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¡Ahí viene doña Elba Esther, la maestra!

Con el tiempo se ha demostrado que la política es una enfermedad que se agrava y ni las lecciones que deje la cárcel hacen cambiar de opinión para personas que han saboreado y acostumbrado a las mieles del poder.

El caso más reciente es el de la ex líder magisterial, Elba Esther Gordillo Morales, quien otra vez los medios de comunicación se encargaron de encender los reflectores ante la seria acusación que hizo: La Secretaría de Educación Pública (SEP) se entregó a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

El mismo lunes que se daba el relevo de Delfina Gómez Álvarez en la SEP, la otrora poderosa líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), salió a la palestra pública para hacer hincapié que el sistema educativo “no es prioridad del Estado Mexicano ni de este Gobierno”.

Aparte de conocer las lides de la educación y cómo se opera un sindicato para ganar ya sea democráticamente o por imposición, Elba Esther, quien pasó cinco años de su vida en la cárcel, acusada por el gobierno de Enrique Peña Nieto de lavado de dinero y fraude por cerca de 2 mil millones de pesos, lamentó que, con el ascenso de Leticia Ramírez como nueva titular de la SEP, no se le dé prioridad a la educación.

El gobierno le ha dado preferencia a “los pinta bardas y toma calles”, refiriéndose a la CNTE, pues la actual funcionaria educativa fue lideresa de la Coordinadora, por lo que no le parece buen perfil para dirigir a la SEP.

«A Leticia la recuerdo muy bien al inicio de la Coordinadora. Ella, con otros, eran las cabecillas de la CNTE; tenía una oposición abierta a mejorar la educación, se oponía a la carrera magisterial», expresó.

Hace exactamente seis meses, después de salir de la cárcel, la comiteca, con 77 años a cuestas, anunció en febrero que se casada por tercera vez. El feliz novio era nada menos que su abogado que logró ponerla libre, Luis Antonio Lagunas Gutiérrez. Pero, además, se dijo lista para regresar a la política y ahora se promociona para garantizarle el triunfo a Morena en el Estado de México, donde inició su travesía como mentora hasta llegar a ser una dictadora en la dirigencia nacional del SNTE. 

La maestra, sin duda, tiene todavía, un peso mayúsculo en el magisterio, donde se encargó de poner cuadros encabezados por hombres y mujeres que se la “rifaron” con ella en sus tiempos de bonanza.

Lo contraproducente de quien no logró titularse como profesora de primaria, pero que habla a la perfección el tzotzil y el tzeltal, es que critique las decisiones presidenciales en el manejo de la educación, si ella fue ascendida al poder luego de que el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, ordenara que detuvieran a Carlos Jonguitud Barrios y ella asumiera la dirigencia sindical, que no ha soltado del todo, desde finales de la década de los ochenta.

Hoy Elba Esther, la maestra más respetada y al mismo tiempo odiada en los últimos tiempos en el sector educativo, busca colarse en la elección del gobernador 2023 en el Estado de México, bajo el nombre de una organización de apoyo electoral que rescatará el liderazgo de sus allegados más fieles a su proyecto y que hoy vuelven a tener la esperanza de resurgir.

Es indudable que, por su edad, la operatividad del movimiento la hará desde su casa, sin aparecer físicamente, dándole impulso a los partidos de su propiedad Nueva Alianza y Redes Sociales Progresistas.

Ahora bien, debe tomarse con todas las reservas este posible involucramiento en la política, ya que no se pondría en duda que sea un distractor para volver a buscar las riendas del sindicato nacional de maestros para empoderar a sus hijas, a su familia.

Con lo que quede de fuerzas, la maestra seguirá siendo un referente que el gobierno federal debe tomar en consideración, pues si el SNTE ha estado sometido con líderes a modo, la maestra sabe mucho de este negocio y vaya que lo “pondrá en venta, a ver quién se anima a comprarlo”. 

Recordemos que ni las acusaciones que le imputaron de haber participado en la muerte del profesor Misael Núñez Acosta, ni el escándalo mediático por haber regalado 59 camionetas de lujo a igual número de líderes sindicales o secretarios seccionales del gremio en los estados, le hicieron mella para claudicar en sus propósitos sindicales. Está claro que, a estas alturas de su vida, la maestra hará el último intento para mover los hilos del tejido magisterial sindical y de sus piezas en la política para dejar asegurada a la familia y a sus incondicionales.  Aunque, a decir verdad, no le hace falta el dinero, pues con el sudor de su frente, frente al aula, tiene unos cuantos millones de pesos que guardó para disfrutar de lo que le quede de vida

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