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¿Podemos confiar en el Tribunal Electoral?

Letras Desnudas

Mario Caballero

No sé usted, pero a mí me gustó cómo se desarrollaron las elecciones del domingo pasado.

Desde que recibí mi credencial de elector, nunca me he perdido una sola ocasión para ejercer mi derecho a votar. Me encanta hacerlo. Pues se trata de la oportunidad que tenemos todos para decir el futuro que anhelamos para nuestro país.

Este dos de junio, no fue la excepción. Salí a votar y mi esposa fue conmigo. Llevamos a nuestras hijas, menores de edad, para que aprendieran cómo funciona nuestra democracia.

Al llegar a la casilla que me correspondía, me emocioné como nunca. El calor estaba insoportable, pero ahí estaban las largas filas de personas esperando su turno. Como dije líneas arriba, nunca me he perdido una sola votación, pero en ninguna de éstas había visto tanta gente con tanto ánimo, hasta podría decirse que obsesionados por participar. Jóvenes, adultos, ancianos, aguantando bajo el sol inclemente. Yo esperé en la cola alrededor de una hora.

En concordancia con la enorme participación ciudadana, las autoridades electorales se comportaron a la altura de las expectativas.

El INE y los órganos electorales locales lograron sacar adelante unos comicios donde se eligieron la Presidencia de la República, 128 senadores, 500 diputados federales, ocho gobernadores, la Jefatura de la Ciudad de México, mil 803 alcaldes en 30 estados del país y mil 98 diputados locales en 31 entidades.

Lo mejor fue que, salvo por algunas excepciones, pudimos salir a votar con seguridad y libertad.

Total, estas elecciones fueron históricas: reinó la paz, la tranquilidad y la enorme participación de los ciudadanos.

PERO, ¿QUÉ SIGUE?

La batalla por la legalidad. Eso es lo que sigue.

Bajo el entendido de que en toda elección siempre hay ganadores y perdedores, no siempre los que ganan lo hacen de la mejor manera. Algunos, ante su incapacidad de construir un proyecto político exitoso, con propuestas, buenos planteamientos de solución a los diversos problemas de la sociedad, recurren a la trampa, a las campañas de desprestigio, a la difamación con tal de derrotar a sus adversarios y alcanzar el poder. Muchas de esas artimañas rebasan los límites de la norma.

Si lo que buscamos es avanzar como país, lo peor que podríamos hacer es menospreciar la aplicación estricta de la ley, y eso implica revisar que nuestros gobiernos y representantes populares sean auténticamente legítimos, es decir, que hayan ganado las elecciones legalmente.

Pensemos en que el desprecio a la ley va en contra del ideal de la convivencia civilizada. Por tanto, es crucial que la competencia por el voto tenga lugar con el cumplimiento de las normas aplicables a la democracia, que las autoridades electorales cumplan y hagan cumplir lo que las leyes establecen y, si llegaran a presentarse diferencias o controversias, sean las autoridades jurisdiccionales quienes resuelvan con prontitud y riguroso criterio jurídico.

La pregunta es, situándonos en el ámbito local, ¿podemos confiar en el Tribunal Electoral del Estado de Chiapas?

LA RESPUESTA

Sí.

El TEECH ha probado ser una instancia confiable. Ha demostrado, en los hechos, que las sentencias se dictan no para complacer a unos o a todos, sino para cumplir con la Constitución y las normas que de ella derivan.

Cierto, muchas veces sus resoluciones han sido polémicas o controvertidas, incluso impopulares, pero su tarea como juez electoral no es la de complacer a alguien en particular, sino velar por la legalidad. Y lo ha hecho con creces.

En las elecciones de 2021, por ejemplo, se registraron alrededor de 70 impugnaciones, una cifra jamás antes vista. Los tres magistrados estudiaron los casos, examinaron los documentos del expediente, los analizaron y debatieron sobre cada uno de ellos con la mirada puesta en las normas aplicables.

Por eso, y por la transparencia con que se emitieron las sentencias correspondientes, se evitó que tras la jornada electoral del seis de junio de ese año se generara un clima de protesta social.

Quizá el caso más peliagudo fue el de la elección de Frontera Comalapa, donde el Consejo Municipal Electoral había validado la elección a pesar de que uno de los grupos antagónicos había quemado los paquetes. El Tribunal Electoral, al concluir la revisión del caso, determinó anular la elección bajo el argumento de que no se podía validar porque el número de actas era insuficiente.

Así, el TEECH mostró capacidad para cumplir con su función principal de garantizar que la pluralidad sea respetada, defender las libertades y hacer que los derechos cuenten.

EL PRESIDENTE

Por otra parte, el Tribunal Electoral también es confiable por la aptitud de su presidente, el magistrado Gilberto Bátiz García, un jurista inteligente, probo y con las mejores credenciales académicas.

Es maestro en Derecho Constitucional y doctorante en Derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Unach.

Su trayectoria es impecable. En el Congreso del Estado de Chiapas fue coordinador de asesores de la Mesa Directiva, teniendo como principal función la supervisión del Instituto de Investigaciones Legislativas, el centro de documentación y asuntos legislativos.

Después fue consejero de la Judicatura en el Poder Judicial del Estado, encargado de vigilar la disciplina, capacitación y administración de los recursos de la institución. En ese periodo fungió como vocero de la implementación de la reforma penal en Chiapas.

Asimismo, desempeñó el cargo de asesor de mando superior en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, siendo responsable de la Unidad de Jurisprudencia. Ahí afianzó su carrera como experto en materia electoral, lo que le permitió, en octubre de 2017, ser nombrado por el pleno del Consejo General del INE como consejero electoral del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana del Estado de Chiapas (IEPC).

El 22 de octubre de 2019, el Senado de la República lo designó como magistrado del Tribunal Electoral del Estado y, por decisión unánime de los integrantes del pleno, fue elegido como presidente el cinco de enero de 2022. El TEECH no pudo quedar en mejores manos.

CUMPLIR CON LA LEGALIDAD

La gran tarea del Tribunal comienza el próximo lunes, ya que una vez entregadas las constancias de mayoría y validez de la elección, los inconformes tienen un plazo de hasta cuatro días para interponer sus impugnaciones. De acuerdo con la ley, el TEECH tendrá hasta el 30 de septiembre para resolver los juicios de la elección de diputados locales y hasta el 31 de agosto para los miembros de los Ayuntamientos.

En reiteradas ocasiones he señalado que el déficit de legalidad en muchos rubros es una de las materias pendientes para la verdadera transformación. Y no hay coartadas justicieras ni respuestas mágicas, se trata de cumplir y hacer cumplir la ley.

El contexto de polarización que vive el país impondrá una importante presión a las autoridades electorales. No obstante, el TEECH goza de credibilidad y Gilberto Bátiz es un presidente competente. Hay confianza en que las resoluciones por las controversias que llegaran a presentarse le otorgarán legitimidad a la elección y harán valer el voto de los ciudadanos.

yomariocaballero@gmail.com

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