• Spotify
  • Mapa Covid19

Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Sabía usted sobre la existencia de la Policía de la Moral? Pues sí, existe, en pleno siglo XXI y está en Irán.

¿A qué se dedica? A vigilar que se cumplan las reglas de la religión musulmana. Por ejemplo, inspeccionan que las mujeres porten correctamente el velo para que no se vea su cabello.

Sobre esta Policía de la Moral se cuentan muchas historias. En su mayoría macabras, terribles, reprobables, que comparten un común denominador: el abuso de poder. Como en el suceso ocurrido el 16 de septiembre de 2022.

Ese día, algunos policías de la Moral detuvieron a una joven de 22 años de edad, de nombre Mahsa Amini, según porque no llevaba bien puesto el velo. Pero el episodio no terminó en la simple detención y en la reprensión, sino que estos fulanos la golpearon hasta matarla. Vaya moralina: no se permite el descuido de traer mal puesta una prenda, pero sí apalear a una pobre chica hasta llevarla a su último aliento de vida.

Siempre he sido de los que busca fomentar la tolerancia entre los individuos, el respeto a las distintas formas de vida, a las diferentes culturas y especialmente a las normas que rigen a los países. Sin embargo, Irán es una teocracia que no conoce la tolerancia y su respeto por la vida pende según lo dicten las reglas de su religión.

Ahí gobiernan los Ayatolas. La ley musulmana es, por lo mismo, obligatoria para toda la sociedad. Para que esta se cumpla, existe la Policía de la Moral, que en los hechos no es más que un aparato del Estado para dominar a la población a través del miedo y las duras represalias, como la de la joven Mahsa.

Bajo este régimen opresivo son las mujeres las que más sufren. ¿Saben por qué la Policía de la Moral se enseña más con ellas? Por la sencilla razón de que las reglas religiosas fueron hechas por hombres con la fina intención de subyugar al género femenino.

Estas reglas quieren a las mujeres en la cocina, cuidando a los hijos y con la cara y sus cuerpos ocultos para que no provoquen ninguna atracción sexual. Lo peor de todo es que si no cumplen, este “cuerpo policiaco” las detiene y, si bien les va, las envía a campos de “reeducación”. En pocas palabras, los Ayatolas iraníes quieren a las mujeres esclavas de los hombres, como si viviéramos en la Edad Media.

Celebro, por lo mismo, que desde el reprobable asesinato de Mahsa Amini las mujeres de Irán comenzaron a revelarse contra esta insoportable dominación masculina. Desde pequeños pueblos hasta las universidades, las iraníes salieron a protestar expresando su hartazgo por cuatro décadas de una de las peores opresiones machistas del mundo.

Si por un lado respeto la cultura de cada país; por el otro, considero que las libertades deberían ser universales. La libertad es valor intrínseco de cada ser humano. Por tanto, las mujeres iraníes deberían gozar de los mismos derechos que las mujeres en Occidente.

Es decir, si por voluntad propia quieren ser las más religiosas del mundo, adelante. Si quieren usar hiyab, nicab o burka; si prefieren caminar siempre detrás de sus esposos, cocinarles, criar a sus hijos y tolerar su machismo, allá ellas, están en su religioso derecho. Pero si quieren vivir de otro modo, con otro estilo de vida y emanciparse del patriarcado que han vivido y padecido por largos años, también debe ser su derecho. Que cada quien decida, con libertad, qué hacer con su propia vida.

Por eso también he festejado las distintas manifestaciones feministas en México (no las violentas porque no es la forma), en las que miles de mujeres salieron a las calles a exigir su derecho a una vida libre de violencia, en la que no sean controladas por sus maridos, parejas masculinas o padres; en la que nadie les impida trabajar, estudiar, ejercer sus derechos fundamentales; en la que nadie las obligue a casarse con hombres que ni siquiera conocen, tal como todavía se acostumbra en algunos pueblos originarios, donde los padres venden a sus hijas, incluso siendo menores de edad, por un puñado de billetes o por algunas botellas de agua ardiente.

TIEMPO DE LAS MUJERES

Festejo, asimismo, el surgimiento de mujeres valientes que se han destacado en el deporte, en las artes, en el ámbito empresarial y, por supuesto, en la política. Son mujeres que con su ejemplo han inspirado a muchas a demostrar lo valiosas que son para la sociedad y lo que pueden lograr a favor de ésta.

Es el caso de Claudia Sheinbaum, precandidata de Morena a la Presidencia de la República, quien podría inaugurar una nueva etapa de la vida política de nuestro país. Es una mujer preparada, inteligente, con experiencia en la cosa pública. En un territorio que ha sido ancestralmente dominado por hombres, parece que ha llegado la hora de que una exponente del género femenino tome las riendas de México.

Mucho se ha hablado que éste es el tiempo de las mujeres, y tal vez lo sea. Después de Sheinbaum hay muchas otras que actualmente aspiran a ocupar cargos relevantes en el próximo periodo, como gubernaturas, diputaciones, senadurías y presidencias municipales, quienes con su dedicación, esfuerzo y profesionalismo pueden cambiar las cosas.

Este 2024, independientemente que México tendrá por primera vez una mujer presidenta, representa la culminación de un proceso de creciente participación de las mujeres en la política, un fenómeno mundial en el que nuestro país ha tenido una participación destacada. Sépase que somos uno de los seis países del mundo que ha alcanzado la paridad de género en sus parlamentos y en este periodo ambas cámaras del Congreso de la Unión son presididas por una mujer.

FABIOLA

En ese sentido, aplaudo la aspiración de Fabiola Castellanos Esquinca, una mujer de 33 años, empresaria ganadera, licenciada en Administración de Empresas, que busca ganar la presidencia municipal de San Fernando el próximo dos de junio.

Fabiola es de esas personas que no son obstinadas con el poder. Todo lo contrario, su obstinación es contribuir con un granito de arena por el bienestar de la gente.

Hace nueve años, verbigracia, sin ocupar ningún cargo público gestionó y logró la construcción de un comedor comunitario en la colonia Gabriel Esquinca, en San Fernando, que beneficia a más de 150 personas todos los días.

En 2017, llevó brigadas médicas a diferentes localidades del municipio, beneficiando a más de 250 personas con consultas gratuitas y medicamentos. Un año después, siendo coordinadora municipal en representación de la organización Movimiento Social por la Tierra, realizó la gestión y entrega de un millón 500 mil pesos en programas, a través de los cuales se entregaron viviendas, fertilizantes y apoyos para empleo temporal, logrando beneficiar a 400 hombres y mujeres de las comunidades Gabriel Esquinca, Monterrey, Cuauhtémoc, Juárez y 16 de Septiembre.

Ese mismo año, 2018, logró que se construyeran 13 kilómetros de camino que ahora comunican a seis comunidades. Esta gestión la hizo ante la Secretaría General de Gobierno y con ello coadyuvó en la resolución de una demanda ciudadana que tenía por lo menos 15 años sin recibir respuesta.

Le deseo el mejor de los éxitos a Fabiola Castellanos, que ha sido nombrada precandidata única del partido Chiapas Unido a la alcaldía de San Fernando.

Pero no sólo a ella, sino a todas las mujeres que con su lucha constante y su trabajo en las diferentes áreas profesionales nos han enseñado que pueden cambiar el mundo en beneficio de todos.

Hoy nos toca escucharlas y cambiar.

yomariocaballero@gmail.com

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *