Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Es 12 de octubre de 2021. Segundo año de la pandemia del Covid19, han transcurrido 529 años de la llegada de un genovés, en naves financiadas por la reina de Castilla, sin el total beneplácito de su esposo el Rey de Aragón, en tres embarcaciones rentadas, con velas con la insignia de la marina templaria católica, proscrita y desparecida de la historia oficial entre 1307 1314. Colón carece de un origen definido, en 1492 no existían países como los concebimos ahora y por consenso se le dice genovés. Navegó con mapas preexistentes.
Lo único que se asegura, es que ignoraba la existencia del continente Abyla Yala, luego denominado América.
El viajero explorador, al llegar a un territorio lo considera propio o se adjudica sus derechos sin importarle quién habite en ese espacio. Situación que ha llevado al ecocidio citado desde hace medio Siglo por Costeau.
A pesar del tiempo transcurrido, la humanidad no ha logrado desparecer los peligros, a pesar de su conocimiento.
Abrevemos con el pasado. ¿Acaso no vamos en ese camino para el 2020-2050? Epidemias bacterianas resistentes a antibióticos. Elevación del nivel del mar con pérdida de Tabasco y de otras partes en todos los confines mundiales.
Destrucción de la mayoría, los poderosos sobrevivirán y se enfrentarán con la muchedumbre. La naturaleza, bien gracias. Tuvieron la oportunidad de estudiar, prevenir y dijeron: ¡Son patrañas cinematográficas!
Solo un iluso no se percataría y seria paladín de lo indefendible. O un corrupto que se vería beneficiado directamente, pero aun así a qué precio: joder a toda una nación, por unos cuantos pesos.
¡El Covid demostró la carencia de solidaridad y humanismo!
¿Seriamos mejores si fuéramos sintoístas o budistas, como los pueblos de tez amarilla?
Son solidarios y la diseminación del Sars Cov2 Covid-19 se ha propagado en menor cuantía.
Nuestra sensibilidad es española, la de la proposición ‘haiga sido como haiga sido’, como dice e inmortalizó el michoacano.
La religión no une ni hace crecer, mantiene guerras en nombre de su dios particular.
No el universal, la naturaleza, a la cual se debe preservar.
Seamos humanistas, amemos al ajeno, no solo al prójimo=próximo, a ti mismo.
