José Salazar/ Diario de Chiapas
Una vez más, la empresa Veolia Residuos Tuxtla S. A. de C. V. está envuelta en un escándalo generado por omisiones de mantenimiento de sus unidades de recolección y traslado de residuos sólidos urbanos, al realizar el cambio de llantas, ajuste y calibración de las mismas en una talachera que ha instalado en el Libramiento Norte de la capital chiapaneca.
Para reducir costos y facturas, Veolia utiliza los servicios de una talachera, ubicada a 300 metros del llamado crucero de la Coca, en el sentido de poniente a oriente, donde los camiones de recolección y tráileres cambian sus llantas, realizan mantenimiento y calibran; un trabajo realizado sin equipo especial que permita normas de calidad que una empresa de clase mundial debe cumplir.
Con estas acciones de ahorro de presupuesto se está poniendo en riesgo a los choferes que conducen las unidades y a la misma población, porque dicho trabajo podría generar un accidente, así como el riesgo de los talacheros a perder la vida, quienes sin herramientas y material especializado atienden la flota de camiones de Veolia.
Por ética y porque lo establece el apartado 15 del contrato de la empresa Veolia Residuos Tuxtla S. A. con el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, encabezado por Carlos Orsoe Morales Vázquez, la compañía debería contratar el servicio de una llantera o central camionero, para realizar el mantenimiento, cambio y verificación de sus unidades, aunque en este contexto no existe una normatividad que obligue a calibrar y ajustar neumáticos en un centro específico.
La Empresa Socialmente Responsable tiene la obligación de invertir en la seguridad de sus choferes, de lo que trasladan, y eso radica en lo más mínimo como son el mantenimiento y cambio de neumáticos de una forma responsable.
Cambiar neumáticos es una especialidad, ya que la persona debe estar capacitada, porque existe un alto riesgo al inflar una llanta; el mínimo error puede ocasionar un accidente e incluso la muerte, además que deben emplearse herramientas especiales y calibradas para cambiarla.
La diferencia entre una talachera y un centro camionero o llantera radica en que en la primera usan espátulas que dañan las llantas, mientras que en la segunda cuentan con equipo especializado: desmontadoras, balanceadoras, gatos hidráulicos, torres de seguridad y maquinaria.
En efecto, en una talachera el ahorro económico es abismal, pero el riesgo también es alto; no se tiene la seguridad, porque si te parchan una llanta, lo que hacen es quitarla, dañarla y corre el riesgo de que estalle con el pesor.
Es increíble que una empresa como Veolia Residuos Tuxtla exponga a sus empleados y a la propia ciudadanía a tal peligro, todo por ahorrarse la cantidad de 50 mil pesos mensuales, ya que en una llantera o centro camionero el gasto es superior a los 80 mil pesos en el cambiado de llantas, calibración, inflado y parchado; mientras que en una talachera el gasto es de 30 mil pesos al mes.
