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Juan, ¿tú hablando de congruencia?

Letras Desnudas

Mario Caballero

 

Juan, ¿tú hablando de congruencia?

Ayer, en la columna que publica de manera regular en un medio local, Juan Carlos Cal y Mayor Franco utilizó el espacio para hacer una reflexión sobre la congruencia en los políticos. Con la elocuencia que lo caracteriza, habló de que, si por un lado los actores políticos deben mostrar un firme compromiso ideológico, no puede exigírseles una lealtad partidista ciega, pues –más o menos en sus palabras- los partidos no son un equipo de fútbol y los militantes tampoco son hinchas.

Pero, a la verdad, todo el texto no es sino el intento más absurdo en la vida política de Juan Carlos Cal y Mayor de curarse en salud. Se trata de una defensa ridícula a su transmutación política. Lo que busca con ello es justificar que haya cambiado de partido, evitar que lo llamen “chapulín” por haber dejado al PAN y ser ahora candidato a diputado federal por el partido Movimiento Ciudadano.

Lo que más sorprende es que él que presume tener un gran intelecto haya escrito un artículo engañabobos con el que pretende, además, ganarse la confianza de los tuxtlecos, de los que dice ya no quieren más de lo mismo.

No se le contradice al ex panista que cambiar de partido no se vale. La política jamás estará peleada con el cambio. Por el contrario, es hasta saludable. Winston Churchill, de quien podríamos decir que él solo pudo haber acabado con la Segunda Guerra Mundial, cambió no una sino dos veces de partido.

Un ejemplo más cercano es quizá Cuauhtémoc Cárdenas, quien al renunciar al PRI no sólo exhibió la perversidad del partido de Calles, sino con ello también dio una enorme lección de congruencia política. No sólo eso, ya que al acordar con otros políticos destacados la fundación del PRD le abrió por fin las puertas a la izquierda política, dando con eso un paso trascendental hacia una auténtica democracia.

En este punto Juan Carlos Cal y Mayor no se equivoca. Las conversiones políticas son más frecuentes de lo que pensamos, son normales y no son nuevas en México ni en el mundo. Pero él no es el más indicado para hablar de congruencia y ni siquiera está a tiempo para hacerlo.

 

¿POR QUÉ?

Para empezar, estamos hablando, nada menos, de un personaje que proviene de una familia de políticos que en nada han contribuido en el desarrollo del estado, pero que han sabido vivir muy bien de la política y tejer las relaciones pertinentes para estar incluidos en el presupuesto. Utilizar la política en beneficio propio no puede llamarse congruencia.

Segundo, Cal y Mayor argumenta que no renunció al PAN, sino que simplemente su militancia perdió vigencia y que decidió no ratificar su afiliación porque Acción Nacional -y cito- “se convirtió en una burocracia que lo tiene secuestrado desde hace casi 20 años” y que el actual liderazgo nacional “no está a la altura de las circunstancias y lo que merece el país. En lo local ya ni hablar”.

Sobre esto hay que hacerle tres cuestionamientos a Juan. El primero, por qué eligió hasta este momento hacer esos comentarios acerca del partido que le dio una identificación como personaje público, ¿será porque él ya no significa nada para el panismo y porque está haciendo campaña desde otro instituto político? Como sea, se vale. Total, que en tiempos electorales lo primero que pierden los candidatos es la memoria.

Dos: ahora critica a las dirigencias nacional y estatal del PAN y hasta dice que éste ya no es más un partido, sino una burocracia. Pero en 2004 no pensaba lo mismo, cuando fue candidato a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, y eso que el actual líder estatal era en ese entonces presidente de la Delegación Estatal y después asumió la dirigencia durante ocho largos años. Durante todo ese tiempo guardó silencio.

Tampoco mostró desagrado cuando, como en los viejos tiempos del PRI, el PAN era controlado desde la Presidencia de la República, como cuando Felipe Calderón dictaba lo que se tenía que hacer, cómo hacer y cuándo. Los militantes se quedaron sin voz ni voto. Todo se decidía desde la cúpula. Y en ese instante la institución vio su peor descomposición y es hasta el día de hoy que no logra recuperar lo que un día fue para la democracia y el contrapeso al poder.

Lo más lógico es que Juan se haya quedado callado porque recibía beneficios del partido, como candidaturas y los cargos en gobiernos estatales que, como él mismo dijo en su columna del 03 de septiembre del año pasado, obtuvo “con la autorización del PAN”. Y si no dijo nada contra el gobierno de Calderón y por los daños que éste le ocasionó a la militancia, tal vez fue porque él mismo afirmó haber trabajado de lleno en su campaña a la presidencia. ¿O no?

Tres: Juan, ¿es ser congruente callar cuando el partido te beneficia y criticar cuando no? No lo sé de cierto, dijera el más grande los poetas chiapanecos, pero supongo que eso, hasta en el castellano más burdo, se llama incongruencia.

Por otro lado, cómo creerte que hayas optado por adherirte a Movimiento Ciudadano por principios, valores y formación política. Menos aún, cuando has trabajado para gobiernos panistas, perredistas y verdeecologistas. Es decir, te da igual. Basándonos en eso podemos pensar que si cambiaste de partido no fue por convicción, sino por conveniencia. Lo más seguro es que te haya gustado la carnada que te lanzó este partido. Punto.

¿O acaso crees, Juan, que en verdad Movimiento Ciudadano representa ese cambio que merece el país si por todos es conocido que ese partido nunca ha significado nada como opción política, sino solamente ha contribuido para que un grupo de políticos, encabezados por Dante Delgado, haya hecho de la política un estilo de vida?

Por último, Juan, no puedes hablar de congruencia si fuiste parte de dos gobiernos estatales que se caracterizaron por corruptos, indiferentes ante las necesidades de los chiapanecos y opacos en el ejercicio de los recursos públicos.

Es más, durante el tiempo que fungiste como titular de la Secretaría de Turismo en la administración de Juan Sabines Guerrero fuiste acusado de gastar los recursos de la dependencia en viajes al extranjero, especialmente a Europa, bajo el pretexto de promocionar los destinos turísticos de Chiapas.

¿Cuáles fueron los logros de tu desempeño? No los hubo, y esto pudo notarse cada vez que compareciste ante el Congreso del Estado en el marco de las glosas del Informe de Gobierno.

Incluso, se dijo que tu nombramiento fue el pago de una vieja factura política que te debía Sabines, producto de la negociación de la alcaldía tuxtleca en el tiempo en que ambos fueron contendientes.

 

FUE POR OPORTUNISMO

Se vale y respeta que hayas cambiado de partido, pero no vengas, Juan, a decirle a los tuxtlecos que fue por congruencia cuando es claro que lo hiciste por oportunismo.

 

yomariocaballero@gmail.com

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