Editorial

No se vale despotricar si no haces nada por el partido

Alfredo Araujo Esquinca, el constructor que ha estado toda su vida en la nómina del gobierno, en cualquiera de las modalidades que usted quiera, ha añorado siempre dirigir los destinos del partido Revolucionario Institucional (PRI). Su sueño guajiro se ha esfumado cada tres años, a pesar de que sirve de sparring a otros personajes que han sobresalido en este instituto político y lo mandan a generar polémica para crear desestabilización.

Con su disco rayado, arremete contra la dirigencia estatal del PRI. Aduce que son espurios los nombramientos en la presidencia y secretaría general, tanto que impugnó su ascenso ante el Tribunal Electoral del Estado de Chiapas.

En sus últimos disparates, dijo que el dirigente Rubén Antonio Zuarth Esquinca no está firme y Chiapas merece un líder tricolor que hable con la verdad. Su desenfrenado interés por alcanzar este puesto está muy lejos de sus aspiraciones, y si llegara a ser un candidato, la mayoría de los priístas no saben si este tipo existe en esta vida.

El dirigente estatal tiene claro que la bilis es la que hace a Araujo actuar desenfrenadamente, sin pensarlo, dice, abre la boca sólo por abrirla y aunque fue muy cuidadoso en responder las acusaciones directas de quien cobra como presidente de Cuenca de los Ríos Grijalva-Usumacinta, sostuvo que a él no le ganan los impulsos ni toma las cosas de manera personal.

Zuarth ha sido un hombre respetuoso de la ley y no está por demás citar que acatará el fallo que emita el Tribunal Electoral del Estado de Chiapas sobre la validez de la pasada asamblea de ratificación del partido.

Las embestidas de Araujo no le hacen mella y a pesar de la crisis en la que está incrustado el Revolucionario Institucional, el trabajo que realiza en favor del partido en la entidad va creciendo día a día. Apenas el martes se dio a conocer la convocatoria para la renovación de todos los comités municipales, una buena señal para enfrentar con cuadros nuevos las elecciones del 2024.

Como en las mejores familias, las diferencias salen a flote, muchas veces injustificadas, y en el caso de la política, la ambición por el poder manifiesta la bajeza de ciertos personajes que se dicen los salvadores del mundo, pero que en realidad a estos “revolucionarios” no los conocen ni en su casa.

Lo mismo pasa con el exdirigente del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado, de quien por cierto se encuentran denuncias en las redes por sus pésimos resultados en contra de la ciudadanía, quien, en lugar de convocar a la unidad, al diálogo, a superar diferencias, se va de boca para despotricar desde fuera lo que no ha podido hacer al interior del partido tricolor.

«Han dicho tal cantidad de cosas en mi contra, por mis funciones al frente del Comité Directivo Estatal del PRI, pero todas son mentiras que han ido cayendo por su propio peso y el tiempo va poniendo a cada persona en el lugar que le corresponde”, soltó sin pronunciar un nombre en específico, Rubén Zuarth Esquinca, aunque está claro que se refería a Alfredo Araujo.

El dirigente de los priistas ha mantenido una resistencia férrea a los postulados de Morena. Como diputado en la LXVIII Legislatura local ha fijado una postura resistente en defensa de los intereses ciudadanos pues no hay sesión en la que no se enfrente a los morenistas que protegen a capa y espada los ideales del presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le deben su curul.

En esto de la política, tiene razón el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI cuando critica que quienes desean tomar de manera personal esta actividad, «no han aprendido de qué trata este oficio».

A menos que la confrontación tenga el giro de que sea ya un asunto personal, el mensaje que se le debe dar a los priístas es de unidad y no porque Araujo no tenga simpatías con la militancia, no se piense que no se le hace más daño y causa divisiones al partido. 

El uso de las redes sociales ha sido en los últimos años, el canal favorito de cualquier político para difundir su plataforma, defenderse y atacar a sus adversarios. El choque entre Araujo y Zuarth no tiene sentido y quizás por ello el líder actual asegura que si el PRI en Chiapas no está en agonía es porque se le ha dado atención oportuna. Lo que en realidad debe aflorar es la integridad como político y no andarse envalentonando con declaraciones que no pasarán de ello.

Si se pertenece a alguna institución o en este caso instituto político, es innegable que se tiene que caminar saltando obstáculos, si las diferencias personales afloran sobre la colectividad, pues mejor que se renuncie y punto.