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Letras Desnudas

Mario Caballero

Cuando una sociedad se acostumbra y acomoda a la corrupción, los gobernantes continúan lucrando con sus puestos. Si de pronto estalla un nuevo escándalo, los involucrados recurren al subterfugio de ofrecer “una muestra de responsabilidad” para “comprobar su compromiso con la honestidad”. Esto es lo que ha pasado con Uriel Estrada Martínez en las últimas semanas.

El auditor superior del estado –presionado por no haber concretado todavía ninguna candidatura con Morena que lo lleve al Congreso de la Unión, donde espera refugiarse en los cálidos brazos del fuero constitucional para no darle cuentas a la justicia por sus abusos de poder- comenzó a realizar reuniones en las que se dice comprometido con la fiscalización y la correcta rendición de cuentas.

Por ejemplo, a mediados de enero se reunió con los integrantes del Consejo de Participación Ciudadana del Estado de Chiapas, con quienes –según- realizó un intercambio de puntos de vista en relación a diversos proyectos para impulsar la rendición de cuentas. Días antes había presentado ante algunos diputados del Congreso local el Programa Anual de Auditorías 2024 para la Fiscalización Superior de las Cuentas Públicas 2023, del que dijo se contemplaba la realización de 199 auditorías, la fiscalización de 56 organismos públicos de los tres poderes del estado, así como la revisión de la cuenta pública de los 124 municipios.

Empero, el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Todo lo hecho y dicho por Uriel Estrada no son más que apariencias, intentos burdos por curarse en salud.

Y es tanta su desesperación por obtener la credibilidad que nunca tuvo y por ganarse el respaldo político que lo catapulte a la Cámara de Diputados, que ya hasta perdió el respeto hacia sí mismo. No sólo no es congruente con lo que dice, sino además es claro que ha perdido el sentido de la realidad.

Para muestra un botón. Durante el encuentro que sostuvo el gobernador Rutilio Escandón en días recientes con los presidentes municipales con el objetivo de abordar el tema del próximo proceso de Entrega-Recepción, Uriel Estrada, quien acudió como invitado, dijo:

“No deben permitir que la efervescencia electoral los desvíe de sus obligaciones. Como servidores públicos debemos respetar la ley y cumplir los principios que rige la administración, como la transparencia y la rendición de cuentas, mismos que ha enarbolado el gobernador y que son sello distintivo de todas sus políticas públicas”.

No sé usted, pero yo me imagino a Uriel salir corriendo al hospital más cercano. Con tremendas mordidas de lengua, seguramente necesitó que se la acomodaran de nuevo en su lugar.

INCONGRUENCIA Y DESFACHATEZ

Uriel Estrada es de esas personas que no pueden hablar de obligaciones, respeto, principios y transparencia porque son palabras que no están en su diccionario.

Por tanto, ¿con qué cara viene a pedirles a los alcaldes que cumplan con su administración y realicen un ejercicio transparente de los recursos públicos cuando él nunca lo ha hecho?

Ha dicho que nadie debe desviarse de sus obligaciones públicas por la efervescencia electoral, pero ¿acaso no se acuerda o creerá que somos tontos, que él mismo, el lunes 22 de enero, dejó abandonada su oficina para hacer acto de presencia en el arranque de precampaña de Eduardo Ramírez Aguilar en Simojovel, Huitiupán y El Bosque? Inclusive, él publicó fotos en las redes sociales que lo comprueban.

Además, ¿cómo puede pedirles a los presidentes municipales que respeten la ley si él desde hace seis o siete meses ha venido realizando una campaña política que trasgrede la ley electoral buscando ser candidato a diputado federal?

¿Y cómo se atreve a exigir transparencia y rendición de cuentas si también él se ha encargado de proteger a alcaldes y exalcaldes corruptos a cambio de moches?

Verbigracia, el diputado Carlos Morelos Rodríguez, quien paradójicamente hoy preside la Comisión de Vigilancia en el Congreso del Estado, pero según le ha pagado a Uriel Estrada 2 millones de pesos anuales para que omita los desfalcos y desvíos de recursos públicos que cometió durante su gestión como presidente municipal de Palenque.

MÁS MUGRE

En una entrega pasada sobre este mismo personaje, expuse cuál ha sido la estrategia de Uriel Estrada para enriquecerse y cómo de 2018 a la fecha pasó de político pobre a funcionario multimillonario, con una residencia valuada en siete millones de pesos, entre otras propiedades y empresas. Pero resulta que hay más mugre.

Fuentes a este columnista afirman que los tugurios como Casa Mayo, Denver, Sonora Botanera, El Marrufo, Montaditos, Madison, Alebrijes, entre otros, son utilizados por Uriel Estrada Martínez como fachada para lavar el dinero que recibe de los alcaldes a cambio de torcer el resultado de las auditorías.

El negocio es redondo. Primero, instala negocios de los que no se sabe si cuentan con los debidos lineamientos municipales y con los permisos de salubridad en el estado. Segundo, son manejados por su hermano Óscar, quien jura y perjura que son de su propiedad. Con ello, Uriel mata dos pájaros de un solo tiro: evita ser identificado como envenenador público y aleja los señalamientos en su contra por los posibles delitos que ahí ocurran, como la venta de drogas y otros productos de venta prohibida. Tal como muchos clientes de la ciudad lo han manifestado en las redes sociales.

Tercero, revuelve con los ingresos propios de los negocios el dinero que obtiene por extorsionar a los presidentes municipales para hacerlo legal. Cuarto, de vuelta a lavar.

De hecho, se cuenta que traficando influencias en la Fiscalía General del Estado evitó ser responsabilizado por el homicidio del joven William Zunún, quien perdió la vida en julio del año pasado tras pasar varios días hospitalizado después de la golpiza que presuntamente le dio el personal de seguridad del bar Alebrijes, que como dijimos es administrado por su hermano Óscar.

EL CHORIZO

Y hablando de Óscar, alias el “chorizo”, no sólo es el prestanombres de Uriel sino también uno de sus principales beneficiarios. Puesto que varias empresas de la propiedad de Óscar, como ESES Grupo Constructor, S.A. de C.V., han sido contratadas por varios ayuntamientos por exigencias del auditor superior, que los chantajea con señalarles irregularidades en la cuenta pública si no contratan las constructoras de su hermano.

Uno de estos ayuntamientos es el de Simojovel, con el que Óscar comenzó a tener tratos desde el gobierno de Viridiana Hernández Sánchez, exesposa del actual alcalde, Gilberto Martínez Andrade, con el que ahora se entiende.

Es más, Óscar Estrada demuestra su sorprendente riqueza no sólo vistiendo ropa de marca exclusiva y viajando por el mundo, sino también presume que, como tiene mucha lana, todos los jueves desayuna con una mimosa.

COMIENDO DE SU MANO

Tristemente, personajes como Uriel Estrada son parte de nuestro folclor nacional: funcionarios corruptos que no son tocados ni con el pétalo de una averiguación previa.

En su caso, sigue intocable por una sencilla razón: tiene comiendo de su mano a todos los integrantes de la Comisión de Vigilancia y Anticorrupción del Congreso del Estado, a los que les tapa boca con un corte y un vinito en alguno de los restaurantes más exclusivos de la capital chiapaneca.

yomariocaballero@gmail.com

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