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José Uriel, un desdeñable y asesino, premiado políticamente

Los partidos políticos Morena y el PVEM se jactan de democráticos y lo primero que hacen es violar la normatividad interna de los institutos políticos, para acuerpar a los personajes que más que traerles votos, le darán millones de pesos en recursos para ponerles la camiseta de verdaderos paladines democráticos.

No se está en un error cuando se afirma ello, pues el trabajo de concientización para amarrar la empatía votante lo hacen los jerarcas de ambos partidos y el del reclutamiento de “hombres basura” se encargan las dirigencias partidistas.

Chiapas sigue siendo el experimento para reciclar disque personajes de altura, que sólo está en su imaginario, pues quien quiera experimentar con tipos como José Uriel Estrada Martínez no lo hace porque le traerá votos a favor o porque su estancia dentro de una curul le garantice proyectos o iniciativas con altura de miras, no, lo que pasa es que el partido requiere de recursos para sus campañas y justo es lo que le exprimen al “candidato” para beneficiarse y para blindarlo, sabiendo que las críticas ciudadanas quedarán ahí, en el limbo, sin repercusiones.

Sin embargo, mal hacen los partidos en “olvidar” la negra trayectoria de políticos con antecedentes penales, y más con hechos donde se está incriminado en sucesos de muerte, pues eso sí repercute en su ideología de transparencia en las trayectorias de sus aspirantes.

Con Estrada Martínez Chiapas demuestra al país que sí se puede seguir encubriendo la vida delictuosa y de actos de corrupción. Con este tipo de personas, lo que hacen los partidos políticos es demostrar que no tienen vergüenza ni les inquieta en sus procesos electorales que se critique que aceptan dentro de sus filas a ex funcionarios con procesos penales en contra por tortura, por estar implicados en asesinatos, por actos de corrupción en el manejo de las cuentas públicas, por enriquecimiento ilícito, por despido de servidores públicos sólo por no aceptar entrar en sus juegos de corrupción y por muchos otros temas.

Y no sólo como titular de la Auditoría Superior del Estado se convirtió en multimillonario, sino que ahora circula en redes sociales que el flamante en funcionario y ahora aspirante a diputado tiene una serie de antros que logró que entraran en operaciones, claro, con prestanombres, pero que deberá ser la autoridad estatal la que confirme o desmienta si con su sueldo logró pasar de ser un pobre servidor público de cuarta a un “empoderado hombre de bien, millonario”.

Sólo para recordar su pasado, José Uriel estuvo en la cárcel en el año 2006, acusado de haber torturado, cuando fue Fiscal Especial de la entonces Procuraduría General del Estado, al líder campesino Reyes Penagos Martínez, quien fuera detenido durante un bloqueo de la Unión Campesina Popular Francisco Villa, el 16 de diciembre de 1995.

En aquel entonces, el dirigente hoy extinto, encabezó una manifestación en el tramo carretero Ángel Albino Corzo para demandar apoyos al sector agropecuario. Sin embargo, tras la orden de desalojo, junto con otras 16 personas, Penagos fue detenido. Fue golpeado y separado del grupo de los aprehendidos, junto con Enrique Flores González y su hija Julieta Flores Castillo.

Los torturaron para declararse culpables del secuestro y asesinato del doctor Rito Solís. Ni la introducción de gases en sus fosas nasales ni el que les hayan colocado vidrios molidos en sus pies ni que hayan sido golpeados y no haber recibido alimentos o agua durante su privación ilegal clandestina, ni la violación que recibió la mujer durante su secuestro, habían sido motivos para declararse culpables.

Sin embargo, la tortura fue tan intensa y con otros métodos, que Penagos terminó por firmar el documento declarándose culpable. Esta historia es tan aberrante que el 18 de diciembre fue llevado en helicóptero a un lugar donde supuestamente estaban enterrados los restos del doctor Rito Solís, pero sólo fue una treta para fingir que el grupo fue atacado y sólo el declarado culpable había recibido un solo disparo en el pecho.

Once años después, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos señalaron que las investigaciones realizadas determinaron que Penagos y el grupo de policías en las que se encontraba Uriel Estrada, no fue emboscado, sino que asesinaron al líder campesino. Esto orilló a la detención del ex fiscal y a pesar de ello, en la ASE lo nombraron como titular, pese a que el artículo 71 de la Ley de Fiscalización Superior del Estado de Chiapas, establece que el titular de dicha dependencia deberá de “gozar de buena reputación y no tener antecedentes penales”, y justo por estas cualidades en contra, hoy de nuevo Estrada Martínez está a punto de volver

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