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Tragedia migrante destapa la cloaca

A la luz de todo el mundo, está claro que la tragedia de la noche del lunes en Ciudad Juárez, Chihuahua, no fue un hecho accidental, sino un verdadero crimen, y como tal, el tema requiere de un análisis a profundidad por la descomposición institucional que se tiene para con los migrantes, el sector más castigado de los últimos años, y de mayor relevancia política y social para los gobiernos.

El video que circula en redes sociales y que ya le dio la vuelta al mundo, muestra como por lo menos, dos agentes del Instituto Nacional de Migración, hoy identificados como trabajadores de una empresa de seguridad que contrata la institución oficial, se pasean con celular en mano, mientras los migrantes recluidos en la estancia provisional, desesperados, intentan abrir la reja y gritan pidiendo auxilio sin que los dos sujetos se inmuten ante el suplicio.

En cuestión de segundos, la cárcel -porque no se puede decir que sea otra cosa-, se inunda de fuego y humo, luego de que algunos de los hombres en señal de protesta porque los iban a repatriar, le echan lumbre a una colchoneta. El humo y las llamaradas esparcen toda el área, con los resultados que ya todos saben: 39 personas sin vida y otras 28 con quemaduras o intoxicados.

Para estas horas, si el titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, no ha renunciado a su puesto, entonces no lograremos entender dónde está el sentido humano de un gobierno que se dice precursor de la atención de los más desprotegidos.

Duele y entristece que un video evidencie la deshumanización de los servidores públicos que prácticamente dejaron morir a los hombres que habían sido detenidos la misma tarde del lunes cuando deambulaban por las calles de la ciudad fronteriza.

Y más entristece que la respuesta oficial a la tragedia es que se va a investigar, pero que no se hagan juicios sumarios, que no se ataque al gobierno por un hecho fortuito. No, no es así tan fácil. Se trata de 39 vidas humanas, de igual número de hombres que añoraban una mejor vida para sus familias. Si no son perros para que se minimice la importancia de este hecho que pone al descubierto los descuidos para gobernar de funcionarios de primer nivel.

Ese es, desgraciadamente, el precio de no estar concertado en sus labores y estar más atentos en sus eventos adelantados de campaña. Qué lamentable que la política de contención del Instituto de Migración sea un fracaso total, ahí está el resultado a dicho trabajo en contra de la migración.

Pero, no se equivoquen, no se trata de dañar a nadie, ni al gobierno ni ahora a los elementos de seguridad de la empresa privada que hacen las funciones del personal que le correspondía a Migración, tampoco de atacar a los que dicen tener la responsabilidad normativa o por instrucción verbal, no.

No hay amarillismo o sensacionalismo en la noticia, se trata de una realidad cruel que se vive por la desatención global a este problema, y no sólo de México, la responsabilidad la tienen los gobiernos de donde provienen estos indefensos hombres y mujeres que realizar su larga travesía.

Tampoco no es nuestra función hacer juicios sumarios, es solamente decir donde está la omisión gubernamental por las que se presenten estas catástrofes humanas.

Si no se quiere enjuiciar o castigar a los funcionarios involucrados porque les afectará en su camino rumbo a la presidencia de la República, ese no es problema de un medio de comunicación ni se tiene la intención de perjudicar en sus aspiraciones partidistas. Nos atañe dar a conocer el hecho, señalar qué posición institucional se debe asumir, y esta es muy sencilla: la que marcha la ley.

Lo hemos dicho, no se trata de politizar la desgracia, no, sino de asumir responsabilidades no de aventarse la bolita; tampoco es válido que se diga que es producto de las circunstancias, no, es un fenómeno que tiene este desenlace por la nula atención al problema. Tan claro como el agua.

Pareciera que este tema como el de la Línea 12 del Metro, por ejemplo, son un claro ejemplo de que no importa lo que padezcan las víctimas, pues antes de atender, buscar soluciones, les echan la culpa a los adversarios, a los gobiernos pasados, qué fácil.

Para investigar las posibles causas de la desgracia y fincar responsabilidades le corresponde al mismo gobierno investigar, entonces ya será la ciudadanía la que asuma su mejor opinión respecto al resultado que se dé.

Si los adversarios al gobierno hacen leña del árbol caído, pues es su rollo y también el tiempo se encargará de juzgarlos o castigarlos con el voto, si es que lo que dicen no va con la razón

Lo dijimos, el problema no es de ahora, la situación adversa en la desatención al problema migratorio ha sido por décadas atrás, pero lo que realmente sucede si no se atacan las causas, tragedias como ésta seguirán presentándose.

Qué triste que tenga que registrarse una muerte o muchas, para que se autoricen visas humanitarias a los afectados, ¿verdad que sí se puede?

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