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El pésimo ejemplo del edil de Ensenada

En el mercado de la mercadotecnia hay que crear prototipos para que éstos sean copiados con fines de comercialización, principal objetivo para fomentar la adquisición de recursos económicos, pero en la política, las poses, discursos y carisma de un personaje son principalmente sus armas para atraer o conservar la preferencia de su público, para mantenerlo cautivo, para engatusarlo, para convertirse en un ferviente ser admirado.

Eso es justo lo que ha hecho por muchos años Andrés Manuel López Obrador y que, tras ganar la presidencia de la República, consolidó a través de sus mañaneras. Antes que pensar en otra cosa, en su gran narrativa, el famoso “Peje” mantiene la preferencia de los ciudadanos, aunque los resultados de su gobierno no sean como él haya querido, sobre todo en materia de seguridad.

Pero, bueno, justo esa función, la de mantener el contacto directo con los millones de hombres y mujeres que creyeron en él, ha sido su principal triunfo para seguir arrastrando conciencias para la causa. El fin es conservar y consolidar a Morena en el poder, una chamba que tiene que hacer a diario porque los que dirigen o están bajo las siglas de este instituto político, nomás no dan una.

Decíamos que crea prototipos, pero muchos de estos son mal copiados o quienes lo realizan, lamentablemente no tienen el tino ni la gracia para emular al presidente, hay que reconocerlo, lo que AMLO pone en práctica a diario como si eso fuera su hobby.

Después de la grandiosa marcha ciudadana para defender al Instituto Nacional Electoral, el presidente, en su papel que le citamos, se ha dedicado a minimizar y acusar que atrás de ésta están los políticos de siempre, los conservadores que se arropan en las filas del PRI, del PAN o del PRD, o de empresarios que han tenido nexos con los gobiernos que anteriormente gobernaban el país.

Nada fuera de este mundo pues en antaño lo mismo realizaba el PRI como partido en el poder y la oposición, incluida la que encabezó el mismo AMLO cuando representaba a la izquierda. Por eso hoy los adversarios no tienen por qué quejarse de que el presidente actúe de esta o tal manera. Saben que están indefensos y por ello gritan y patalean, denunciando cosas que no están a su alcance.

Pero, lamentablemente ahí está el penoso asunto de que muchos, al tratar de emular al presidente, pierden piso, más si se trata de personas que en las primeras de cambio demuestran el cobre del que están hechos.

En Ensenada, Baja California, el alcalde que representa a Morena, Armando Ayala Robles, en la cabina de una estación de radio, alzaba el pecho para presumir que tenía una “listita” de empresarios que habían acudido a la marcha del 26 de febrero para defender al INE, y por ello después, les dijo de manera burlona, no se anden quejando que no se les hace caso cuando piden rebajas para pagar el predial.

“Aquí tengo la lista y todo, porque después están diciendo ‘ayúdanos a rebajar el predial, tenemos un problemita, oye Armando’. En la primera marchita, esa de la ternurita, ahí están asomando la cabeza, ojalá que tengan todos sus permisos, porque para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”, dijo.

Es decir, al alcalde no le gustó que los empresarios hayan salido a la marcha realizada en su municipio; le incomodó sobremanera que apoyaran un evento ciudadano organizado por los partidos políticos.

En sus cinco minutos de fama, el alcalde demostró que se rige y somete a las directrices que se dictan desde la sede central del partido Morena. Para él es una ofensa que le lleven la contraria, porque todo indica, es una afrenta que a pesar de que brinda ayuda, “sus empresarios” le dan la espalda.

La actitud asumida por el alcalde demuestra que accede a las “peticiones de rebajas” para el pago predial de empresarios y en todo caso, ambas partes participan en actos de corrupción al salirse de lo que establece la ley o de los acuerdos que desde el Cabildo se aprueban.

Con todo esto, el presidente municipal se exhibe como un servidor público que viola la normatividad al autorizar rebajas. Su actitud es a todas luces chantajista y descalificadora.

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