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Plácido, el amigo de AMLO

El día de hoy será intenso porque en el país cientos de sindicatos y organizaciones de trabajadores saldrán a las calles para marchar y manifestar su solidaridad con este día que enmarca las conquistas de hombres y mujeres que han forjado con su labor diaria, el desarrollo social y productivo de México.

Un día consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano que se celebra a raíz de la lucha obrera que se hizo presente en Chicago, Estados Unidos de Norteamérica, un primero de mayo, pero del lejano año de 1886. En la historia mexicana, su culminación data durante la Revolución Mexicana, cuando la Casa del Obrero Mundial unificó a varias organizaciones y sus afiliados decidieron conmemorar públicamente el 1º de mayo como Día Internacional del Trabajo a partir de 1913.

Desde entonces la lucha por el respeto a los derechos laborales de millones de mexicanos ha sido una constante que a la fecha no termina porque a pesar de que se legalizaron las jornadas de ocho horas, el pago de indemnizaciones, condiciones seguras para trabajar, no permitir que la niñez fuera objeto de estas tareas y darle a la mujer trabajadora el lugar se merece, en algunos de estos sectores aún persisten resistencias.

Una tarea que los grandes sindicatos en México se han encargado de exigir a los gobiernos que en su momento ostentaron el poder como el Revolucionario Institucional, Acción Nacional y hoy en día Morena.

En Chiapas, con el Sindicato y Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE-CNTE), considerado el más grande del continente, la medición de fuerzas ha sido una constante. Sin embargo, habría que reconocer que a estas alturas, el gobierno de la República a través del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje que encabeza el chiapaneco Plácido Morales Vázquez, las huestes demoledoras han logrado conciliar y destrabar asuntos que amenazaban la gobernabilidad, por el “carácter explosivo” y muchas veces intransigente, de los hombres y mujeres que alguna vez estuvieron frente al aula, y que hoy son dirigentes que dicen luchar sin descanso por las conquistas sindicales.

De los graves y delicados problemas por los que atraviesa el gobierno de la República, el trabajo de contención que le ha dado al presidente Andrés Manuel López Obrador el hombre originario de Ocozocoautla de Espinosa ha sido considerado como bueno, tanto que los grandes sindicatos han estado trabajando a la par con la autoridad.

Sin embargo, también habría que destacar que, en las próximas semanas y meses, la tarea para Morales Vázquez no será nada fácil, pues ya la dirigencia sindical de la Sección 7 del SNTE-CNTE anunció una serie de movilizaciones que empezarán justo este día en algunas partes del estado y que amenazan con prolongarse en una agenda mediática que ha preparado el magisterio, pero que no ha detallado.

Las demandas laborales que dicen los maestros no les han cumplido será una tarea titánica que habrá de atender el titular del Tribunal Federal. Su trabajo fino, sin aspavientos, sin protagonismo, habría que resaltar, le ha gustado al presidente AMLO. Además, el mandatario se precia de que Plácido es su amigo de muchos ayeres, con el que ha caminado para darle a México y a Chiapas, mejores oportunidades de desarrollo.

Lidiar con los llamados toros bravos que aglutina la CNTE en entidades como Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, es digno de reconocer. Y justo en este antecedente, habría que decir que no hay que perder de vista al chiapaneco, pues su añorado anhelo de gobernar su estado puede ser una opción que los adelantados adversarios del mismo Morena no han tomado en cuenta o, mejor dicho, no lo han considerado como una opción en la que el mandatario federal se fijaría.

No debe olvidárseles que Plácido Morales Vázquez pertenece al primer circulo donde se mueve el presidente AMLO y hay algo importante que casi todo Chiapas no sabe o no recuerda: ambos tienen casi tres décadas de conocerse, cuando recorrían la entidad en mítines donde no se juntaban ni 30 gentes. Cuando Andrés Manuel instaló el gobierno legítimo, Placido estuvo con él.

Lo anterior no es poca cosa, al contrario, su amistad perdurable en tiempos de altibajos y ahora de bonanza, puede darles un susto a varios, “ya veremos cómo se juegan las lealtades en el proceso que viene”. Por lo pronto su trabajo en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje con las organizaciones sindicales del país lo mantienen vigente.

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