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Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Víctima u oportunista?

Una de las cosas que he aprendido desde que me dedico a este oficio es que, frente a la crítica y la censura, primero están los hechos y los datos comprobables. Porque cualquiera puede utilizar las redes sociales, por ejemplo, y señalar e incluso acusar de los peores delitos a un personaje público, pero lo difícil es probar que esa persona efectivamente cometió el ilícito.

Lo digo por el video que el miércoles reciente comenzó a circular en las redes, en el que la priista María Paulina Mota Conde denuncia que en el año 2020 sufrió abuso sexual por parte del presidente del PRI en Chiapas y hoy diputado local. No lo mencionó por su nombre, pero por la descripción sabemos que se trata de Rubén Zuarth Esquinca.

Dijo que no hizo la denuncia en su momento porque no se sentía emocionalmente bien, porque no le era fácil hacerlo público y porque después de eso siguió teniendo tratos con su “agresor” (las comillas son intencionales). Y la situación de seguir viéndolo –asegura- le provocó graves afectaciones psicológicas que la obligaron a tomar terapias por más de un año.

Este asunto, confieso, me sorprendió por muchas razones. Una de dos. O el presidente estatal del PRI es culpable del delito, aunque como siempre he dicho en este tipo de casos, Rubén Zuarth es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, o Paulina Mota Conde, motivada por intereses políticos personales o de grupo, está buscando revolver las aguas para sacar una buena pesca, que no sería la primera vez. ¿Víctima u oportunista?

REVISEMOS EL CONTEXTO

La política, o mejor dicho, los actores que intervienen en ella nunca han estado exentos de ser acusados por este tipo de delito. Es más, podríamos decir que aparte del de corrupción y tráfico de influencias, es el más común en los últimos años. Lo peor es que ha habido casos reales de abuso sexual cometidos por políticos. Como el de Félix Salgado Macedonio, que siendo candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero fue denunciado por cinco mujeres por abuso sexual. Pero al contrario de Zuarth Esquinca, éste fue claramente protegido por sus conexiones políticas. Las autoridades no lo investigaron.

Por otro lado, la política tampoco ha estado libre de oportunistas. En otras palabras, de gente que sin conocimiento de los mínimos principios éticos y morales apela a los escándalos y al chantaje para ganar un hueso.

No digo que Paulina Mota sea una de esas personas. Todo lo contrario, si resulta que sus acusaciones son ciertas y puede comprobarlas, la felicito, tanto por su valentía al interponer la demanda y más aún por haber hecho público un evento que supongo es de los más tristes y amargos de su vida. Aunque, por otro lado, hay que decir que hay cosas que no cuadran en toda su actuación y que se parecen mucho al del clásico oportunista.

Primero, resulta extraño que alguien que ha sufrido violencia sexual empiece su denuncia proclamándose “activista feminista”, como hizo Mota Conde en el video. Nunca, en los años que llevo dedicándome a la actividad periodística he visto que una mujer víctima de violación comience a hablar de su ego antes que de su dolor. Y déjeme decir que he estado de frente a varias de ellas, incluso de una pariente muy cercana, quien tras las insistencias de la familia de que denunciara a su agresor no se describió ante las autoridades como abogada, y menos que era catedrática con dos maestrías y un doctorado en curso, sino se presentó por su nombre.

Segundo. Ante las entendibles razones que dio para excusarse de por qué hasta ahora decidió realizar la denuncia contra el líder priista, parece mucha casualidad que haya dispuesto hacerlo en vísperas del proceso interno de la renovación de la dirigencia estatal del PRI.

Es comprensible que una persona que ha padecido violación no denuncia por miedo y por las terribles afectaciones emocionales y físicas, pero hay que aclarar que la postura actual de Mota Conde se parece muchísimo a aquel otro episodio en que ella, junto con otras cinco priistas, denunció a Julián Nazar Morales por el delito de violencia política en razón de género, caso que la Sala Regional Xalapa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó en los últimos meses de 2021.

Mota lo hizo en la antesala del proceso electoral 2020-2021 y para muchos fue claro que intentó chantajear al exdirigente del PRI para obtener privilegios políticos. Y no ganó el fallo, incluso a sabiendas de que Julián Nazar tiene una facha de macho que no puede con ella y que siempre ha sido acusado de prepotente, buscapleitos, corrupto, golpeador, etcétera, etcétera, etcétera.

Empero, si esto no es oportunismo y las autoridades electorales erraron en la sentencia, entonces hay que pensar que Paulina Mota Conde se convirtió en la víctima preferida de cada dirigente del PRI en turno.

Tercero. También tuvo problemas con otro dirigente del PRI en Chiapas, Roberto Albores Gleason, al que traicionó después de que éste la impulsó en su carrera política, periodo en que ella llegó a ser regidora por el PRI en el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez.

Durante ese trienio, cabe aclararlo, Mota Conde no se distinguió por estar a favor de los derechos de las mujeres y eso que era presidenta de la Comisión de Equidad de Género. Todo lo contrario, fueron frecuentes las acusaciones en su contra por despotismo, abuso de autoridad y corrupción.

Entre los señalamientos está que logró meterse cientos de miles de pesos a sus bolsillos cobrando las cuotas de ingreso a la Zona de Tolerancia, así como a las sexoservidoras. También que hizo una fortuna cobrando cuotas a través de convenios con grupos de mujeres ambulantes.

Siendo presidenta de la Comisión de Obras Públicas, Planificación y Desarrollo Humano, trabajadores del Ayuntamiento capitalino revelaron que recibió presuntamente diezmos por parte de varios empresarios de la construcción por la adjudicación directa de contratos de obra.

Por eso no fue extraño que presumiera en las redes sociales sus viajes de placer por Malasia, Vietnam y Tailandia. Porque con su sueldo de regidora jamás hubiera podido hacerlo.

¿QUÉ ERES, PAULINA?

Ahora bien, denunciar a alguien por violencia sexual es un asunto muy delicado y por cierto difícil de comprobar después de haber pasado algún tiempo. Pero si Paulina Mota fue realmente víctima de abuso sexual por parte del líder priista, esperemos que su proceso llegue a buen término, pues la violencia de género en todos sus tipos debe ser castigada y erradicada en los partidos políticos y en cualquier otra parte.

Sin embargo, hay que ver que Rubén Zuarth ha dado la cara públicamente y se ha confesado inocente del delito por el que se le acusa. Además, asegura que no ha sido notificado por autoridad alguna y que él mismo presentó un oficio ante el Ministerio Público para ponerse a su disposición y así poder designar la firma legal que lo representará en caso de que exista una denuncia en su contra. Lo que deja muchas dudas sobre el supuesto caso de abuso sexual contra la priista.

Paulina, si eres víctima, demuéstralo. Si no, qué pena que te dediques a hacer escándalos y a chantajear a la gente para hacerte notar y obtener un huesito. Lo que te hace ser una política más del montón y arribista.

¿Víctima u oportunista? ¿Qué eres, Paulina?

yomariocaballero@gmail.com

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