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Gobierno de Carlos, una desgracia

Está claro que al coiteco que finge ser alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, no le preocupa en lo absoluto que los capitalinos arriesguen su vida a cada instante para atravesar de sur a norte o viceversa, los libramientos de la ciudad.

A este personaje que vive de todo aquello que puede extraer de la política, ni se inmuta cuando se registran muertes de ciudadanos que; por no tener puentes funcionales y seguros, tengan que cruzar estas peligrosas arterias viales, con el inminente peligro de que puedan ser atropellados.

La semana pasada, una joven mujer falleció tras ser embestida en el Libramiento Sur Poniente. Aparte de esta tragedia, su muerte sepultó la ilusión de su hija que cumpliría sus 15 años horas después.

Los gritos desgarradores que se generaron por esta muerte traen ahora otro problema más: el de la exigencia de los tuxtlecos que exigen que el presidente municipal deje de andar metido en la política, preocupado por ver si convence a Claudia Sheinbaum para que deje a su sucesor que le cuidará la espalda ante el cochinero que hereda en el manejo de las arcas públicas pues no deja nada a la imaginación de que haya otro motivo más importante como para andar tocando puertas que entierre o solape las triquiñuelas realizadas en el Ayuntamiento en los últimos cinco años y cuatro meses que lleva dicha administración.

La muerte de Rocío Camacho debe ser el inicio de una demanda ciudadana para que el alcalde deje de manipular los recursos públicos para sus intereses personales y por lo menos termine su gestión de forma decente, con la edificación de puentes y la rehabilitación de los que ya existen, a fin de que se garantice seguridad a las familias.

Por la memoria de Rocío, desde el fin de semana la ciudadanía de por lo menos una docena de colonias se ha unido para exigir un puente peatonal sobre el libramiento sur, a la altura de la colonia Diana Laura e inmediaciones de la Fiscalía General de la República.

En su denuncia, los líderes de las colonias solicitan una reunión con el alcalde. Lamentablemente es una petición que no podrá concretarse pues el edil no tiene tiempo para estos menesteres, porque no le beneficia en nada. Ojalá que por lo menos los responsables de Servicios Municipales atiendan el llamado de verificar la situación de los puentes peatonales.

Para efectos de razonamiento lógico, no pudo haber sido más efectivo que el alcalde se gastara unos cuantos millones de pesos en la edificación de unos diez puentes a lo largo de los dos libramientos, en los puntos más críticos, en lugar de mandar a pintar bardas, lonas, pagar espacios publicitarios para su alfil, Aquiles Espinosa García.

Dinero tirado a la basura y con el riesgo de que ni por asomo el exsecretario de Movilidad y Transporte quede nominado a la candidatura. Justo por eso están las negociaciones, para no decir los estirones en Morena, porque se aferran en mover sus piezas políticas para convencer a los de arriba para quedarse con la alcaldía.

Por la ambición del poder se deja a un lado la atención a las necesidades del pueblo. Sobre el libramiento Sur, desde el oriente hasta el poniente, donde pereció Rocío, entre las calles 20 y 21, se ubican por lo menos cinco escuelas y donde padres y madres de familias se convierten en toreros de carros, para cruzar con los hijos esta peligrosa arteria.

Poner topes no puede ser la solución para que las unidades disminuyan la velocidad, pero sí que haya por lo menos puentes peatonales que contribuyan a reducir los peligros. Está por demás generar la esperanza de que habrá solución a este problema, pues el alcalde en lugar de invertir anda buscando la forma de llevarse hasta la cubeta y el trapeador. Recordemos que es el año de Hidalgo y por ello minimiza la trascendencia de que mueran personas que necesariamente tiene la obligación de cruzar el libramiento.

Lo menos que se puede pedir es que no decaiga el ánimo de los colonos. Ahí está Obras Públicas del estado como la opción inmediata a pedir auxilio para que dentro de su programa que tiene para este año, contemple recursos para instalarlos a lo largo de esta arteria vial que cruza la ciudad.

Dos millones de pesos y medio sería el costo promedio para edificar uno, si se habla de 10 son la bicoca cantidad de 25 millones que pueden salir de la caja chica de Smapa, por ejemplo. ¿Cuánto cree que se gastó el Ayuntamiento de Tuxtla en difundir la imagen de su alcalde en cinco años? ¿Cuántos millones cree que Carlos Morales Vázquez despilfarró para promocionar a Aquiles? Lo que haya sido no lo sabemos con exactitud, lo que sí sabemos es que ese dinero hubiese servido para construir 40 puentes peatonales como mínimo, y vaya que no se exagera en la cifra.

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