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Luis R. Gordillo
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
El color, la alegría, los chinchines (sonajas) y los gritos, inundaron nuevamente las calles de la colonial Chiapa de Corzo, tras dos años de suspensión a causa de la pandemia.
La salida de las Chuntá, la noche de este domingo 8 de enero, dio vida nueva a la comunidad chiapacorceña, que año con año se viste de un colorido y una alegría sin igual.
Desde temprana hora, centenares de hombres se dieron a la tarea de vestirse y maquillarse como mujeres para el gran momento, pues encarnan a las sirvientas que acompañaron a María de Angulo para obsequiar alimentos a los pobladores de Chiapa de Corzo durante una hambruna, como agradecimiento al milagro de los curanderos chiapacorceños que sanaron a su hijo.
En esta ocasión, las “Pandillas” se organizaron para salir una tras otra y que la diversión no parara durante horas: la “Pandilla del Jerry” fue la primera en salir, al tomar las calles desde las 6:00 de la tarde.
La “Pandilla de Manuelito” y la “Pandilla de la Tía They”, salieron a las 9:00 de la noche, haciendo de este domingo uno muy especial, pues la emoción contenida durante 24 meses, se desbordó en el recorrido de todas las Pandillas, que contagiaron el espíritu festivo a toda la población.
La preparación de quienes salen al Baile de las Chuntá es muy cuidadoso: el maquillaje, las enaguas, la blusa con bordados, las alhajas, los chinchines, el canasto en la cabeza para obsequiar banderitas de colores y alimentos que obsequian a la multitud, mientras gritan el famoso: “¡Arrecha la que no grite!”.
Quedan varios días de Fiesta y aún podremos disfrutar de todo el color y el sabor propios de esta festividad, que ha sido nombrada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Así que le invitamos, apreciable público lector, a prepararse para visitarla colonial ciudad ¡y que Viva la Arrechura!

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