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No para la violencia contra los periodistas

La frase trillada que se escucha siempre que matan a un ser humano es que el homicidio “no quedará impune”. Falsas promesas que salen de los políticos, gobernadores y hasta de los presidentes que ha tenido México.

Tan sólo perder la vida a manos de un cobarde que se contrata por unos pesos, es tan desgarrador para la familia que lo sufre directamente por muchos años, como para el gremio donde se encuentre laborando. Así sean políticos, funcionarios, diputados, senadores, empresarios o personas “común y corriente”, siempre dolerá que en nuestro México se estén cegando vidas por cuestiones de cualquier tipo. Y más coraje da que la autoridad responsable sólo acumule expedientes y más expedientes, pero con resultados insignificantes donde la justicia aún se sigue esperando.

Jesuitas, muertes pasionales, venganzas, control de plazas por parte del crimen organizado, son entre muchos, los que han sufrido la mortalidad de las balas. En esto de la inseguridad, otro sector que está siendo vapuleado son los que representan a los medios de comunicación. Periodistas han mordido el polvo por la venganza, en la mayoría de los casos, por su actividad profesional que no es del agrado del “más fuerte, del cobarde”.

Hace menos de una semana, en Tamaulipas, acribillaron a tiros a Antonio de la Cruz, el número doce de las mujeres y hombres de la pluma y el micrófono y hoy en día también de las redes sociales, los que han perdido la vida. Lamentable, hay que decirlo, que Cinthya, la hija del comunicador Antonio, también haya perdido la vida, tras dos días de luchar por vencer a la muerte.

Y lo que son los destinos de la vida. Este viernes, los restos del periodista fueron llevados al panteón por su familia y horas más tarde se confirmaba el deceso de la joven de 23 años, que fue atacada junto con su padre, cuando salían de su casa.

Como colofón, también el viernes, el intento de asesinato de Susana Carreño, directora del noticiero “Radio universidad, en Puerto Vallarta, quien fue atacada por la espalda. Su estado de salud se reportaba como grave. En este hecho se manejó que en un intento de asalto fue apuñalada.

Todos, sin duda, desde la trinchera que se desempeñen, exigen seguridad para trabajar. En los medios de comunicación, lamentablemente con el despegue de las redes sociales, ahora cualquiera que tiene el don de tomar un micrófono, empieza a despotricar, difaman, se hacen llamar periodistas, pero lo único que saben es calumniar, y ello, hay que reconocerlo, ha afectado indirectamente la función de quien trae el don o lo aprendió en las aulas.

Esta nueva faceta del periodismo le ha hecho mucho daño a los que trabajan a diario, reportean, investigan, una tarea y profesional que se ha distinguido desde siempre. Las funciones del comunicador es generar contenido, investigación, no la de reproducir. Por eso los que tienen bajo su responsabilidad estar al frente de un micrófono o un medio impreso, los que afectan con pruebas los actos de corrupción que se gestan en altas esferas política o en los cárteles y organizaciones criminales, son abatidos por ser incómodos.

En este año van 12 periodistas acribillados. Una docena que han dejado en el desamparo a sus familias y que han contado con la complicidad de los gobiernos de sus entidades donde se han cometido los asesinatos. De ellos, no ha habido investigaciones contra poderosos y que la vox populi conoce quiénes son los posibles involucrados en estos atentados.

Dejar crecer a las mafias del poder a orillado al gremio a quedar indefensos. Hace tres años, Mario Gómez, un periodista local fue ultimado a tiros en Yajalón. Su caso a indignado al gremio porque si bien hay detenidos, el autor intelectual sigue gozando de cabal salud, y aunque muchos lo señalan, nadie se atreve a decir su nombre debido a que conocen que tiene poder. Otro más, Fredy López Arévalo, en San Cristóbal de Las Casas, su caso ha quedado en el limbo debido a que los supuestos sicarios fueron encontrados asesinados dentro de una cajuela de carro en Frontera Comalapa.

Desde esta trinchera, hacemos un reconocimiento a todos los valientes que enfrentan al poderoso y en especial a los caídos en lo que va del año:  José Luis Gamboa, (10 de enero) de Veracruz; Alfonso Margarito Martínez. (17 de enero) Tijuana, Baja California; Lourdes Maldonado (23 de enero) Tijuana, Baja California; Roberto Toledo (31 de enero), Zitácuaro, Michoacán; y Heber López, (10 de febrero) Salina Cruz, Oaxaca.

Además de Jorge Camero (24 de febrero) Empalme, Sonora; Juan Carlos Muñiz Rigoberto (4 de marzo) Fresnillo, Zacatecas; Armando Linares López. (15 de marzo) Zitácuaro, Michoacán; Luis Enrique Ramírez (5 de mayo), Culiacán, Sinaloa; Johana García y Yesenia Mollinedo, (9 de mayo) Cosoleacaque, Veracruz; y Antonio de la Cruz. (29 de junio) Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Para todos ellos, lo menos que puede hacer la autoridad para reivindicarse es castigar a los responsables.

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