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Profesionalización del servicio público en América

Eduardo Campos Martínez

Es ampliamente conocida la necesidad de profesionalizar y especializar el desempeño de actividades específicas, el conocimiento de la materia en la que se desarrolle cualquier actividad productiva dará siempre mejores resultados para la empresa o institución que decida invertir en capacitar a su personal. Los estándares internacionales de calidad tienen como unos de sus principales requisitos la formación, profesionalización y especialización de los empleados. En superior proporción es la iniciativa privada que ha implementado estrictos esquemas de calidad en sus servicios y productos a través del cumplimento de protocolos claros.

Para el caso del servicio público, el tema de la profesionalización, ha sido una tarea más compleja, en América Latina constantemente se han invertido esfuerzos institucionales para establecer las escuelas de funcionarios públicos; México es el país de esta región con más avances legislativos y adminsitrativos al respecto. El comentado servicio civil de carrera ha tenido avances y retrocesos provocados por la visión de los gobiernos en turno. Para el caso de Venezuela, Colombia y Argentina han formulado la normatividad necesaria para alcanzar los objetivos de profesionalización en el servicio público, tienen establecidas instituciones como la Escuela Superior de Gobierno (Argentina), la Comisión Nacional de Servicio Civil (Colombia), la Escuela Nacional de Gerencia Pública (Venezuela), estos organismos se encargan de la formación, evaluación y profesionalización de los servidores públicos. Esquemas que tienen como base la meritocracia mediante la cual se llegan a ocupar los espacios dentro de la administración pública.

Con referencia a los Estados Unidos se basan principalmente en cuatro modelos, elaborados por la literatura, respecto a la política administrativa, en los cuales engloban las visiones en relación al servicio público; el de Hamilton, centrado en el ejecutivo, quien define las formas y esquemas de adminitración; el de Jefferson, centrado en la importancia de la participación y de la rendición de cuentas; el de Madison, centrado en la separación de poderes y en el equilibrio entre actores; y el de Wilson, centrado en la jerarquía, la profesionalización y la imparcialidad. El presidente Joe Biden ha establecido como política central que “es el Gobierno la solución de todos los problemas” en contraposición a lo dicho por Reagan que afirmaba “el Gobierno no es la solución a nuestro problema, el gobierno es el problema”, bajo esta determinación los rescates económicos y la centralización han marcado la agenda de la actual administración. La conformación bipartidista de los EE.UU., ha configurado que cada partido tenga a los especialistas por rama en constante actualización, acumulando experiencia y profesionalización cuando están en el poder; tienen muy bien definidos los perfiles, dividiéndolos entre políticos y administradores públicos, son pues los políticos que encabezan candidaturas con la formación específica de esta tarea, teniendo al equipo de especialistas diagnosticando y formulando propuestas de políticas públicas que respondan a las necesidades; este equipo, de ser los triunfadores, se hacen cargo de los departamentos en cada área para ejecutar las propuestas de campaña.

La efervescencia política que, es parte de la cultura latinoamericana, obliga a que los perfiles dentro del escenario político electoral y de administración pública sean

ambivalentes. Podemos ver a administradores públicos de candidatos a puestos de elección popular y viceversa. El multipartidismo y los contantes cambios profundos en las politicas publicas y visiones de gobierno han dificultado el establecimiento de un servicio profesional de gerencia y servicio público. Algunos investigadores han dibujado la necesidad de implementar de manera obligatoria procesos formativos de inducción para los funcionarios públicos de nuevo ingreso, partiendo de conocimientos básicos de administración pública, seguido de capacitación respecto al área al que este propuesto, en aras de garantizar que la curva de aprendizaje se disminuya al mínimo posible y así lograr ese gobierno eficiente y eficaz al que se está obligado.

Hay mucho que observar y retomar de las acciones de la iniciativa privada respecto al manejo de estándares de calidad en los servicios que brinda, así como en la rendición de cuentas y transparencia, considerando que en todo momento los gobiernos son prestadores de servicios. Alcanzar la calidad en ellos es la tarea, sin duda en latinoamérica se dan pasos hacia delante, pero la dinámica mundial obliga a aligerar el paso.

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