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Caso Damián, típico caso de impunidad por tráfico de influencias

Los mexicanos nos estamos acostumbrando a normalizar la violencia, la que se registra en algunas zonas del país y de la que Chiapas no está exenta y lo peor es que en todos los sectores o rubros de nuestra sociedad y del gobierno en sus tres niveles, los problemas de injusticia y de tráfico de influencias nos está llevando a convertirnos en seres insensibles al dolor ajeno y desinteresados a exigir que no haya más burlas, más impunidad, a convertirnos en seres inhumanos.

En nuestra sociedad hay muchos casos, nos faltarían dedos para contar las atrocidades que se cometen contra los indefensos y también contra los poderosos. Se equivocan quienes piensan y actúan que el poder es para arrollar, no, éste debe canalizarse para romper barreras de la injusticia, para unir a la sociedad, a los pueblos, para que sus derechos sean respetados.

Si se partiera del derecho a respetar la ley, sin condicionamientos, este país fuera una potencia no sólo en lo económico, en el deporte, en la ciencia, en educación, en salud, sino también, en consecuencia, en valores, en desarrollo, en respeto al prójimo.

Pero no, es, al contrario, pareciera que, en cualquier ámbito de nuestra vida, sea éste el sector que sea, lo que importa es aplastar al oponente, encabezar acciones maquiavélicas para destruir, para hacer presente la omnipotencia, la supremacía.

El caso muy particular que resonó por todo Chiapas un nueve de febrero de 2023 es un ejemplo de ello. Un niño de tres años falleció al interior de la guardería Piguin&Babe, en Tuxtla Gutiérrez. Sus padres aseguran que no se atragantó como lo determinó la necropsia de la Fiscalía General del Estado, sino que falleció ahogado dentro de la alberca de esta “institución” por un mero descuido de parte de todos los que en ese momento formaban parte de la escuela.

Hoy se cumplen exactamente 457 días de aquel fatídico hecho y ni la intervención del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ni de la secretaria de Seguridad Pública y Participación Ciudadana federal, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, ni las autoridades de Chiapas de la Secretaría de Educación, de Protección Civil y de la Fiscalía General del Estado, han podido resolver este caso.

Un año y tres meses y no ha habido la capacidad y principalmente, la decisión política para sacar a relucir la verdad en este lamentable suceso.

Y efectivamente, decíamos que el dolor y la impotencia queda rezagado, a la deriva. Sólo los padres del niño mantienen viva esa llama de la esperanza de que algún día salga a relucir la verdad de lo que realmente sucedió.

Solos, sin apoyo de la sociedad, ni Amparo ni Mauricio, los padres de Damián, ni el abuelo Roberto, han podido contra el aparato gubernamental que pareciera indicar, protegen a los dueños de la escuela.

Justo la tardanza para esclarecer la muerte del niño da a pensar que en éste hay “gato encerrado”. Es una lástima que sigamos caminando en los vericuetos de la impunidad. Qué confianza puede tener el ciudadano en sus instituciones si éstas se prestan a supuestos actos de corrupción

En la edición de este miércoles se asienta que la audiencia a la que tenían que llegar los directivos (Brunett y su esposo José de Jesús) fue suspendida por enésima ocasión. La hacen cansada porque en realidad quieren prolongar la agonía de que los encuentren culpables o es una táctica para desanimar a la familia del pequeño. Si piensan en estos dos factores, qué mal están tanto las autoridades involucradas como los sindicados en este supuesto asesinato.

Mauricio Estrada, padre del pequeño Damián, confirmó lo que no estaba en sus planes: la audiencia con los directivos de la escuela se pospuso de nuevo. Lamentable y frustrante que se burlen así con la familia, que se lucre con el dolor ajeno.

Inaudito, pero son cinco abogados los que han cambiado en el proceso los dueños de la escuela y eso retarda los procesos jurídicos. Además, lo que llama la atención es que el padre del niño fallecido denuncie el cinismo con que se comporta la entonces directora Brunett.

De ser cierto esta burla que hace la sindicada, no se puede entender al tipo de directora que se tenía al frente de la educación de decenas de niños. Ojalá su comportamiento sea una mala interpretación que hizo Mauricio de ella, pues de lo contrario, se enfrentan a una mujer sin escrúpulos, sin corazón.

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