• Spotify
  • Mapa Covid19

La honestidad un valor que puede salvar a México

Dr. Gilberto de los Santos Cruz

En nuestro País es Importante reforzar el valor de la honestidad. No olvidemos que por fortuna en los pueblos del México profundo se conserva aún la herencia de la civilización mesoamericana y existe una importante reserva de principios para regenerar la vida pública. Hay tantas historias de honestidad que vale la pena contarlas como un compañero que olvidó su cartera con todas sus tarjetas de crédito y dinero en un vuelo comercial de Viva Aerobús y días después recibió una llamada de un humilde campesino para informarle que había encontrado su cartera con sus documentos y dinero. El compañero le preguntó al campesino que porqué lo hacía. El hombre le respondió que sus padres le habían enseñado a hacer el bien sin mirar a quien y la certeza de que si actuaba así tendría una mayor recompensa.

La honestidad es una virtud que forma parte del patrimonio moral del pueblo mexicano, solo se requiere darle su lugar, ponerla en el centro del debate público y aplicarla como principio básico para la regeneración nacional. Elevar la honestidad a rango supremo nos traerá muchos beneficios. Los gobernantes contarán con verdadera autoridad moral para exigir a todos un recto proceder y nadie tendrá privilegios indebidos o ilícitos.  Con este imperativo ético por delante se recuperarán recursos que hoy se van por el caño de la corrupción y deben destinarse al desarrollo y al bienestar del pueblo.

La gran decisión de enarbolar la bandera de la honestidad ira acompañada de la actuación consecuente de los servidores públicos. Predicar con el ejemplo puede ser la mejor enseñanza de los funcionarios hacia el pueblo que representan. La corrupción se lleva a cabo, primordialmente de arriba hacia abajo y hay que eliminarla así, como se barren las escaleras de arriba para abajo. Suele ocurrir que entre más alto es el cargo del funcionario, mayor es la cantidad de dinero que obtiene por sobornos y otros ilícitos. Por lo mismo si un Presidente Municipal es honesto, ese recto proceder tendrá que ser secundado por los demás servidores públicos.

La gran tarea que significa transformar al México de hoy solo podrá enfrentarse y consumarse con un equipo integrado por hombres y mujeres con principios y con autoridad moral y política, Auténticos servidores guiados por valores más elevados que sus aspiraciones personales, capaces de entender que el poder solo adquiere sentido y se convierte en virtud cuando se ejerce con honestidad y en beneficio de los demás. La selección de quienes deben ser los funcionarios de un gabinete Municipal, Estatal o Federal deberá ser con criterio incluyente, sin importar la filiación partidista, quienes contraigan el compromiso sincero de trabajar por la transformación del País.  El gobierno deberá dar un claro ejemplo en el combate a la corrupción, los servidores públicos deben ser hombres y mujeres de inobjetable honestidad, ninguna persona con antecedentes de enriquecimiento ilícito debería participar en la función pública.

Debe borrarse la idea de que llegar al Gobierno significa un privilegio o la oportunidad para hacer negocios al amparo del poder público.  Uno de los grandes objetivos del pueblo es lograr que el gobierno deje de ser una fábrica de nuevos ricos.  Y con ello borrar por completo la imagen que el mundo tiene de nuestro país. Practicando el valor de la honestidad, podría disminuir la corrupción y el gobierno tendrá la suficiente calidad moral y política para ser respetado en el resto del país y en el extranjero.

Erradicar la corrupción depende principalmente de que en esta tarea se involucre la voluntad política y la capacidad de decisión del ejecutivo federal y la autoridad moral de los Gobernantes. Si hay integridad en los servidores públicos y no predomina el contratismo voraz el presupuesto manejado con eficiencia y honradez, deberá rendir mucho en beneficio de la sociedad en general. Pero si continúan las asociaciones delictuosas entre los políticos, funcionarios, proveedores y contratistas y se continua en desconocer las debidas fronteras entre los negocios públicos y privados, la corrupción seguirá siendo distintivo nacional.

Hay suficientes razones y datos contundentes para sostener que erradicar la corrupción en el Gobierno permitirá ahorrar hasta un 10 por ciento del presupuesto nacional, es decir un poco más de 500 000 millones de pesos. Acabar con la corrupción y los altos sueldos de los funcionarios permitirá contar con un presupuesto suficiente para promover el desarrollo y garantizar el bienestar de todos sobre todo a los grupos más vulnerables de nuestro país.

Como decía Benito Juárez, los gobernantes no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad, no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción, a las leyes, no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley ha señalado.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *