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Visa a mexicanos en Canadá: Realidades, interpretaciones, consecuencias

Jesús Martínez Soriano

Toronto, Canadá. El filósofo alemán Carlos Marx afirmaba que la historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa. La anterior frase llama a la reflexión a propósito de la imposición de visa a México por parte del Gobierno de Canadá, por segunda ocasión, decretada el pasado 28 de febrero, debido al “exponencial crecimiento de solicitudes de asilo” de nuestros connacionales en Canadá, “la mayoría de las cuales son rechazadas o abandonadas”, en palabras del Ministro de Inmigración, Refugio y Ciudadanía, Marc Miller. (https://apnews.com/article/canada-mexico-visa-requirement-59cf64c5d74271cb2e3f40970ffb4786). De acuerdo con cifras oficiales, el número de personas de origen mexicano solicitantes de asilo o refugio en este país se disparó de 3,321 en 2021 a 25,236 en 2023, llegando a representar el 17% del total. Y de 7,118 solicitudes de mexicanos procesadas el año pasado, únicamente 40% fueron aceptadas. (https://www.irb-cisr.gc.ca/en/statistics/protection/Pages/RPDStat2023.aspx). Pero más allá de las cifras y las declaraciones, es necesario tratar de dilucidar cuál es la realidad del problema, el significado de la imposición de visa y las consecuencias que esa medida tendrá para México.

2009 y 2024: El mismo asunto, la misma solución, el mismo mensaje

El 13 de julio del 2009, el gobierno conservador de Canadá, encabezado por el Primer Ministro Stephen Harper, decretó la exigencia de visa a México. Al hacer el anuncio oficial, el entonces Ministro de Inmigración, Jason Kenney, afirmaba que desde 2005 el número de solicitantes de asilo provenientes de México se había triplicado, llegando a contabilizar más de 9,400 casos en 2008, lo que representaba el 25% del total, situando a los mexicanos en el top de la lista de solicitantes; sin embargo, precisaba que solo el 11% de ellos obtenían una respuesta aprobatoria, situación que calificaba de “inaceptable.” (https://www.canada.ca/en/news/archive/2009/07/canada-imposes-visa-mexico.html).

En aquel momento, como ahora, yo residía en Toronto, y atestigüé el debate previo y posterior que se generó en torno a dicho asunto. Los mexicanos habíamos adquirido visibilidad en este país, aunque con una imagen bastante cuestionable. Jeffrey Simpson, destacado columnista de The Globe and Mail, el diario más importante de Canadá, fue uno de los críticos más severos tanto de la mayoría de los mexicanos que se acogían a la figura del asilo, a quienes consideraba “falsos refugiados”, como del sistema de refugio de su país debido a su falta de rigor. En agosto de 2007 Simpson señalaba que, no obstante, la situación de violencia que se vivía en México, “el hecho de que alguien pueda ser objeto de un ataque violento al azar o que la fuerza policial pueda ser desproporcionada, no es motivo para recibir protección como refugiado”. Al mismo tiempo, destacaba que “Incapaz de lidiar con los solicitantes (de refugio) cuando aterrizan (en Canadá), el gobierno se ha visto obligado a imponer visa a todos los visitantes de algunos países amigos y democráticos como Chile, Costa Rica…” Y advertía: “México podría ser el siguiente”.  (https://www.theglobeandmail.com/opinion/canadas-system-is-failing-friends-and-real-refugees-alike/article1081141). Dos años después, el 13 de julio, el gobierno de Canadá anunció la exigencia de visa a México; al día siguiente, Jeffry Simpson afirmaba que con esa medida los canadienses enviaban a los mexicanos el siguiente mensaje: “…no confiamos en ustedes”. A década y media de aquel suceso, Canadá enfrenta el mismo problema con los mexicanos solicitantes de asilo, reacciona con la misma medida y les envía el mismo mensaje.

¿Falsos o verdaderos refugiados mexicanos?

Con base en la definición realizada por la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiado de 1951, Canadá considera en esta categoría a “una persona que se encuentra fuera de su país de origen y tiene fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opinión política”. Asimismo, asigna el carácter de “solicitante de refugio” o asilo a “una persona que ha huido de su país y solicita protección en otro país” (el suyo en este caso), aseverando que se encuentra en condición de refugiado; para verificarlo, las autoridades de Inmigración realizan un proceso de revisión y análisis de las afirmaciones y testimonios del solicitante. (https://ccrweb.ca/en/information-refugees).  A esta última figura se han acogido muchos de nuestros paisanos con la esperanza de ser aceptados como refugiados, cuyo proceso de resolución de sus casos tarda, en promedio, unos cinco años, periodo en el que reciben generosos beneficios de parte del gobierno. Porque, una vez presentada la solicitud de asilo, la persona tiene acceso, “mientras está pendiente la decisión sobre su reclamo, a asistencia social, educación, servicios de salud, vivienda de emergencia y asistencia legal. Además, la mayoría de las personas que reúnen los requisitos para presentar una solicitud de asilo pueden pedir un permiso de trabajo una vez que se hayan sometido a un examen médico”. (https://www.canada.ca/en/immigration-refugees-citizenship/news/2017/03/claiming_asylum_incanadawhathappens.html).

Así, muchos de nuestros paisanos han encontrado en la figura de “solicitante de asilo” la vía más fácil, atractiva y cómoda para tratar de permanecer en este país. Y esa información ha fluido vertiginosamente en sus círculos familiares y de amigos, ahora con más facilidad y rapidez debido a las redes sociales, lo cual atrae cada vez a más personas a Canadá. Además, las bandas del crimen organizado han visto en las facilidades de ingreso de los mexicanos a Canadá un área de oportunidad. Para Lloyd Axworthy, Rafael Fernández de Castro y Fen O. Hampson, especialistas en temas migratorios, esos grupos criminales han sido “los principales impulsores de los flujo migratorios” hacia este país, no solo a través de la generación de la violencia en amplias zonas de México, sino también mediante su incursión en el “contrabando y tráfico de personas” a Canadá y Estados Unidos, a lo que atribuyen “la raíz del problema.” Los también académicos consideran que, con la reimposición de visa a México, el gobierno de Justin Trudeau “ha adoptado una salida rápida y fácil”, a la que calificaron de “peligrosa sobrerreacción.” (https://www.theglobeandmail.com/opinion/article-canadas-plan-to-require-visas-from-some-mexicans-is-a-dangerous/).

Reacciones y consecuencias

Después de la imposición de visa a nuestro país por parte de Ottawa en 2009, los mexicanos tuvimos que esperar siete años para que nos levantaran esa exigencia, lo cual ocurrió en diciembre de 2016, prácticamente el mismo lapso que nos duró la exención hasta la nueva imposición en este 2024. Parece inconcebible que ni el entonces gobierno de Felipe Calderón en 2009 ni el actual de López Obrador en este 2024 hayan hecho nada por evitar la medida. Más incomprensible aún es el caso reciente, si tomamos en cuenta que cuando Canadá levantó la exigencia de visa a México en 2016, “las autoridades de ambos países se comprometieron a mantener las solicitudes de asilo bajo control”, según lo refiere Laura McDonald, profesora de la Universidad de Carleton, Ottawa. (https://www.thestar.com/news/canada/are-mexicans-using-canada-to-get-to-the-u-s-heres-what-the-numbers-say/article_5419703e-d195-11ee-bb2e-5fa6e16f13b1.html). Pero, además, las autoridades mexicanas no han dado una señal clara de que se buscará trabajar con el gobierno de Canadá para revertir la medida.

Mientras tanto, varias personas se preguntarán cómo impactará a México esa medida. En principio habría que destacar que para un país como el nuestro, cuyos habitantes han llevado a cuestas el estigma de narcos y violentos en el exterior, ahora se le agrega el de “mentirosos”, “abusivos” y “poco confiables”, adjetivos que, a pesar de que a muchos mexicanos nos disgusten, se corresponden en gran medida con la realidad y tienen una importante resonancia fuera del país. Por otra parte, el incuestionable abuso de la figura del asilo que un sector de nuestros paisanos ha hecho y su consecuencia inmediata, ha acotado considerablemente las posibilidades de que aquellos que en realidad requieren de refugio en este país, puedan conseguirlo. Y qué decir de aquellos que de buena fe y respetando las normas internas de esta nación, ahora ven frustrada su ilusión de venir a Canadá a “conocer mundo”, aprender o mejorar el conocimiento del idioma inglés o interactuar con otra cultura.

No se trata de satanizar a nuestros connacionales que han echado mano de todos los medios posibles para buscar establecerse en este país, cada uno con diferentes historias, razones y motivaciones. Sin descartar la existencia de individuos carentes de escrúpulos, a quienes poco les interesan las afectaciones que pudieran causar a los demás con sus decisiones, existen otros que han venido en busca de mejores oportunidades de trabajo y de desarrollo, y no cejarán en su intento.  Porque, como lo ha señalado Jordan Mintzer, del semanario The Hollywood Reporter: “No importa el lugar en donde se encuentren (ni a donde tengan que ir, agregaría yo), un empleo es un empleo y las personas siempre lucharán por hacer que sus sueños se reconcilien con la realidad.” (https://www.hollywoodreporter.com/movies/movie-reviews/northern-wind-vente-du-nord-review-1098268/).

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1 Comentario

  • Marisol Lopez 8 de abril de 2024

    Es muy agradable leer a Jesus, me encantan sus notas

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