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Alerta por rabia y vacunas caducadas

Una gran controversia ha surgido en los medios de comunicación, luego de que en algunas partes del país se han registrado hechos que ponen en duda el trabajo institucional que ha emprendido la Secretaría de Salud o las clínicas y programas que operan los ayuntamientos, en detrimento de la integridad física de la población.

Los casos de rabia producidos por mordedura de murciélagos en el estado de Oaxaca, lo que causó bajas mortales en dos niños, o la rabia que contrajo un perro al ser picoteado por un animal salvaje en Sonora, y el debate de que aún caducados los medicamentos éstos se pueden aplicar a los seres humanos, tiene en boca de todos la forma en que el sistema nacional de salud ha “olvidado” cuál es su función en la materia.

¿Por qué el gobierno mexicano ha dejado de vacunar a los animales domésticos? ¿Acaso no hay dosis suficientes para combatir la rabia? ¿Existirá omisión en su accionar por parte de la Secretaría de Salud o no tiene recursos para echar a andar las campañas?

Hasta donde se sabe, el país había sido una de las naciones de América Latina que había sobresalido por no tener casos de rabia, tras aplicar un programa ambicioso para combatir esta enfermedad que en la mayoría de los casos se convierte en letal.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud había premiado a México por esta disciplina. Hace ya 13 años que la Secretaría de Salud emprendió la última una campaña nacional para vacunar a los animales domésticos.

Desde entonces, sólo algunos municipios solventes, como Tuxtla Gutiérrez, por citar un ejemplo, ha promocionado y llevado a cabo cruzadas para proteger a los animales y al mismo tiempo a los humanos de contraer la enfermedad.

La política de prevención no ha sido solvente ni constante. Como todas las vacunas, tras la aparición del COVID, han sido olvidadas en su aplicación.

La Secretaría de salud de Sonora confirmó un caso de rabia silvestre en un perro que reside en la localidad de Bahía de Kino, en el municipio de Hermosillo, y sólo por la confirmación de este caso, la institución tuvo que emprender de inmediato una jornada intensiva de vacunación, casa por casa, que rebasa las dos mil dosis antirrábicas

Este como otros casos, son un aviso para que Salud se ponga las pilas y emprenda una campaña nacional. No hace falta recordar que Chiapas tiene cientos de comunidades que están en contacto directo con zonas montañosas y donde una posible mordedura de zorros o mapaches, por citar un ejemplo, pueden contagiar a los domésticos que no tienen la vacuna antirrábica. 

La rabia es letal y por tanto urge la atención debida. Un arañazo o mordedura en un humano puede acarrear serias complicaciones si no se tiene un control sanitario del animal. Si bien Chiapas ha dado muestras de que atiende con responsabilidad el tema, en otras entidades urge que se aterrice la vacunación contra perros y gatos, principalmente.

Por otro lado, como se dijo al inicio de este tema, la Secretaría de Salud comete un serio error al recomendar que la población puede aplicarse equis o zeta dosis con fecha de caducidad vencida. Cualquier mortal humano sabe que lo recomendable es no aplicarse la vacuna por las complicaciones que ésta pueda acarrear a la persona.

Se convierte, además, en una burla para los seres pensantes, que la institución asegure que no pasa nada si llegase a vacunarse con dosis caducadas, y que, en todo caso, la inyección no surte el efecto esperado. Si es así, para qué se autoriza se apliquen.

Si una enfermera aplica la dosis y en el paciente se presenta alguna reacción alérgica podría ser atribuida a la caducidad y la responsabilidad al personal a cargo. Si así fuese, dónde está la responsabilidad de los encargados de que las vacunas se apliquen en tiempo y forma, no cuando ya estén obsoletas.

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