Carlos Morales, líder del “Cártel de la basura”
La actitud que asumen políticos recalcitrantes le da bofetadas al por mayor al partido en el poder, Morena, quienes por más que se les dice que se porten bien, pero, sobre todo, que sean honestos y transparentes en su actuar, su postura es valemadrista y si se le apura, se acuña un término más ideal, es corrupto.
Cuando esta casa editorial ha puesto en evidencia el trabajo de los representantes populares, que dicen que se les ataca sin razón y han puesto el grito en el cielo, a pesar de que bien saben que son funcionarios públicos y expuestos al escrutinio e interpretación de los medios de comunicación como fieles representantes de la ciudadanía, no se hace faltándoles el respeto ni metiéndose en su vida privada. Esta una cosa y otra que se quieran hacer las víctimas cuando en realidad son un bandidos o bandidas.
Dos temas saltan como anillo al dedo para cuestionar su labor y que la misma autoridad debería investigar sin necesidad de que haya una denuncia de por medio. La labor, ante lo delicado de los temas, debería realizarse por oficio y se ahorraría muchos sinsabores.
Lo primero que hay que preguntarse en ¿por qué la autoridad no interviene para investigar la denuncia pública que hizo el abogado Mauricio Gándara Gallardo, cuando afirma que el alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, ha estado saqueando cada mes, cerca de 10 millones de pesos?
Qué tanto hay de verdad, cuando dice que el alcalde de Tuxtla encabeza el “Cártel de la basura” y donde están involucrados otros personajes como Carlos Molano y Fernando Castellanos, sin dejar de citar al ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía.
Según las cuentas de Gándara, con el tema de la basura y otros como las licencias de construcción, baños públicos y agua, Carlos se ha echado a la bolsa la nada despreciable suma de 10 millones de pesos cada mes. Una barbaridad que debería investigarse muy a fondo.
Una declaración muy fuerte, que, dice el abogado, la tiene sustentada, tanto que pidió apoyo a la Fiscalía General del Estado para que vele por su seguridad ante lo fuerte de su declaración.
Por otro lado, este gobierno municipal que se dice transparente, falla en su responsabilidad de acatar la normatividad de reportar cómo gasta y en qué el dinero de los tuxtlecos con el pago de sus impuestos. Los meses de febrero y marzo no aparecen en el portal de transparencia
Información de programas, financiera, referente a la nómina, gastos en publicidad y muchos más rubros, no están reportados, por lo que se violenta el artículo 70 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, al no poner a disposición del público y mantener actualizada la información en los respectivos medios electrónicos.
Si no se transparenta el funcionamiento de la autoridad da pensar que algo se esconde o se maquilla, sobre todo que ahora ya se ha dado por utilizar términos sui géneris para no dramatizar con la “tragedia”.
Que no haya informes representa una opción a pensar que hay mano negra y, por lo tanto, la fiscalización de los recursos de la hacienda pública tienen que ser transparentes e inmediatos. Cierto que, en este sexenio, la práctica a no hacer caso a las sanciones poco o nada le interesa al edil, así sea que reciba correctivos administrativos, políticos, penales o civiles.
No respetar la ley se ha convertido en una norma pues para todos es conocido que las sanciones que aplique el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales o su similar en la entidad, le tiene sin cuidado a Morales Vázquez.
Sin ir muy lejos, la balconeada que se le hizo al Ayuntamiento capitalino en la adquisición de contenedores de basura, donde compró recipientes a cierta capacidad y le entregaron a menor, no es otra cosa que un acto de corrupción porque por cada unidad existe un precio diferencial que, todo indica, fue aprovechado por la autoridad municipal.
Bajo estas circunstancias, lo que denuncia Mauricio Gándara Gallardo tendría sustento para que al alcalde de Tuxtla le quede bien el mote de ser el que lidera el “Cártel de la basura”, un negociazo que le fue arrancado de sus manos a los famosos pepenadores. Veremos qué resulta de esta denuncia
