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Horario de Verano, ya se estaban tardando

Veintiséis años después, el gobierno federal se percató que la aplicación del Horario de Verano no tenía los beneficios halagadores por el que fue implementado. Su fracaso empezó desde el inicio, cuando en las comunidades del país, su población decidió regirse por el “horario de Dios”, pues se dieron cuenta que para ellos no les beneficiaba y contrario a ello, le ocasionaba perjuicios a su salud.

Acostumbrados a levantarse cuando la luz del alba aún no aparece para despuntar el día, y dormirse a temprana hora, los pueblos originarios se rigen por el canto del gallo, por su reloj corporal para levantarse e iniciar su jornada laboral. Estamos hablando de que, a las cuatro de la mañana, por muy tarde, ya están de pie para emprender su camino, con itacate o bastimento, según le llamen a su comida e iniciar sus labores en el campo, en la granja o cualquier actividad que realicen en sus comunidades.

Esta semana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que envió al Congreso de la Unión una iniciativa para abrogar este mandamiento que se estableció por ley en 1996 en el gobierno de Ernesto Zedillo. El objetivo inicial fue ahorrar energía eléctrica, ya que así se podría aprovechar más la luz solar y reducir los gastos de la electricidad.

Esta vez, suponemos, sus adversarios neoliberales le dirán que sí para eliminar esta pesadilla, pues es una demanda ciudadana que impulsaron en varios congresos locales los diputados de todos los colores partidistas.

Todos sabían que subir a tribuna en aquéllos tiempos era sólo para la foto, pues ningún Congreso tuvo la osadía se acogerla para que la petición globalizada como Legislatura tuviera fuerza. A casi cuatro años de su gobierno, el presidente AMLO se colgará la medalla de una petición que el pueblo de México pedía a gritos.

Está claro que para que se concrete se tiene que esperar que los legisladores retornen de sus vacaciones, pues se encuentran en receso. Total, este asunto tendrá que esperar pues no es objeto de obvia resolución y, por lo tanto, no amerita la convocatoria de una sesión extraordinaria. Aunque, habría que aclarar que al documento ya le dio entrada la Comisión Permanente.

En tanto es bueno recordar lo jocoso del asunto. En las comunidades, a excepción de las instituciones bancarias, terminales de autobuses foráneas y oficinas gubernamentales, donde la hora de entrada es a las nueve de la mañana en promedio, nadie respondía a respetar el horario. Escuelas de todos los niveles y la entrada a misa, era y sigue siendo, como lo dispuso el Creador.

Bueno, no sólo los municipios y localidades que se enclavan en la serranía o lugares apartados de las ciudades, hicieron oídos sordos, también en las regiones Selva, Norte, Fronteriza y Costa, que colindan en los 658 kilómetros de frontera con Guatemala, se revelaron. Otro sector que desde el principio rechazó la medida impositiva del gobierno fueron las comunidades afines o integrantes der la zona de influencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

En realidad, no se sabe cuánto es el grueso de la población de Chiapas, las que no participaron con la aplicación del horario, aunque indirectamente tenían que cumplirlo cuando se trataba que tuvieran que trasladarse a alguna zona urbana.

En la contraparte, los datos duros que maneja y sustenta como viable que siga operando este programa son los números que arroja el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica. Para el año 2018 asegura se ahorraron 945.29 GW con el horario de verano, siendo este un equivalente a 1,359 millones de pesos. No somos expertos, pero quizás esta numeraria es muy insignificante comparada con el monto que se eroga para la construcción de Dos Bocas, por ejemplo.

Qué caso tiene seguir manteniendo el horario si a la refinería se le invertirán más de 18 mil millones de dólares. Es cierto, esta empresa tiene que recuperar lo invertido, pero lo que se cuestiona es la poca utilidad financiera que se obtiene en ahorro de luz eléctrica contra el daño mayor a la población por somnolencia, irritabilidad, dificultad en la atención, la concentración y la memoria, trastornos digestivos, aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito, trastornos hormonales y malestar general. La población lo exigía a gritos y la verdad es que se están tardando.

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