pero muy posiblemente también con el propio Irán. Esto sería un enorme desastre.

A veces sabemos cómo comienzan las guerras, pero cómo terminan es muy impredecible, excepto que las consecuencias serán muy malas. De hecho, el propio Joe Biden insinuó esto durante su visita a Israel la semana pasada. Indicó que Israel tiene que tener cuidado de no cometer los mismos errores que cometieron los EEUU al invadir Afganistán, etc. Ha advertido cautelosamente a Israel que no comience algo de la misma naturaleza, porque ¿quién sabe dónde terminará?

También se ha especulado que Estados Unidos podría aprovechar la oportunidad de una guerra regional para tratar de derrocar al régimen de Assad en Siria, desalojando a los rusos de su última base naval. Esto beneficiará a los estadounidenses al cortar el cordón umbilical entre Irán y Hezbolá, que atraviesa por Siria.

Pero, como dije, si comienza una conflagración regional, no podemos predecir cómo terminará. Sin embargo, una cosa es muy probable: será utilizada por Israel para tratar de perpetrar una limpieza étnica aún mayor.

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