Eduardo Campos Martínez
En América Latina, a pesar de los esfuerzos de los estados, el rezago educativo prevalece. Las políticas públicas para disminuir las estadísticas han tenido muy pocos avances positivos en las últimas décadas. Aunque diera la impresión que para los gobernantes sólo son estadísticas, la verdadera importancia de abatir el rezago educativo impacta en el éxito o fracaso de las políticas sociales implementadas para resolver las grandes necesidades de la población, especialmente en las comunidades de alta y muy alta marginación, que son las mismas que registran los índices más altos.
En América Latina se estima que el 8% de los adolescentes y jóvenes menores de 25 años no lograron completar al menos cuatro años de escolarización, por lo que se consideran como analfabetas funcionales, mientras ese porcentaje se eleva a 14% para la población de entre 25 y 34 años y va en aumento junto al parametro de edad a quienes las últimas estrategias educativas ya no lograron alcanzar. La escolaridad promedio es de 8.6 años, encabezado por Argentina con 11.2, México tiene 9.7, Chile 9.5, Brasil 9.3, y Honduras 8.0; como ejemplo para tomar una referencia, el país con el mayor número de escolaridad promedio es Noruega con 12.9 años y en China la escolaridad promedio es de 12.3 años.
El analfabetismo y los años en la escuela se relacionan íntimamente con el medio social. En la ruralidad se concentran los más altos indicadores negativos respecto a estos rubros; en muchas ocasiones se ha deducido que hay que poner principal atención en las nuevas generaciones para lograr abatir el rezago en la educación, es por ello que buena parte de las políticas públicas educativas en AL se enfocan en el abandono y la deserción escolar dejando en un segundo plano la atención al rezago educativo de las personas mayores de 15 años. Es importante resaltar que la obtención de conocimiento tiene gran impacto positivo en el trabajo colaborativo, especialmente entre alumnos, pero es muy fructuoso en casa con los integrantes de la familia, bajo este precepto, tener círculos donde los integrantes tengan aprendizajes y conocimientos permite que todos aprendan más y mejor, dicho de otra forma, fortalecer los círculos de conocimiento garantizará progreso educativo.
En un hogar donde los padres de familia y otros integrantes tienen una escolaridad baja, se presenta un fenómeno que podemos denominar en contraste como “el círculo de la ignorancia”, el alumno que lleva dudas y preguntas respecto a los temas vistos en la escuela en el mejor de los casos ante el desconocimiento será ignorado, en otras ocasiones la frustracion puede causar rudeza del consultor; promover el rompimiento de los círculos de ignorancia atendiendo a todo aquel integrante en condicion de rezago educativo garantiza más y mayor aprovechamiento escolar, y a su vez, como lo exponen las estadístisticas, eleva la probabilidad en gran proporción de que el alumno tenga una eficiencia terminal mayor en su carrera escolar. Al pertenecer a un hogar con niveles de estudio superiores hace eficaz la formación impartida en las aulas y aumenta en un 60% la probabilidad de concluir una formación profesional.
Como resultado de las consecuencias educativas que dejó y sigue dejando la pandemia, se han iniciado estudios donde se recuperan las mejores prácticas de obtención de aprendizajes y se resumen las acciones de mayor trascendencia; haciendo conclusiones previas, se considera que es el hogar el complemento idóneo para garantizar la debida formación académica de los alumnos, así como el reconocimiento de la importancia de los aprendizajes comunitarios y culturales de la comunidad, es por ello que los “trajes a la medida” deberán nacer desde las entrañas de la comunidad y el núcleo escolar (maestros-alumnos) con un acompañamiento que oriente y defina esquemas pedagógicos y didácticos, se tratará pues de hacer posible la ansiada escuela pertinente, que tenga como base ser una escuela útil para la vida; al lograr esto, se convertirá en atractiva para todos los integrantes de la comunidad y dejará de ser sólo un requisito para emplearse o para recibir algún apoyo gubernamental. Los modelos educativos generados en el mundo despues de la crisis sanitaria han tomado este rumbo que parece el correcto.
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