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Explorando los “pueblos” de Canadá: Whitby

Jesús Martínez Soriano

Toronto, Canadá. Es el Año Nuevo, el primer día del 2024, una fecha festiva para la mayoría de la gente, motivo por el cual el GO Transit, es decir, el sistema de transporte público interurbano que comprende los trenes de cercanía que operan a lo largo del área metropolitana de Toronto, ofrece servicio gratuito a cualquiera de sus destinos, únicamente en esta fecha. Desafortunadamente ese día tuve que trabajar, sin embargo, no quise dejar pasar la oportunidad para poder visitar algún poblado cercano de los que aún desconozco. Por ello, al concluir mi jornada laboral, en punto de las 15 horas, corro apresurado hacia la estación del metro Sherbourne para dirigirme a la de Unión, en donde se encuentra la terminal más grande de transporte terrestre y ferroviario de la ciudad. Al llegar ahí reviso rápidamente en las pantallas electrónicas los destinos y horarios más próximos, decidiéndome por Whitby, una localidad situada al noreste de Toronto, a 45 kilómetros, en la región de Durham (una distancia similar a la existente entre Ciudad de México y el pueblo o ciudad de Lerma, estado de México). Recuerdo que hace algunos años había yo visitado ese lugar, pero de manera apresurada y por motivos de trabajo, por lo que tenía la intención de regresar ahí algún día y es en este inicio del 2024 cuando encuentro la oportunidad de hacerlo.

El trayecto

Antes de abordar el tren, paso al Tim Hortons por un vaso de café y una dona, pues con los intensos fríos del invierno y desde la comodidad del interior de los vagones, el viaje resulta más placentero tomando algunos sorbos calientes de tan preciada bebida. Ingreso al andén y a los pocos minutos escucho el inconfundible silbido del tren aproximándose a la estación, observo la enorme locomotora color blanco marcada con el número 356 y en el centro de la misma el logotipo de la compañía: las letras GO, así, en mayúsculas y en color verde. Subo a uno de sus vagones y me ubico en un asiento del segundo de los dos pisos de que dispone. El tren inicia su recorrido cruzando los modernos edificios del centro, establecimientos comerciales y algunos parques y áreas arboladas. Poco más adelante, en el paisaje se alternan vistas de amplias zonas urbanas con terrenos baldíos, pero también áreas boscosas con árboles sin hojas y en algunos tramos destacan los pinos color verde, todo teñido de color blanco debido a la nevada registrada el día previo, el 31 de diciembre, que, aunque no muy intensa, alcanzó a dibujar un aspecto más invernal en esta región, en una temporada atípica, en la que hasta ahora las nevadas has sido escasas.

El trayecto, de exactamente 55 minutos, contempla ocho paradas, en un recorrido que va bordeando el Lago Ontario y en el que prácticamente no se observan personas en el exterior, salvo en las estaciones de descensos y abordajes.  Es un día bastante frío, el termómetro marca -3 grados Celsius, aunque la sensación es de -8 grados debido a las fuertes corrientes de aire que soplan en el medio ambiente. Pero en el interior de los vagones los escasos pasajeros viajamos sentados en sillones bastante cómodos, con calefacción. Llego a Whitby un poco antes de las 17 horas, cuando empieza ya a oscurecer y desciendo del tren; al salir a uno de los andenes, se escucha el chiflido de las ráfagas de viento y se siente el intenso frío, sobre todo en el rostro. Camino hacia lado norte, por una escalera que me conduce a una pequeña sala de espera, a un costado se encuentra un amplio estacionamiento de automóviles y la terminal de autobuses urbanos.  Desde ahí se observa, en el lado contrario, otro enorme estacionamiento de automóviles que dispone de cuatro niveles.

El año viejo ya terminó, hay tristeza y la gente se queda en casa

De acuerdo con el censo oficial de 2021, Whitby cuenta con unos 138 mil habitantes, una población pequeña en comparación con las grandes urbes canadienses, al que algunos podrían considerar pueblo y otra ciudad. (https://www12.statcan.gc.ca/census-recensement/2021/dp-pd/prof/details/page.cfm?Lang=E&SearchText=whitby&GENDERlist=1&STATISTIClist=1&DGUIDlist=2013A000435114). Sin entrar en la polémica de esa definición, la cual ha venido variando con el tiempo y difiere en cada país, en Canadá, como en cualquier otra nación, cada lugar, cada ciudad, cada pueblo, tiene su propia peculiaridad y encanto. Aquí, una de las características de los lugares “pequeños” es que en la temporada de invierno y a ciertas horas de la tarde, es escasa actividad que se observa en los exteriores, y todavía menor en un día festivo como este.

Por lo mismo, las unidades del transporte público local circulan con menor periodicidad a la habitual. La terminal de autobuses urbanos, con varios andenes, luce vacía. Algunos minutos después llega un autobús de color blanco y verde de la Durham Region Transit, en cuyo tablero electrónico del frente se lee de manera alternada el número y nombre de la ruta y la leyenda: Happy Holidays o Felices Fiestas. Espero el camión de la ruta 302, con dirección a North Campus, que arriba unos 10 minutos después, con unos ocho pasajeros a bordo, la cual me conduce al centro del poblado, en un trayecto de unos 10 minutos. Desciendo en la intersección de las calles Brock y Dundas, cuyo perímetro luce adornado e iluminado con las decoraciones navideñas. Camino varias cuadras y observo el panorama: comercios cerrados, escasos vehículos circulando, muy pocas personas caminando; no puedo dejar de recordar una popular canción de Emmanuel, muy escuchada en estas fechas, en una de cuyas estrofas dice, a la letra: “…El año viejo ya terminó, pero hay algo que ahora aquí no va… se habla poco de fiestas, comprendes hay tristeza, hoy la gente se queda en casa alrededor de la mesa…” Y eso es lo que parece ocurrir en este lugar el día de hoy, en plena resaca de las festividades navideñas, en el que sus calles y avenidas lucen profundamente solitarias.”

Un “Intrépido” en Dundas Street

Camino sobre la calle Dundas, con dirección al oeste, a escasas tres cuadras se localiza la Biblioteca Central, la cual llama mi atención por su enorme dimensión y por la luminosidad de las luces y decoraciones navideñas que adornan la explanada del exterior: Un árbol artificial de color blanco y varios árboles naturales de tamaño mediano con luces color blanco y púrpura. Ahí, sobre Dundas Street, casi esquina con Henry Street, se encuentra una estatua de bronce de Sir William Stephenson, recargado sobre una gran letra X, quien fue y sigue siendo conocido con el sobrenombre de “El Intrépido”. Mi curiosidad me obliga a investigar quien fue ese hombre y porqué hay una estatua de él en esta pequeña ciudad. Stephenson nació en Winnipeg, capital de la provincia de Manitoba, Canadá, en 1897, y falleció a la edad de 92 años. Me percato que fue un individuo fuera de serie: piloto aviador, inventor, empresario, espía y maestro de espías, entre otras cosas. En la Primera Guerra Mundial participó como piloto de combate, años más tarde, en 1931 se trasladó a Inglaterra, en donde vivió varios años, y durante la Segunda Guerra Mundial volvió a desempeñar un papel protagónico, al ser puesto a cargo de la Coordinación de Seguridad Británica (contraespionaje) en el hemisferio occidental, con sede en Nueva York, en donde su clave telegráfica era Intrepid, de donde surgió su mote o sobrenombre. Como parte de sus actividades en ese cargo, fundó y estuvo a cargo del Campamento X (hoy conocido como Intrepid Park, localizado aquí, en Whitby), en donde entrenó espías que eran enviados a Europa de manera subrepticia. (https://www.thecanadianencyclopedia.ca/en/article/sir-william-stephenson).

El canadiense Sir William Stephenson es considerado una de las inspiraciones de un legendario personaje de ficción, el Agente James Bond 007, creado por el escritor británico IIan Lancaster Fleming en sus novelas de espías publicadas en la época de la postguerra. El propio Fleming habría escrito: “James Bond es una versión muy romántica de un verdadero espía. La realidad es… William Stephenson”. (H. Montgomery Hyde; Ian Fleming (foreword), Room 3603: The story of the British intelligence center in New York during the World War II, Farrar Straus, Nueva York, N.Y., 1963). La secretacía en que deben mantenerse muchos de los nombres de personajes como el “Intrépido”, así como sus actividades, de quien hasta hace algunos años desconocíamos, nos impiden conocer más información de su legado y de sus aportaciones. Lo anterior explica por qué la estatua, ubicada en Dundas Street y esculpida por la escultora Ruth Abernethy, fuera inaugurada muy recientemente, el 11 de noviembre del 2020. Pero Whitby tiene más secretos escondidos que no puede explorar ese día, lo que me obligó a realizar una segunda visita a ese fascinante lugar, los cuales me dejaron igualmente sorprendido y de los que me permitiré compartir con los lectores en una próxima entrega.

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1 Comentario

  • Gabriela Pérez 15 de enero de 2024

    El artículo mostró un gran dato, la existencia de Sir William Stephenson y su influencia en personajes mundialmente conocidos, gracias. También el artículo describe 2 fenómenos que pensaba que solo sucedían en México: la nostalgia que queda después de las fiestas de fin de año y el cambio de clima. Increíble que las nevadas sean escasas en invierno en Canadá.

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